Visiones contrapuestas de debilitamiento, reajuste y
prolongación, se expresan sobre la situación actual de la violencia
en México, ocasionada por la virtual guerra entre bandas criminales
y el enfrentamiento a éstas por las fuerzas gubernamentales, reporta
Prensa Latina.
El secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad Pública,
Alejandro Poiré, justificó la estrategia anticrimen del gobierno
federal al afirmar que "se está debilitando como nunca a todas las
organizaciones criminales del país, causándoles un daño severo e
irreparable a sus estructuras de organización".
El gobierno ve un debilitamiento en el cártel del Golfo y los
Zetas, mientras asegura que La Familia Michoacana está en retirada.
Sostuvo que los ajustes de cuenta ocurridos en Guerrero en los
días recientes son resultados de la lucha de dos grupos criminales
no precisó cuáles por el control de esa plaza y por la inacción del
gobierno de ese estado, que no cuenta con cuerpos policiales
confiables.
En declaraciones a la prensa, agregó que en el segundo semestre
de 2010 se redujo la tendencia de los asesinatos vinculados al
crimen organizado con respecto a los seis primeros meses del año
anterior, y agregó que el 51 por ciento de los "líderes criminales
más peligrosos de México" fueron abatidos o capturados.
Los arrestos y asesinatos de jefes de sicarios pertenecientes a
cárteles producen una recomposición hacia adentro de las
organizaciones, pero no un debilitamiento de las mismas,
consideraron analistas en seguridad consultados por el diario
mexicano El Universal.
Si los datos fueran ciertos, la estrategia se tiene que medir en:
¿se ha reducido la violencia?, no; ¿se han reducido las
extorsiones?, no; ¿Se han reducido los secuestros?, no, expresó
Samuel González, consultor en crimen organizado y ex fiscal de la
Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda.
Por su parte, José Luis Piñeyro, investigador de la Universidad
Autónoma de México, dijo que el ataque frontal dirigido contra
quienes encabezan a los grupos de la delincuencia organizada puede
resultar en menor violencia a corto plazo, lo cual no significa que
se hayan debilitado los cárteles.
Otra opinión que avala la de los especialistas fue expresada por
el representante regional de la Oficina de las Naciones Unidas
Contra el Delito y las Drogas, Antonio Mazzitelli, quien advirtió
que la violencia en México es un problema de control de territorio y
que este fenómeno permanecerá por tiempo indefinido.