La alternativa, asimilada en la vecina provincia de Camagüey,
permite que hoy los talleres Brígida Zaldívar, de Majibacoa y 35
Aniversario, de Las Tunas, prescindan en sus hornos del diésel, al
emplear para la quema aceite desechado ya por equipos estacionarios
y de transporte.
Ello es posible con la utilización de un sistema muy sencillo de
filtros y resistencias que elevan la temperatura del lubricante y
permiten el funcionamiento estable de los hornos.
Según explica Gerardo Marrero Resto, director de la empresa,
antes de introducir esa modificación cada proceso productivo
consumía alrededor de 500 litros de diésel —no siempre disponible—
mientras ahora intervienen entre 580 y 630 litros del aceite que ya
han empleado diferentes medios.
"Con la aplicación de esa experiencia —añade Marrero— se ha
incrementado la calidad de la producción, en tanto se ha podido
comprobar que no hay presencia de emanaciones dentro de los talleres
ni hacia el exterior, algo que sí sucedía anteriormente, cuando
quemábamos con diésel."
Sobre la base de tales resultados, la empresa trabaja en la
adaptación del sistema para usar aceites en la fábrica 28 de enero,
situada en la cabecera provincial.
Especialistas tuneros también cooperaron con técnicos granmenses
para extender esa útil opción a los hornos de cerámica roja.
Actualmente los talleres de Las Tunas procesan no solo aceite que
ya ha sido usado dentro del territorio, sino también procedente de
provincias aledañas.