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Eficiencia, racionalidad: premisas para hoy y
siempre
Principios básicos para modelar los órganos de
dirección en favor de la organización y la funcionalidad se ponen en
práctica en las nacientes provincias de Artemisa y Mayabeque
Alberto Núñez Betancourt
La concepción de ahorro y racionalidad debe convertirse en una
máxima para cuanta tarea asumamos en aras del óptimo desarrollo
económico y social.
El
acondicionamiento de cada área y local lleva labor.
Tal premisa, expuesta en múltiples ocasiones por los dirigentes
de la Revolución, tiene hoy una expresión concreta en la aprobación
de la estructura y composición de los órganos de gobierno de las
nacientes provincias de Artemisa y Mayabeque, empeño que persigue la
finalidad de extenderlo a los otros órganos de gobiernos
territoriales en el país.
Una Comisión creada por acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo
de Ministros para estudiar los fenómenos relacionados con el
funcionamiento, envergadura, estructura y composición del gobierno
central y de los órganos de gobiernos territoriales trabaja desde el
mes de abril de 2009.
Transformaciones
en los espacios interiores y exteriores tienen lugar en el antiguo
IPUEC Raquel Pérez.
A partir de marzo del año 2010 a la comisión se le incluyó en el
cronograma trabajar de conjunto con el Ministerio de Economía y
Planificación y el resto de los Organismos de la Administración
Central del Estado (OACE) en el perfeccionamiento funcional y
estructural de los consejos de la administración provincial de los
nuevos territorios de Artemisa y Mayabeque.
Acerca de ese quehacer el general de división Leonardo Andollo
Valdés realizó recientemente una amplia intervención ante los
diputados a la Asamblea Nacional de Poder Popular.
Compañeras
de la Federación de Mujeres Cubanas aceleran la adecuación de su
local de trabajo en la provincia de Mayabeque.
ORGANIZACIÓN PARA UN MEJOR DESEMPEÑO
Objetivo esencial ha sido realizar una modelación de las
entidades involucradas hasta el punto de posibilitar en las nuevas
provincias una descontaminación de los problemas actuales, de manera
que la práctica sirviera de experimento para su ulterior
generalización en el país.
En consecuencia fue incluida una segunda disposición transitoria
en la Ley 110, modificativa de la Ley No. 3304 del 3 de julio de
1976 de la División Político-Administrativa, en la cual se expresa:
"Encargar al Gobierno de la República de Cuba realizar los
ajustes que considere pertinentes en el funcionamiento,
conformación, estructura y subordinación de los organismos y
entidades requeridas para el mejor desempeño de la organización
administrativa y de gobierno en las provincias que se constituyen y
los respectivos municipios, sobre el principio del uso racional de
los recursos humanos y materiales."
En un primer momento los trabajos se concentraron en el nivel
provincial, aunque se hicieron estudios iniciales en los consejos de
la administración municipales y los consejos populares, interés de
una segunda etapa.
Nuevas plantillas —racionales lógicamente— han dejado atrás a la
inflada del Consejo de la Administración de la hasta ahora provincia
de La Habana, que incluía 3 512 cargos, encabezados por un
presidente, siete vicepresidentes, 18 direcciones administrativas y
43 comisiones, elemento este último causante no pocas veces de que
se diluyan las responsabilidades.
Un estudio preliminar en el citado territorio advierte la
existencia de ¡15 000 cargos! para la actividad de dirección en el
nivel de provincia y en los municipios aún por diagnosticar.
Direcciones administrativas con más de 500 cargos (Cultura) e
incluso superior a 600 (Salud Pública).
Un fenómeno importante igualmente analizado fue cómo los
Organismos de la Administración Central del Estado trabajan con un
mecanismo de funcionamiento llamado columnar, cuya dirección es
básicamente lineal, viene de arriba abajo, fundamentalmente por
especialidad.
Esta concepción se caracteriza por generar una autosuficiencia
organizativa que provoca plantillas sobredimensionadas y el descuido
en la ejecución de la labor principal, a la que en muchas ocasiones
se dedica solo una cuarta parte del personal.
Por si fuera poco, no están definidas con precisión hasta dónde
llegan las facultades de los OACE, qué corresponde decidir al
Consejo de la Administración Provincial (CAP) y qué a los niveles
inferiores.
La investigación indica que una función tan importante como la
inspección y el control registra 350 cargos, de los cuales solo 26
están en la dirección de supervisión; la gran mayoría actúa en
funciones sin la coherencia ni la integralidad necesarias.
Al no evaluar los procesos oportunamente —señalaba en su
intervención el general de división Andollo— el análisis de los
hechos se comporta como si fuera medicina legal, en lugar de
preventiva.
