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¿Si Julian Assange es terrorista que será Luis
Posada Carriles?
JEAN-GUY ALLARD
Los
juicios del creador de WikiLeaks, Julian Assange y del terrorista
internacional Luis Posada Carriles empezarán a menos de 24 horas de
intervalo los próximos días 10 y 11 de enero, uno en Londres y el
otro en El Paso, Texas. La anomalía que llama de inmediato la
atención es que al defensor de la libertad de información se le
acusará del gravísimo delito de terrorismo, mientras al terrorista
confeso se le juzgará por delitos migratorios sancionados por una
sentencia que ya cumplió.
Reporta ANSA que el examen del pedido de extradición de Suecia
por el cargo de "molestias sexuales" a Assange, fue trasladado de
una corte en el centro de Londres a la Belmarsh Court, un tribunal
especializado en temas de terrorismo anexo a una cárcel de máxima
seguridad, rebautizado años atrás por la BBC como "la Guantánamo
británica".
Assange comparecerá bajo cargo de terrorismo, lo que implica,
según las leyes británicas, su detención y confinamiento.
Luis Posada Carriles seguirá libre bajo fianza cuando comparezca
en Estados Unidos ante una jueza que lo absolvió en un primer juicio
y que le manifestó abiertamente simpatía, frente a una sala repleta
de partidarios, muchos de ellos con pasado terrorista, que se
desplazarán desde la Miami batistiana y que no se pierden una
oportunidad de celebrar sus crímenes.
Un portavoz de las autoridades judiciales británicas aseguró que
el desplazamiento del tribunal a Belmarsh, en el área sudeste de la
capital, se debe a "motivos logísticos" y no, como lo afirma
WikiLeaks, a presiones norteamericanas.
ACELERADOS PARA ASSANGE, DILATORIOS PARA POSADA
Lo cierto es que mientras en el caso de Assange, se han acelerado
al máximo los procedimientos que van saltando etapas, después de
varias ráfagas de artimañas para callarle la boca al rubio
australiano, en el caso de Posada Carriles, ex agente de la CIA que
sirvió a la compañía tanto como instructor de explosivos,
torturador, comisario de policía, sicario, terrorista y promotor de
magnicidio, se vencen los records de maniobras dilatorias para
ahogar su caso.
Además de sacar toda la panoplia de los trucos sucios para
presionar a Assange, sabotear su sistema de operación, quitarle los
ingresos, recuperar sus filtraciones, manipular su contenido, en fin
aterrorizar a quien se atrevió a abrir las válvulas del gigantesco
tanque de basura diplomática de Estados Unidos, los servicios de
Inteligencia norteamericanos y sus filiales han secuestrado al
culpable de tanta audacia por no poder eliminarlo sin ampliar aún
más el escándalo.
De la carrera criminal de Posada, el Klaus Barbie de la
Inteligencia yankee, se han escrito cientos de textos, se han
publicado libros y se han hecho documentales.
El 17 de mayo del 2005, a la 1:30 pm, Luis Posada Carriles es
detenido cerca de Miami, y es llevado en un carrito de golf a un
helicóptero, "con toda amabilidad y cortesía", para su traslado a
las oficinas del Departamento de la Seguridad interior.
El día 1ro de abril del 2005, un abogado de Posada Carriles,
Eduardo Soto, confirmaba en Miami que su cliente —introducido
ilegalmente en territorio norteamericano a bordo de un barco
camaronero propiedad de un capo de la mafia cubanoamericana—,
pediría asilo y parole para quedarse definitivamente en el país.
A pesar de las acusaciones presentadas en Caracas por su
participación en el atentado contra un avión cubano que costó la
vida a 73 pasajeros en 1976; su arresto en Panamá, en el 2000, en
conexión con un plan de atentado contra el líder cubano Fidel
Castro; su admisión pública de haber organizado una campaña
terrorista contra instalaciones turísticas de La Habana en 1997; y
su estrecha relación con redes enteras de terroristas, Posada
Carriles iba a recibir del gobierno Bush un apoyo absoluto que Obama
nunca se atrevió a alterar.
