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Pastorita Núñez, constructora de sueños
Falleció la combatiente del llano y de la Sierra
Raquel
Marrero Yanes
Desde el mismo día en que nació el 27 de abril de 1921, Pastorita
Núñez González ganó el calificativo de "rebelde" porque, según
cuentan, no paraba de llorar, en manos de la partera. Y no lo perdió
ni lo perderá nunca, ni siquiera ahora, cuando una hemorragia
cerebral ha apagado su vida, porque los sueños que construyó siguen
imbatibles.
Fidel
y Pastorita en la Comandancia de La Plata.
La destacada revolucionaria, colaboradora del Comandante en Jefe
Fidel Castro y combatiente del llano y de la Sierra, vio la luz en
el seno de una familia obrera.
Huérfana de madre a los cinco años, ya a los doce, en agosto de
1933, participó junto a su padre en una manifestación popular contra
la tiranía de Gerardo Machado y dos años después conoció a Eduardo
Chibás, líder del Partido Ortodoxo, en el que militó.
Desde joven perteneció a la organización Hermandad de los Jóvenes
Cubanos junto a Juan Manuel Márquez. Participó en incontables
acciones revolucionarias, por las cuales sufrió numerosos arrestos.
Fue activa combatiente clandestina en las filas del Movimiento 26
de Julio y fundadora del Frente Cívico de Mujeres Martianas. En
junio de 1958 ascendió a la Sierra Maestra. Como guerrillera, con el
nombre de guerra Agustina, alcanzó los grados de Primer Teniente del
Ejército Rebelde.
Muestra
a Fidel la maqueta de viviendas de La Habana del Este, conocidas
popularmente como los edificios de Pastorita.
Fue distinguida desde la gesta insurreccional por compañeros de
lucha, y de manera especial por el pueblo y Fidel, quien al
referirse a su papel en la guerra escribió: "Pastorita Núñez
González prestó extraordinarios y riesgosos servicios al Ejército
Rebelde en la lucha contra la tiranía recaudando impuestos que
ascendieron a la suma de varios millones de pesos, siendo este su
más destacado trabajo. Cumplió la misión con singular valentía,
eficiencia y honestidad".
Al triunfo de la Revolución, en 1959, fue destinada al frente del
Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV), lo cual le permitió
ser protagonista de uno de los primeros planes habitacionales del
Gobierno Revolucionario. Desde entonces se convirtió en constructora
de sueños, impulsó la edificación de viviendas en varias ciudades y
barrios que el pueblo bautizó como Repartos Pastorita.
Junto
al Comandante en Jefe en una entrega de títulos de propiedad.
Con la misma tenacidad y hasta su jubilación en 1975, ocupó
diferentes responsabilidades. Jubilada y con la salud quebrantada,
mantuvo su carácter activo y rebelde, propio de una mujer de
estatura vital y revolucionaria.
Al morir Pastorita contaba con 89 años de edad y ostentaba
numerosas medallas y condecoraciones. Su cadáver fue cremado en la
tarde de ayer. |