Entre las insuficiencias de organización detectadas están las
empresas que realizan funciones estatales. La anomalía también se da
cuando no funcionan las relaciones contractuales y el gobierno se
convierte en un elemento coordinador entre las entidades, actividad
que le ocupa buena parte el tiempo.
Durante el diagnóstico se pudo apreciar que en el territorio
coexisten diversas formas de dirección, buena parte de ellas no
subordinada al consejo de la administración. Esto hace que al
gobierno le resulte difícil ejercer sus funciones en el territorio,
y se agrava al no contar, en muchos casos, con las herramientas ni
las facultades necesarias.
PRINCIPIOS BÁSICOS A CUMPLIR EN LOS NUEVOS CAP
Catorce principios básicos a cumplir para modelar los órganos de
dirección fueron enunciados en el Parlamento cubano. El primero
aconseja asegurar que los consejos de la administración fortalezcan
su autoridad sobre la base de una concepción integral y un
funcionamiento eficiente. Además, las direcciones administrativas
que se conformen deben ser abarcadoras, capaces de ofrecer
respuestas a procesos integrados.
Las direcciones y otras unidades organizativas del Consejo de la
Administración Provincial contarán con estructuras que aseguren el
cumplimiento de las funciones sustantivas.
La integralidad en el proceso de dirección estará dada por contar
en la estructura con órganos globales, cuyas funciones comunes
tengan expresión en todas las direcciones y entidades. Estos órganos
facilitarán a la presidencia el ejercicio de la dirección.
Vital es lograr que las funciones aprobadas y las estructuras que
se creen permitan que la totalidad de los trámites de la población
pueda realizarse y tener respuesta en el nivel municipal, y que solo
por excepción haya que acudir a la instancia provincial. Las
entidades provinciales subordinadas al CAP, desde el punto de vista
logístico y financiero, deberán asegurarse municipalmente.
También se trabaja por continuar separando las funciones
estatales de las empresariales, así como favorecer que los consejos
de la administración municipales se concentren en su función de
gobierno.
Otro principio plantea proponer soluciones para perfeccionar el
sistema de planificación y asignación de los recursos materiales,
que hoy se ejecuta de forma directa por cada organismo a las
empresas que forman parte de su sistema aunque ellas estén
subordinadas al CAP.
Respecto a las empresas de subordinación nacional, las
conclusiones apuntan a asumir la concepción de que no tienen que
estructurarse asociadas a un criterio territorial, excepto aquellas
más vinculadas con los servicios básicos a la población.
Propósito muy importante es estudiar la situación actual de la
adquisición y circulación de los medios materiales de uso común y
proponer las soluciones más adecuadas para reorganizar el sistema
con el fin de hacerlo más racional y económico.
Asimismo, se propone estudiar la factibilidad de integrar en
órganos territoriales únicos de cada organismo de la Administración
Central del Estado las diferentes delegaciones, representaciones y
filiales de entidades presupuestadas que en la actualidad estos
tienen subordinados verticalmente en el territorio de las nuevas
provincias, y pasar a la subordinación del CAP todas aquellas como
sea posible en esta etapa.
Necesario es también asegurar el fortalecimiento del sistema de
trabajo con los cuadros y sus reservas, y reducir la cantidad de
comisiones de trabajo existentes, al tiempo en que se simplifique la
composición de las que resulten necesarias. De igual modo eliminar
la facultad de decisión de estas comisiones.
Finalmente se expresa que en los documentos rectores que se
elaboren queden expresados el alcance y el límite de las
atribuciones y obligaciones de los organismos centrales respecto a
los CAP y de estos con los consejos de la administración
municipales.
Paralelamente el Partido y las organizaciones de masas han
realizado estudios para perfeccionar sus estructuras y
funcionamiento.
MODELO YA EN MARCHA
Para la estructura y composición de los CAP en las nacientes
provincias de Artemisa y Mayabeque quedaron establecidos cinco
niveles de dirección: presidencia, direcciones generales,
direcciones, departamentos independientes y secciones
independientes.
El presidente tiene órganos auxiliares, consultivos, el consejo
de dirección, la comisión de cuadros; además de secretaria. Contará
con solo dos vicepresidentes, cada uno con un grupo de sectores bajo
su responsabilidad; el primero con la función de atender más el
trabajo de la Asamblea; el otro entendido como el organizador.
Las direcciones generales corresponde a Economía; Educación,
Deportes y Cultura, y de Infraestructura y Servicios.
Igualmente se avanza en la reducción de delegaciones, entidades y
empresas que han cumplido funciones estatales en el territorio de la
hasta ahora provincia de La Habana. Simplificación también han
tenido las empresas que responden a subordinación vertical.
