Con una alta adhesión al llamado de paro general, continúan
movilizados los habitantes de Magallanes y Antártica en rechazo a la
subida del gas doméstico en esa fría región de la Patagonia chilena,
informó Prensa Latina.
Según Radio Polar de Chile, hoy amanecieron bloqueados nuevamente
los principales accesos a la austral ciudad de Punta Arenas, capital
magallánica situada a unos tres mil kilómetros de Santiago y
epicentro de las manifestaciones, apoyadas también por los
pobladores de las comunas de Porvenir y Puerto Natales.
Miles de personas, convocados por la Asamblea Ciudadana de
Magallanes, se congregaron ayer nuevamente en el centro de Punta
Arenas en la clausura de una jornada de fuertes protestas contra la
decisión del Gobierno de subir en casi el 20 por ciento el precio de
las tarifas del gas a partir del 1 de febrero.
Caravanas de vehículos, cacerolazos, barricadas, marchas,
banderas negras desplegadas por toda la ciudad y cierres de los
comercios e instituciones públicas y privadas marcan el ambiente en
la mencionada urbe, situación que mantiene en difícil encrucijada al
Ejecutivo chileno.
En un intento de aliviar las tensiones, la administración
presidida por Sebastián Piñera anunció anoche el comienzo de una
instancia de diálogo con la comunidad magallánica a través de la
mediación del obispo de Punta Arenas, Bernardo Bastres.
El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, representará al
Gobierno en un primer encuentro este jueves con la autoridad
eclesiástica, quien ha respaldado hasta el momento las demandas de
la ciudadanía de la helada Patagonia chilena.
A juicio del alcalde de Punta Arenas, Vladimiro Mimica, el
conflicto originado en el sur de Chile responde a una mirada técnica
por parte del Ejecutivo hacia un asunto que requiere ser visto con
una óptica de Estado, dada la importancia geopolítica de la región
de Magallanes.
En tal sentido, Mimica criticó el centralismo de las políticas
gubernamentales que asfixia a las regiones extremas del país y
recordó que la vida en Magallanes es mucho más cara que en cualquier
otro lugar de Chile.
Recalcó además que la subida del gas tendrá un efecto
multiplicador insoportable para la ciudadanía, al influir en el alza
del pan, en el transporte, en la energía eléctrica y en la cada vez
más pobre educación municipalizada.
Similar punto de vista al de Mimica compartió el presidente del
sindicato de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), Clemente
Gálvez, quien señaló que el Gobierno está manejando la crisis del
gas con una visión empresarial a partir de su propia composición.
Gálvez coincidió con parlamentarios y especialistas en torno a la
pretendida privatización de la ENAP que esconde la proyectada alza,
sustentada en la supuesta quiebra de la estatal.
El subsidio al precio del gas en Magallanes no debiera correr por
parte de la ENAP, sino del presupuesto de la nación, manifestó el
dirigente sindical.