El empleo de novedosas técnicas en la fabricación de los
Cardiocid y Doctus posibilita reducir las importaciones y elevar la
eficiencia de esos equipos, altamente demandados por el Sistema
Nacional de Salud y las exportaciones.
Yanil Acevedo, jefe del proyecto en el Instituto Central de
Investigaciones Digitales (ICID), dijo que sustituyeron la
tecnología de estaño refundido por la de plata sumergida, para la
confección de las placas de los circuitos integrados.
Acevedo explicó que la alternativa posibilita realizar diseños de
mayor complejidad, colocar más componentes en una placa e ir a la
miniaturización de las ofertas, un reclamo de los clientes.
Un ejemplo de ello es el Doctus seis, el cual incrementa las
prestaciones respecto a su predecesor, el Doctus cuatro, al ser
ambulante, menos pesado y más fácil su interrelación con el médico y
el paciente, indicó Leonor Calaña, jefa de calidad de este centro,
perteneciente al Polo Científico del oeste de la capital cubana.
Hoy el 80% de los procesos de gestión de la calidad en la
instalación reciben los beneficios de los equipos de mejoras, los
cuales disminuyeron los costos, los índices de rechazo y elevaron su
competitividad en el mercado.
Los productos del ICID son supervisados sistemáticamente por las
más rigurosas normas internacionales de seguridad, y los
requerimientos regulatorios del Centro de Control Estatal de Equipos
Médicos.
El ICID es la entidad encargada de diseñar, producir y
comercializar Cardiocid para electrocardiogramas y Doctus, monitores
que miden los parámetros de servicios en las salas de terapia
intensiva de adultos y neonatos.
Electrocardiógrafos, desfribriladores, monitores, oxinómetros,
equipos para pruebas de esfuerzo y demás entregas, le ha permitido a
la nación reducir su compra en el mercado exterior e insertarlos en
los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América (ALBA).