El narrador colombiano Roberto Burgos Cantor expresó su
reconocimiento a la trayectoria cultural de la Casa de las Américas
en su más de medio siglo, durante la presentación, este sábado en
Cienfuegos, de los Premios Casa 2010.
Calificó ese itinerario de ejemplo de lo que es necesario hacer
en la construcción de un ser humano mejor.
Burgos Cantor participa como jurado en el género novela en la
presente edición del lauro literario más antiguo de Latinoamérica,
experiencia que había asumido también en 1993, además de ser
acreedor del Premio Especial de Narrativa José María Arguedas (2007)
de la propia institución con la novela La ceiba de la memoria.
En la acción literaria de este sábado, encabezada por el poeta
Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa, el intelectual
colombiano extendió su gratitud a esta ciudad, 250 kilómetros al
sudeste de La Habana, anfitriona de los trabajos del jurado desde
2003 a la fecha de manera ininterrumpida.
Al referirse a la entidad cultural, auspiciadora de esta fiesta
de las letras y a su galardón literario, tomó prestadas palabras del
insigne escritor mexicano Carlos Fuentes para calificarlos de zona
sagrada.
Destacó que se trata de una labor especial en medio de esta
especie de confinamiento a que han sido sometidos los seres
latinoamericanos al potenciarse la circulación de mercancías.
Confinados a una cerrazón de acérrimo y torpe nacionalismo,
insistió el también columnista del diario El Universal, en Cartagena
de Indias.
Cada libro o revista publicado por Casa de las Américas es el
triunfo en una aventura incierta, donde está presente la ética de
las artes, algo que el comercio de los bienes culturales ha
destruido, apuntó.
Ni cuadros, ni música ni libros son objetos para venderse, porque
se produce una distorsión terrible (de su esencia artística),
apostilló.