Mejorar los suelos es una tarea prioritaria para los agricultores
de la provincia cubana de Las Tunas, que tiene aproximadamente un 80
por ciento de sus tierras afectadas por factores degradantes.
La ingeniera Yanelys Castillo, jefa del Grupo de Conservación de
Suelos en Las Tunas, dijo a la AIN que en 2010 se beneficiaron con
medidas de preservación o enriquecimiento unas ocho mil hectáreas de
terrenos cultivables en el territorio, cifra que crecerá en el
actual año.
Precisó que entre las acciones figuran medidas permanentes como
la siembra de barreras vivas que protegen contra la erosión, además
de la construcción de terrazas y fajas hidrorreguladoras para
facilitar la circulación del agua.
También se ejecutaron labores temporales como el enriquecimiento
de la tierra con restos de cosechas y el uso de los "abonos verdes",
mediante la siembra de plantas que se incorporan al suelo para
elevar su fertilidad, además de la surca perpendicular a las
pendientes para paliar la erosión.
Buen ejemplo de la eficacia de esas acciones es lo logrado por el
matrimonio constituido por el usufructuario Julio César Calzadilla y
la ingeniera Yenny Ramírez, quienes laboran en la cooperativa
campesina Omar Pérez, en una parcela de poco más de 11 hectáreas y
en tierras de baja fertilidad natural y topografía irregular.
Ellos explicaron a la AIN que en apenas unos meses han obtenido
buenas cosechas mediante el empleo de abonos orgánicos, la surca
perpendicular a las pendientes y otras tareas para cuidar los
suelos, experiencias que ya aplican otros 25 productores en unas 86
hectáreas de la entidad.
Ubicada a unos 670 kilómetros al este de La Habana, Las Tunas
pone especial empeño en estas prácticas, porque además de poseer
suelos de baja calidad, es la provincia cubana con menor promedio
histórico de lluvias, apenas poco más de mil milímetros por año.
Según datos publicados en el sitio web de la Oficina Nacional de
Estadísticas, Cuba tiene cerca de tres cuartas partes de sus áreas
cultivables afectadas por alguno o varios de los factores
degradantes de los suelos.
En tal sentido sobresalen elementos como la baja fertilidad, que
se manifiesta en cerca del 45 por ciento de los terrenos, la erosión
(43 por ciento) y el deficiente drenaje (40).