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Desde Haití
Una jornada diferente
Juan Diego
Nusa Peñalver,
enviado especial
Este
25 de diciembre será recordado para siempre en los corazones de los
más de 1 300 cooperantes de la Brigada Médica Cubana, que luchan
consagradamente en Haití contra la epidemia de cólera, a quienes el
día deparó un estímulo más para salir victoriosos de este combate
frente a una despiadada enfermedad.
Fidel se comunicó directamente con varios de los miembros de esta
Brigada, allá en la comuna de L’Estere, del departamento de
Artibonite, conocido por sus fértiles valles arroceros y
deforestadas montañas, pero también por ser una de las regiones
haitianas más contagiadas por el peligroso padecimiento.
Fue en el hospital de referencia comunitaria de L’Estere, del
proyecto Cuba-Venezuela, aún en ampliación, anexo al cual se
localiza un centro de tratamiento de cólera, ambos atendidos por 39
colaboradores de la Brigada, incluidos 12 egresados de la Escuela
Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana.
Por intermedio de la viceministra de Salud, Marcia Cobas, y a
través de la telefonía celular, el líder cubano habló con varios
egresados de la ELAM y la doctora granmense Elisa Ortiz Vázquez,
jefa de los 145 cooperantes sanitarios cubanos en Artibonite.
Había emoción entre los presentes. La primera fue la médico
hondureña Yorlenis Ramírez. Ese era uno de sus más caros deseos.
Lleva siete meses en Haití.
"Comandante, buenas tardes. ¿Cómo está? Aquí un placer saludarlo.
Lo amamos, Comandante, lo amamos de corazón. Soy hondureña, de Santa
Ifigenia Labor, del departamento de Ocotepeque. Estábamos en la
consulta. ¿De la ELAM? Somos 12 ahora en L’Estere: un dominicano,
tres paraguayos, un norteamericano, un nicaragüense, dos bolivianos,
dos uruguayos, una ecuatoriana y yo de Honduras. Gracias por la
oportunidad que nos dio de ser médicos y poder servir al mundo. No
lo defraudaremos, Comandante. Le serviremos a quien lo necesite".
Y Fidel le pidió una foto del grupo de la ELAM en L’ Estere.
A su lado, también el médico de esta hornada de galenos formados
por la Revolución, el estadounidense Gregory J. Wilkinson, de
California y en su inconfundible acento dialogó con el líder cubano.
"Sí, estoy bien. Estoy muy agradecido de poder brindar atención
médica como Cuba me enseñó, cumpliendo la misión de traer luces y
salud..., aunque duele mucho ver tantos pobres. Estoy aquí
cumpliendo mi deber. Llevo un poco más de cuatro meses. Hemos
salvado mucha gente, es una tremenda experiencia. Tratamos a los
enfermos con mucha humanidad. Y gracias a la Brigada Médica Cubana
están bajando los casos de cólera. La gente está comprendiendo y
están llegando a tiempo para ser atendida. Estamos haciendo
pesquisaje por pueblitos como Plateau (donde comenzó la iniciativa
de los Grupos de Pesquisa Activa en lugares muy remotos y de difícil
acceso). Gracias, Comandante, lo queremos mucho".
Así, en un tono familiar y afectuoso, conversaron con Fidel
también Verónica y Brayan, de Uruguay; María del Carmen, de Ecuador;
Narciso, de Dominicana; César Augusto, Juan Carlos y Elvis David, de
Paraguay; Jorge Antonio, de Nicaragua, y Sandra y Sergio Alfredo, de
Bolivia.
La doctora Ortiz Vázquez le expresó cuánto orgullo sentía esta
tropa suya, dispuesta a dar salud en cualquier lugar del planeta,
donde se necesite. Ella le dijo que hoy se cumplen sus sueños con
estos jóvenes de la ELAM, que forman parte de la brigada cubana, un
rasgo muy distintivo de esta misión médica.
Todos terminamos con un grito de ¡VIVA FIDEL! Fue una jornada
diferente.
