Voces de varias generaciones corearon a Pablo Milanés y
disfrutaron plenamente del concierto, que por casi dos horas,
ofreció anoche el cantautor cubano en esa ciudad.
La plaza del Viaducto, muy cerca de la bahía, fue el escenario
abierto escogido por el trovador para dar continuidad a su gira
nacional y reencontrarse con numerosos amigos que aplaudieron temas
como El breve espacio, Para vivir, Años o Yolanda, pieza obligada en
cada presentación.
Milanés, quien cumplirá en el venidero mes de febrero 68 años
comentó que en Matanzas encuentra siempre a un "publicazo",
refiriéndose a las preferencias y cultura de las miles de personas
que le acompañaron en esta oportunidad.
"Lo más insólito que sucede en estos recitales es que escribí
canciones para las generaciones de uno, naturalmente; y me encuentro
que vienen los hijos, los nietos y todos corean las canciones, todos
se las saben, es increíble." dijo Pablo y agregó "termino desgarrado
pero con una felicidad tremenda".
En cuanto a la evolución acontecida desde sus inicios, Milanés
expresó que con el tiempo el ser humano se vuelve sabio de sí,
conoce más las interioridades, y eso le permite al artista crecerse,
y convertirse en más sensible, dijo la AIN.
"Esa es la evolución que siento que he tenido, una sensibilidad
abierta para que el mensaje pueda llegar, todo el mundo entienda y
se provoque esta magia en nuestros encuentros" explicó el fundador
de la Nueva Trova Cubana, emocionado y visiblemente cansado luego
del concierto.
Luego de casi 18 años sin aparecer por los escenarios de la
ciudad llamada Atenas de Cuba, Pablo Milanés reafirmó la vigencia de
la canción trovadoresca, que aunque en su obra presenta hoy
sonoridades nuevas, trasmiten mensajes de amor y favorecen al
enriquecimiento de la espiritualidad humana.