La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), con sede en Roma, alertó la semana pasada que
los precios mundiales del arroz, el trigo, el azúcar, la cebada y la
carne seguirán altos o registrarán significativos aumentos en el
2011, quizás replicando la crisis del 2007-2008.
Rob Vos, director de políticas de desarrollo y análisis en el
Departamento de Economía y Asuntos Sociales de la ONU, dijo a IPS
que el aumento de los precios ya estaba afectando a varios países en
desarrollo.
Indicó que naciones como India y otras de Asia oriental y
sudoriental sufren ya inflación de dos dígitos, impulsada por el
aumento de los precios de los alimentos y de la energía.
Las implicaciones a corto plazo no solo son que los pobres se
verán afectados, y que más gente podría ser arrastrada a la pobreza,
sino que además se dificultará la recuperación de los países que
afrontan una mayor inflación y caerá el poder adquisitivo de los
consumidores en general, indicó.
"Manifestaciones afectaron a unos 30 países en el 2008, y esto
podría repetirse, ya que la situación no ha cambiado en los últimos
tres años", sostuvo Frederic Mousseau, director de políticas del
Instituto Oakland, y autor del libro El desafío de los altos
precios de los alimentos: una revisión de las respuestas para
combatir el hambre.
Los países más vulnerables son los más dependientes de las
importaciones y los menos capaces de afrontar el incremento de los
precios en los mercados con políticas públicas, sostuvo.
Esto concierne a muchas de las naciones más pobres, con menos
recursos, menos instituciones y menos mecanismos públicos para
apoyar la producción de alimentos, explicó Mousseau.
Según el índice de la FAO divulgado la semana pasada, los precios
de los cereales, las semillas oleaginosas, los lácteos, las carnes y
el azúcar continuaron aumentando por seis meses consecutivos.
"Estamos entrando en terreno peligroso", dijo Abdolreza Abbassian,
economista de la FAO, a un diario londinense.
Mousseau explicó que los precios comenzaron a aumentar en el 2010
luego de malas cosechas en Rusia y Europa oriental, en parte debidas
a los incendios del verano boreal.
Ahora, las severas inundaciones que azotan Australia, el cuarto
mayor exportador mundial de trigo, probablemente afectarán la
producción de ese cultivo e impulsarán aún más los precios al alza,
predijo.
"Cualquier otro acontecimiento, como otro desastre climático en
algún país exportador o un nuevo incremento del petróleo, sin duda
alguna disparará los precios y hará que la situación sea peor que en
el 2008, amenazando por tanto el sustento de miles de millones de
personas en todo el mundo", añadió.
No obstante, Mousseau aclaró que no se trataba de un problema de
escasez, como ocurrió en el 2007-2008. "No se puede usar la palabra
escasez si se considera que más de un tercio de los cereales
producidos en el mundo son usados como alimento para animales",
dijo.
De hecho, se produjeron 2 232 millones de toneladas de cereales
en el 2008, una cifra sin precedentes, destacó.
El nivel de producción para el periodo 2010-2011 es levemente
menor que en el 2008.
A diferencia de aquel año, cuando el arroz fue el que impulsó el
incremento de los precios, esta vez es el trigo.
Pero, en todo caso, se debe a una combinación de factores: una
mala cosecha en una parte del mundo supone una presión sobre el
mercado, lo cual envía señales negativas a los especuladores. Estos
entonces comienzan a comprar y los precios se disparan.