El modelo funcional y estructural se corresponde con los
principios básicos establecidos. En el caso de estos dos territorios
se logró reducir el 42, 8% de las cifras de cargos anteriormente
aprobados para una sola provincia. Cada nueva provincia tiene una
composición equivalente al 28,6 % de lo actual. El esfuerzo se
acerca al número deseado: 25 %.
Para el reordenamiento del sistema empresarial se aprobo la
creación de un grupo empresarial provincial en cada territorio, con
una composición de 19 a 20 entidades. Las ideas concebidas y en
marcha no están en contradicción en lo absoluto con los proyectos de
desarrollo local, pues estos deben ser promovidos, estimulados,
impulsados y controlados por los gobiernos.
En campaña, todavía acondicionando el inmueble destinado a la
sede del Comité Provincial del Partido, la Unión de Jóvenes
Comunistas y a las organizaciones de masas de Artemisa, en el otrora
instituto preuniversitario en el campo Batalla de los molinos del
rey, encontramos a Ulises Guilarte de Nacimiento, primer secretario
del Partido en el territorio, quien expresó estar consciente del
compromiso que asumen los dirigentes de las dos provincias
nacientes, al convertirse en la avanzada de un experimento que tiene
el propósito de generalizarse en el país. Para ello —reconoció— la
preparación de los cuadros, sobre todo en el terreno económico,
resulta vital.
Andar las calles de Artemisa hoy revela el suceso que viven sus
habitantes: recuperación de instalaciones culturales y sociales,
ornamentación y pintura, nuevas señalizaciones de tránsito y de
orientación anuncian el nacimiento en hora buena.
Otro tanto ocurre en los sitios que conforman la provincia de
Mayabeque, particularmente en San José de las Lajas, la capital.
Desde ya una plantilla racional de los dirigentes, funcionarios y
trabajadores auxiliares del Partido, la UJC y las organizaciones de
masas ocupa lo que fuera el IPUEC Raquel Pérez, donde también se
emprenden labores de acondicionamiento de los locales, así como de
instalaciones telefónicas y electrónicas.
Allí Granma dialogó con Félix Arvelo y Roberto González,
miembros del Buró Provincial del Partido, quienes explicaron sobre
el proceso en marcha.
Por ejemplo, en el sector agropecuario se imprime dinamismo al
desechar la distante sede de la delegación de la Agricultura y
adecuar un local para esta y el grupo empresarial en Guines, justo
en el centro del macizo productivo mayabequense.
En ambas provincias los gobiernos acometen intensamente el
reordenamiento de sus funciones, estructuras, así como se trabaja en
el acondicionamiento de las instalaciones donde laboraran.
Ahora comienza una segunda etapa para culminar los estudios en el
nivel provincial e incursionar en los municipios; en ella se deben
ajustar los elementos que se vienen implementando de acuerdo con los
resultados prácticos.
A esta nueva etapa de trabajo se incorpora el estudio relacionado
con la separación de las funciones de las asambleas provinciales y
municipales del Poder Popular, y de los consejos de la
administración, respectivamente; y especialmente respecto a las
figuras del presidente y el vicepresidente primero.
Como apuntara el general de división Leonardo Andollo Valdés las
ideas expresadas no son para su generalización inmediata por parte
de los órganos de gobiernos territoriales. Su aplicación se llevará
a cabo posteriormente de manera organizada y conducida por los
órganos superiores del Gobierno y del Partido.
La experiencia en marcha en Artemisa y Mayabeque indica que la
eficiencia y racionalidad se imponen como filosofía no solo para
estos tiempos sino en lo adelante, y siempre.

|
ARTEMISA |
|
No. |
Municipios |
Habitantes |
|
09 |
Artemisa |
82 903 |
|
11 |
San Cristóbal |
70 929 |
|
06 |
San Antonio de los
Baños |
49 934 |
|
05 |
Bauta |
48 016 |
|
01 |
Bahía Honda |
45 117 |
|
02 |
Mariel |
44 779 |
|
07 |
Güira de Melena |
38 815 |
|
04 |
Caimito |
39 298 |
|
08 |
Alquizar |
32 496 |
|
03 |
Guanajay |
28 745 |
|
10 |
Candelaria |
20 280 |

|
MAYABEQUE |
|
No. |
Municipios |
Habitantes |
|
02 |
San José de las
Lajas |
74 173 |
|
08 |
Güines |
67 908 |
|
04 |
Santa Cruz del Norte |
34 211 |
|
05 |
Madruga |
29 800 |
|
11 |
Quivicán |
29 458 |
|
01 |
Bejucal |
26 962 |
|
10 |
Batabanó |
26 940 |
|
06 |
Nueva Paz |
25 467 |
|
03 |
Jaruco |
25 131 |
|
07 |
San Nicolás |
20 692 |
|
09 |
Melena del Sur |
20 643 |
|
Fuente: Oficina Nacional de
Estadísticas |
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