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Hariri regresa al Líbano en medio de fricciones políticas

El primer ministro interino Saad Hariri regresó al Líbano dos días después de derrumbarse su Gobierno y en medio de un escenario de enfrentamientos entre fuerzas políticas rivales para nombrar un nuevo jefe de gabinete, reporta Prensa Latina.

Hariri llegó al aeropuerto internacional de Beirut luego de un abrupto periplo por Estados Unidos, Francia y Turquía para intentar, infructuosamente, salvar el desplome de su administración, ocurrida tras la renuncia el miércoles de 11 de los 30 ministros.

Las fricciones son protagonizadas por el bloque mayoritario 14 de Marzo, leal a Hariri, y el opositor 8 de Marzo que encabeza el movimiento de resistencia chiita Hizbulah (Partido de Dios) debido a divergencias sobre la actuación del Tribunal Especial para el Líbano (TEL).

El TEL, que Hizbulah asegura recibe fuerte financiamiento estadounidense, pretende emitir un acta acusatoria contra líderes y otros miembros de la resistencia por su presunta implicación en la muerte del ex primer ministro Rafiq Hariri, padre del ahora mandatario, ocurrida en 2005.

Ante la negativa del oficialismo a cortar la colaboración con la referida corte, los ministros de la oposición decidieron abandonar el gabinete y los diputados adelantaron que impugnarán cualquier intento de que Hariri vuelva a encabezar el Gobierno.

El presidente Michel Sleiman pretende apoyar a Hariri, pero está obligado a iniciar el lunes consultas con los 128 miembros del Parlamento para poder designar un nuevo primer ministro.

Hizbulah y sus aliados en la oposición consideran al jefe del equipo dimitente incapaz de garantizar la soberanía e independencia nacional, y lo acusaron de haber cedido a las presiones norteamericanas.

Los opositores le reprochan también haber bloqueado un supuesto acuerdo entre Arabia Saudita y Siria para garantizar un compromiso de estabilidad tras conocerse el dictamen del TEL.

Hariri, por lo pronto, declinó hacer declaraciones y centró su agenda oficial en un banquete que ofreció al príncipe Alberto de Mónaco, actualmente de visita en esta nación árabe del Mediterráneo.

Además de Washington y la Unión Europea, Hariri, de confesión musulmana sunnita, cuenta con apoyo de países árabes con gobierno de esa misma corriente islámica como Arabia Saudita, Egipto y Jordania, mientras Hizbulah es respaldado por Siria e Irán, éste último con predominio chiita.

No obstante, el vicepresidente del Consejo Supremo Islámico Chiita, jeque Abdul Amir Qabalan, urgió en el sermón de hoy a que los libaneses musulmanes y cristianos, dejen a un lado el egocentrismo y atiendan temas de la vida diaria de los ciudadanos para servir al bienestar de la nación.

Al igual que Qabalan, los partidarios del bloque 8 de Marzo alertaron que es necesario permanecer unido frente a Israel que está tratando de diseminar discordia en el país y judaizar (sic) la región de Medio Oriente.

 

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