Las ríadas, a pesar de una notable disminución de las lluvias, siguen arrasando con fuerza varias extensiones de tierra, sobre todo en las áreas de las minas de carbón, obligando a la evacuación de miles de personas.

En Queensland, el otro estado del este del país más afectado, continúan empantanadas numerosas localidades y la cifra de muertos en total sobrepasa la treintena con cerca de una docena de desaparecidos.