Esa premisa fue defendida por los integrantes del Consejo
Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que
sesionó el último miércoles en el Centro Bertolt Brecht, de la
capital, encabezado por su presidente, el poeta y etnólogo Miguel
Barnet.
La exposición de las acciones que acomete el Ministerio de
Cultura para enfrentar los desafíos del nuevo escenario económico
generó criterios y comentarios de muy diversa índole, encaminados a
articular la sostenibilidad y racionalidad de los programas
culturales y el trabajo de las instituciones con el estímulo y el
respaldo a la creación, la eficaz promoción del arte y la
literatura, y su influencia en la formación de valores estéticos,
cívicos y éticos.
Ello pasa por la capacidad para establecer jerarquías, fomentar
una mayor capacidad crítica en la recepción de los procesos
culturales y despojar la aplicación de principios económicos en la
gestión empresarial y en el control estricto de los gastos
presupuestados de toda tentación igualitarista y mercantilista.
Entre las respuestas puntuales destaca la conversión de unidades
presupuestadas en empresas allí donde la naturaleza de la entidad lo
permita y haya una actividad comercial que lo justifique.
En tales casos clasifican ya Tecnoescena y la Galería Habana, y
deben hacerlo próximamente el Centro Promotor del Humor, las
agencias Caricatos, Actuar, Escenarte y Producciones Artísticas del
Instituto Cubano de la Música, y cinco Centros Provinciales de la
Música.
También se desarrollará una experiencia para vincular el pago de
acuerdo con la recaudación por taquilla en un grupo de salas de
representaciones escénicas en la capital. El tratamiento del Teatro
Nacional, el Mella, el Bertolt Brecht y el Heredia (Santiago de
Cuba) será diferenciado, de manera que parte de sus gastos pueda ser
cubierta por los ingresos, pero sin derivar esas instalaciones por
completo a un esquema empresarial, por las particularidades de sus
misiones socioculturales.
Debe potenciarse la modalidad de giras autofinanciadas de
agrupaciones musicales y compañías de alta convocatoria popular, a
partir del despliegue de la actividad comercial.
En la estrategia figura el uso múltiple de cines que tengan
condiciones para ese desempeño, sin que ello implique renunciar a la
programación fílmica. Esto posibilitará un aporte al financiamiento
de los proyectos de rodaje del ICAIC.
Forma parte de la política del Ministerio el diseño de sistemas
alternativos que permitan la descentralización de la producción
artística, pues resulta imprescindible encontrar fórmulas para que
los colectivos y los artistas lleven adelante su creación sin el
lastre de las trabas burocráticas que todavía hoy obstaculizan y
encarecen esos procesos.
Tanto para el Ministerio como para la UNEAC está claro que la
expansión del trabajo por cuenta propia puede y debe ser una fuente
de servicios para la creación artística. De lo que se trata es de
proponer y evaluar normas legales y vías de solución para que ello
sea factible.
En el espíritu de la discusión de los Lineamientos para la
Política Económica y Social que debe aprobar el VI Congreso del
Partido, y de la Proyección de la Economía para el actual lustro, el
sistema institucional de la Cultura será redimensionado para hacerlo
más racional, menos burocrático, más funcional y menos gravoso para
un Estado que nunca ha sido remiso a destinar partidas
significativas para sustentar la actividad cultural, en
correspondencia con una política que exhibe logros sin precedentes
en el último medio siglo.