El anunciado inicio este viernes de las vistas en la Cámara de
Representantes de Estados Unidos para revocar la reforma de salud
marca el comienzo de las pugnas entre demócratas y republicanos.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner,
parece dispuesto a llevar adelante las amenazas de revocar la ley de
Salud impulsada por el gobernante, Barack Obama, y aprobada por el
Congreso, reporta Prensa Latina.
Sin embargo, la crucial votación para sepultar el plan, que
augura una mayor crispación política en Washington, no debe ir más
allá de lograr el apoyo de la mayoría de los republicanos en la
Cámara.
En el Senado los demócratas deben evitar cualquier avance pues
mantienen el control allí, y en último caso Obama vetaría los
intentos de eliminar uno de los mayores logros de su política
interna.
Además, los augurios para los planes opositores no son nada
alentadores. Revocar la reforma de salud implica que al menos 32
millones de personas carecerán de seguro, algo que debe poner a
pensar a los más osados, estiman expertos.
Al respecto, un estudio de la Oficina de Presupuesto del Congreso
(CBO, por sus siglas en inglés) advirtió también que la revocación
de la ley aumentará el déficit del presupuesto federal en unos 145
mil millones de dólares para el fin de esta década, algo que
contradice el mensaje opositor.
En su propaganda para ganar los comicios parlamentarios de
noviembre último, los republicanos prometieron eliminar o despedazar
la ley de salud
egún ellos, el documento impone cargas en las empresas, afecta la
creación de empleos y es inconstitucional al obligar a los
individuos a comprar seguros de salud si no cuentan con cobertura.
La reforma de salud es apoyada por sectores populares porque
trata de reducir los costos médicos y asegurar a millones de
personas que actualmente no pueden pagar una cobertura médica.
Boehner anunció para el próximo miércoles una votación para
revocar la iniciativa, lo que debe incrementar más la fricción entre
ambos partidos en aspectos que van desde la política económica hasta
una reforma migratoria, a la vez que aumentan los temores de una
parálisis del legislativo.