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El Ministerio afgano del Interior informó la muerte de al menos 25
personas al explotar dos bombas en las provincias de Paktika y
Faryab, en el sureste del país.
Según el escueto parte, entre las víctimas hubo una docena de
insurgentes muertos al explotar el artefacto que fabricaban en una
localidad de Faryab, cerca de una base militar de la Organización
del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN).
Mientras, la bomba en Paktika ocurrió en un vehículo cargado de
pasajeros, hecho sobre el cual se desarrollan investigaciones para
determinar las causas.
A su vez, el gobierno provincia de KHerat admitió la muerte de
una persona tras combates entre tropas de la OTAN e insurgentes, sin
aclarar su identidad.
Reportes del sitio en Internet Casualties señalaron que hasta el
18 de enero los militares de las fuerzas de ocupación habían sufrido
20 bajas, de ellos 15 estadounidenses, un promedio de más de uno
diariamente.
Otras informaciones de la Agencia Kali Yuga dieron a conocer una
declaración de la insurgencia que critica la llegada al país de un
contingente de al menos dos mil soldados estadounidenses,
presuntamente miembros de las tropas especiales de Estados Unidos.
"El Pentágono no será capaz de llenar el vacío de sus bajas con
el incremento de soldados", precisó el comunicado y añadió que la
cifra de caídos en el 2010 es muy superior a cualquier dato oficial
de la OTAN.
Subrayaron que ante cualquier maniobra de los ocupantes "el
pueblo afgano ha dado y dará, muestras de voluntad inclaudicable de
lucha".
Los reportes de la OTAN admitieron en el 2010, 711 muertos entre
sus filas, de ellos 499 estadounidenses, la mayor cifra desde la
intervención en Afganistán en el 2001.