La
última "maldad" de Glenn Close en imágenes que le acaban de dar la
vuelta al mundo no le ha reportado ni premios ni aplausos, sino una
declaración enfurecida contra la Marina de Guerra estadounidense y
el capitán del portaaviones Enterprise, nave que a finales de este
mes debía estar en zafarrancho de combate frente a las costas de
Afganistán.
Poseedora de una sensibilidad muy especial para los dramas
intimistas, a los conocedores de su obra les resulta difícil pensar
en Glenn Close sin traer a la memoria aquella escena en que la
actriz esgrimía un cuchillo descomunal contra el personaje encarnado
por Michael Douglas en Atracción fatal (1987), un recurso de
la muerte revivida en función terrorífica que luego sería copiada
hasta el cansancio en otras películas.
Pero es de pensar que el filme que le sirvió de venganza al
debutante "director de cine", Owen Honors, hasta hace unos días
comandante del Enterprise y ya puesto a la sombra tras el escándalo
motivado por sus imágenes, fue Sirviendo en silencio, rodado
para la televisión por la actriz en 1995 y que le valió un premio
Emmy.
Historia basada en hechos reales, en Sirviendo en silencio
la Close le da vida a la coronel Margarethe Cammermeyer, expulsada
de la Washington National Guard después de admitir que era lesbiana.
La trama se centra en la lucha contra el sistema emprendida por la
militar y sus familiares, respaldados por activistas de los derechos
de los homosexuales.
Hace cuatro años la actriz visitó el Enterprise y Owen Honors, en
ese entonces segundo al mando, junto a otros tripulantes, le
pidieron que posara para un video. Entonces le prestaron una
chaqueta y una gorra marinera y le pusieron en las manos una vasija
con un pájaro amarillo de peluche: la Close volvía a convertirse así
en Margarethe Cammermeyer.
Lejos estaba de imaginar que las primeras horas del 2011 se le
amargarían al darse a conocer por el periódico The Virginian Pilot
un video casero en el que se le veía, por obra y gracias del
trucaje, en posiciones obscenas y asistida en sus impulsos eróticos
por el inofensivo pájaro de peluche.
Un video calificado de profundamente homofóbico y en el que su
realizador, el capitán Owen Honors, pretende hacer una parodia de la
vida en alta mar, siempre a partir de una exaltación machista.
Tratando de resultar cómico sin lograrlo, el debutante finge una
masturbación, lanza una larga diatriba verbal contra los
homosexuales, espía con la cámara a hombres y mujeres de su
tripulación cuando se están bañando y coloca a Gleen Close-Margarethe
Cammermeyer en una situación de burla grotesca, calificada en un
comunicado por la actriz de infamante e inadmisible.
Los que saben de composición de imágenes y actuaciones no le
vaticinan ningún futuro grato a Owen en caso de dedicarse al cine,
pues del barco, tras el escándalo público, lo han apeado.
Mientras tanto, el Enterprise, se prepara para partir a
Afganistían. Al igual que sucedió con el capitán Owen, se ignoran
cuáles pudieran ser las obsesiones profesionales subyacentes de su
nuevo comandante, aunque se espera que de niño haya jugado bastante
"a las guerritas", pues el Enterprise es un portaaviones nuclear.