Una enorme masa de agua y lodo de cerca de 900 kilómetros
cuadrados avanza lentamente en el estado australiano de Victoria, lo
cual atenta contra la vida de miles de personas en 70 localidades,
reporta PL.
La masa, alimentada por los ríos Avoca, Loddon y Campaste,
desbordados por las inundaciones, son claves en la extensa red de
arroyos y riachuelos que desembocan en el Murray, el tercero
navegable en el mundo después del Amazonas y el Nilo.
Las fuerzas de rescate y rehabilitación, de la que forman parte
el Ejército y grupos de voluntarios, centran todos los esfuerzos en
la población de Swan Hill, ubicada en el centro de esa inundación,
la peor en los últimos 50 años.
Tanto Queensland como Victoria y en menor grado Nueva Gales del
Sur son tres de los estados australianos ubicados en el Este del
país, junto a las turbulentas aguas del Pacífico y vulnerables a las
inusitadas influencias del fenómeno climatológico de La Niña.
Expertos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sidney, han
señalado que las corrientes oceánicas en el sureste de la
isla-continente son las más cálidas registradas en los últimos años.
Esa interacción entre el clima de Australia, una nación de siete
millones 700 mil kilómetros cuadrados, y las temperaturas del
Pacífico, fue la causante de las intensas lluvias que inundaron todo
el Este del país.
Los científicos estiman que las aguas alcanzaron niveles de hasta
10 metros por encima de lo normal, dañaron más de 30 mil viviendas,
40 ciudades y poblados, el 50 por ciento de los cultivos de caña de
azúcar, algodón, trigo, frutas y vegetales, y causaron la muerte de
33 personas.
Aún sin evaluar totalmente los daños, los estimados cifran en
cerca de 20 mil millones de dólares las pérdidas, a las que se
agregan serios daños a las minas de carbón y al frágil sistema
ecológico de la Gran Barrera de Coral.