Hoy otra de las facetas de la cooperación de Cuba en Haití se
extiende precisamente a la esfera educativa, para abrir un camino
que destierre los 1 000 demonios del analfabetismo de esta sufrida
nación, engañada y saqueada cruelmente desde hace más de 200 años
por las potencias occidentales.
Para muchos humildes haitianos ha sido "una bendición" que la
camagüeyana Leonela Inés Relys Díaz, después de colaborar con la
alfabetización radial en Haití en 1999, haya creado, a petición del
líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, el metodo Yo sí
puedo, pues la luz de las letras llega a partir de entonces a
varios países, incluida esta brava tierra.
Así, 15 asesores educativos cubanos impulsan un ambicioso
programa en esta nación que, de permitirlo las condiciones, espera
alfabetizar en 22 meses a 240 000 haitianos en los departamentos
Oeste —el más populoso y donde se localiza la capital Puerto
Príncipe—, Sur, Sudeste y Norte.
Se calcula, por ejemplo, que de los más de 3,6 millones de
habitantes del departamento Oeste, más de un millón son iletrados,
comenta para Granma el espirituano Julio Albóndiga Rojas, al
frente de la misión educativa en este territorio, quien junto a las
profesoras Mayra Vinent Bonne, de Santiago de Cuba, y Maida de León
Ribeaux, de Guantánamo, han tenido que sobreponerse a terremotos,
inundaciones, huracanes y ahora a una implacable epidemia de cólera,
para sacar adelante un difícil trabajo en el que descansará, a no
dudarlo, parte de la salvación futura de este digno pueblo caribeño.
Y bien lo sabe Woudline Meon, una bella muchacha haitiana, quien
no lo pensó dos veces y matriculó, con algunas de sus amigas, en una
rudimentaria e improvisada aula de la sección comunal de Mariané,
comuna de Carrefour, donde facilitadores y supervisores nativos
preparados por los tres asesores cubanos le "abren las puertas al
conocimiento" y les enseñan a escribir y leer a decenas de sus
compatriotas por el reconocido método audiovisual Yo sí puedo
para que no los engañen más.
Dicen los profesores cubanos que Woudline tiene un vivo interés
por aprender más y más, y que su aspiración sería algún día dar
clases para devolver tanto sacrificio hecho hoy por ella.
Sentada en un pedazo de bloque de cemento y mostrando su cartilla
con una expresiva letra, esta mujer de ébano expresa con firmeza que
ha sido muy importante para ella aprender a leer y escribir, "pues
me permite tener una aspiración en la vida y no parecerme a un
animal. Me siento muy feliz de este logro", y asegura que ahora
además sabe dominar mejor el idioma español.
"Muchísimas gracias a Cuba y a sus maestros,¼
es una cosa muy grande lo que están haciendo ustedes por nosotros
aquí.
"Gracias a Dios y a Fidel, por venir a ayudarnos en Haití,
nosotros necesitamos mucha ayuda, 1 000 veces gracias, cubanos, por
todo".
Testigo de este diálogo periodístico, Lucien Bernadte,
especialista en la Secretaría de Estado para la Alfabetización en el
departamento Oeste, confirma los avances en poco tiempo con el
método Yo sí puedo. Aprender a leer y a escribir les da
autoestima y la oportunidad de tomar en sus manos las riendas de su
destino, dijo.