Riñones en el centro de la electromedicina tunera

Han recuperado 17 máquinas cuyo precio asciende a 17 000 dólares cada una y se proponen salvar otras 25 este año

Pastor Batista Valdés

Foto del autorCon una experiencia avalada por la calidad de los trabajos concluidos y como parte de una estrategia de economía para la Salud, los trabajadores del Centro provincial de electromedicina en Las Tunas se han comprometido con la recuperación de 25 máquinas de hemodiálisis.

La reparación de las también conocidas como "riñones artificiales" tiene el propósito de evitarle gastos innecesarios a la nación y continuar asegurando la calidad y la vitalidad que demanda el servicio de nefrología en toda Cuba, respondiendo, en lo posible, a las solicitudes.

Ese reto tiene como precedente doce meses de provechosa actividad, durante los cuales la entidad recuperó 6 equipos del modelo Toray-8000, necesarios para el sector médico en La Habana, Matanzas, Holguín, Camagüey y Las Tunas, además de reparar otros 7: empeño que demandó incluso el traslado hacia las unidades correspondientes, asentadas básicamente en la mitad oriental del país.

Según explica Fernando Ferrera Núñez, ingeniero principal, las 25 máquinas se encuentran ya en Las Tunas, así como una parte de los recursos indispensables para reintegrarlas a la red.

Desde que se inició esta experiencia, hace apenas cuatro años, los técnicos y especialistas tuneros han recuperado 17 equipos, empleando como fuente principal de abastecimiento, bombas de sangre, cámaras de balanceo, electroválvulas, sensores de temperatura y numerosas piezas más aprovechadas o reparadas durante el proceso.

Ello explica que, como promedio, aquí hayan sido devueltas a su vida útil máquinas iguales a las que actualmente cuestan 17 000 dólares en el mercado internacional.

Llama también la atención que 16 de los 17 equipos recuperados siguen funcionando sin dificultad, mientras el otro se mantuvo activo durante un trienio: periodo similar al que había trabajado antes de salir del sistema.

A la par de esa contribución, el centro tunero acumula experiencia en la remanufacturación de máquinas de anestesia, mesas para intervenciones quirúrgicas, compresores para la actividad odontológica y de oftalmología, paneles frontales y otros medios tecnológicos sin los cuales sería imposible o muy difícil asegurar la calidad y eficacia que hoy continúa distinguiendo al sistema cubano de salud.

 

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