El 27 de septiembre del 2005, un juez de inmigración de El Paso,
Texas, William Abbott, cumpliendo con las orientaciones federales,
había usado el absurdo testimonio de un viejo cómplice de Posada, el
ex funcionario de la policía secreta venezolana Joaquin Chaffardet,
para decretar que el delincuente no podía ser deportado a Venezuela.
A QUITArSE LA "PAPA CALIENTE"
Cuatro meses más tarde, el 24 de enero del 2006, tres días antes
de este acceso formal a la presidencia del nuevo mandatario de
Honduras, Manuel Zelaya, el diario The Miami Herald —cuyos lazos con
la Inteligencia norteamericana son bien demostrados—, citó lo que
llamó "fragmentos" de una Declaración del Buró de Inmigración y
Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que señalaba lo
siguiente: "El ICE está avanzando en llevar a cabo la remoción del
señor Posada de los EE.UU."
La Casa Blanca —frente a la amenaza de un escándalo
internacional—, valoraba que la mejor manera de quitarse de las
manos la "papa caliente" representada por el ex agente, terrorista,
torturador y asesino, era encontrarle un refugio en cualquier lugar
fuera del territorio norteamericano.
Tres días más tarde, el 27 de enero del 2006, el embajador de
Estados Unidos en Honduras, Charles "Charlie" Ford, visitaba al
presidente hondureño Manuel Zelaya, apenas ocho días después de su
llegada a la presidencia del país, para presentarle una insolente
petición.
"Vino el embajador Charles Ford a pedirme a mí, a través de la
Cancillería, que le diera una visa a Posada Carriles", contó más
tarde Zelaya, refiriéndose al entonces canciller Milton Jiménez
Puerto.
"Era imposible darle una visa a Luis Posada Carriles, cuando era
una persona cuestionada por actos de terrorismo. Ellos defienden ese
tipo de terrorismo, me consta a mí, y por ese tipo de cosas es que
tenemos posiciones diferentes", subrayó.
El 19 de abril del 2007, Posada Carriles, absuelto por la Cardone,
ya estaba de regreso en Miami para nunca más poner el pie en un
centro de detención.
BROWNFIELD: "POSADA NO ES UN PELIGRO PARA
NADIE"
El 18 de marzo del 2008, en respuesta a los planteamientos de
Cuba y Venezuela en la ONU, la encargada de asuntos legales de la
misión estadounidense, Caroline Wilson, señalaba con candor que su
país "ha seguido cuidadosamente los procedimientos legales vigentes
en el caso de Posada Carriles".
"Como sucede en las democracias del mundo, una persona no puede
ser procesada o extraditada si no hay suficientes pruebas de que
cometió el delito de que se le acusa", afirmó.
En julio del 2008, el entonces embajador de Estados Unidos en
Venezuela, William Brownfield, en declaraciones al diario Panorama,
en Maracaibo, había dejado claro que Estados Unidos no tenía
intención alguna de poner a Posada a disposición de la justicia
venezolana que lo reclamaba y sigue reclamándolo.
"El señor Luis Posada Carriles no es ningún peligro inminente
para nadie", había afirmado Brownfield dejando ya claro que la
administración Bush no entregaría a su veterano agente nunca.
Irónicamente, unos días antes del disparate de Brownfield, el
subsecretario de Estado, Thomas Shannon, hoy embajador en Brasil,
aseguraba a la OEA que el Departamento norteamericano de Justicia
todavía "seguía con investigaciones" acerca de Posada Carriles.
Mientras a Assange se lo llevan corriendo de un tribunal menor
para uno que lo puede enjaular para siempre, el Gobierno venezolano
espera respuesta, desde hace mucho más de cinco años, a la solicitud
de extradición del terrorista.
Assange, el idealista de la web satanizado por las grandes redes
de comunicación y perseguido por todas las policías de la telaraña
yanqui, sabrá pronto cómo la justicia imperial ajusta sus cuentas,
con o sin intermediario.
Ignorado por una prensa cómplice, Posada, el mercenario asesino,
seguirá burlándose de las leyes y de las decenas de víctimas y
familiares de víctimas de sus crímenes cuyas vidas, en muchos casos,
han sido destrozadas por la permanente disposición, rastrera y
cobarde, a servir el imperio de una canalla sin escrúpulos. |