EL SALUDO DE FIDEL Y RAÚL PARA TODOS
La viceministra Marcia Cobas cumplió la encomienda del Jefe de la
Revolución cubana de contactar directamente con varias decenas de
nuestros colaboradores, ver cómo se sienten de ánimo ante la dura
misión en Haití, cómo se alimentan, su estado de salud, protección y
seguridad, cómo esperarán el nuevo año, la comunicación con la
familia y cómo se está comportando el enfrentamiento a la epidemia.
La pequeña comitiva visitó a nuestros brigadistas, además, en los
centros de tratamiento de cólera de las comunas de Croix des
Buoquets, departamento Oeste, Mirebalais (Centro), Pleasance y
Pleine du Nord (Norte) y Oanamenthe de Fort Liberté, cabecera
departamental del Nordeste, a muy escasos metros de la frontera con
la República Dominicana.
A todos encontró alegres, sanos y entusiasmados con la tarea. Les
trasladó el saludo de Fidel y Raúl, y les entregó una bella tarjeta
de felicitación personalizada y firmada por el jefe de la expedición
del yate Granma (que recibirán todos los cooperantes sanitarios) por
el aniversario 52 del triunfo de la Revolución. En la postal
aparecen cinco pioneros cubanos pintando una hermosa paloma blanca.
La viceministra Cobas, que estuvo acompañada por el doctor
Lorenzo Somarriba, jefe de la Misión Médica cubana aquí, tras
elogiar la organización y limpieza de los centros, calificó la
misión en Haití como la más dura y la de condiciones más difíciles
de las que lleva a cabo la mayor de las Antillas en la actualidad en
66 naciones.
En este contexto, cortó la cinta inaugural del centro de
tratamiento de la enfermedad en la ciudad de Fort Liberté, de 100
camas, que será atendido por 24 enfermeras y 10 médicos. Ese es el
primero que abre Cuba en el departamento Nordeste, ubicado muy cerca
de la frontera haitiana-dominicana, de gran movilidad binacional. La
estrategia de la Brigada es estar preparada ante una previsible
explosión de cólera en esa región, con la finalidad, además, de
impedir su propagación a la vecina Quisqueya.
La tarea nos hace evocar a nuestro José Martí, cuando como parte
de un recorrido por las Antillas, en septiembre de 1892 visitó en
Haití las ciudades Gonaives, Cabo Haitiano y Fort Liberté, de donde
partió a Montecristi, República Dominicana, con el propósito de
"establecer discretamente con los pueblos amigos relaciones que
tiendan a acelerar, con la menor sangre y sacrificios posibles, el
éxito de la guerra y la fundación de la nueva República
indispensable al equilibrio americano".
Con el centro de tratamiento de Fort Liberté, los cooperantes
cubanos han abierto en pocas semanas 17 instituciones de esta
naturaleza con 1 200 camas, en regiones rurales apartadas de los
centros urbanos, para la atención gratuita de los haitianos con
cólera, que está probando en el terreno el alto valor del llamado
Protocolo cubano de lucha contra ese padecimiento para salvar vidas
y hacer labor preventiva dirigida a detener la mortal epidemia.
A la Brigada se le solicitó la apertura de otro centro en la
populosa comuna de Oanamenthe, de 50 camas, que será uno de los tres
próximos que completarán la cifra de 20. Además, los cooperantes
cubanos luchan contra el cólera en otras 41 unidades sanitarias bajo
su responsabilidad.
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Hasta el sábado 25 de
diciembre, la Brigada Médica Cubana había salvado la vida de
más de 46 000 haitianos que enfermaron de cólera, mientras
redujo su tasa de letalidad a un 0,59%.
Los Grupos de Pesquisa
Activa (pequeñas unidades móviles sanitarias de la Brigada)
habían visitado en subcomunas de muy difícil acceso a más de
181 000 personas, entre quienes detectaron y trataron in
situ a 1 265 contagiados, salvándoles de una muerte segura.
Allí realizaron labores educativas-preventivas para
enfrentar el mal. |
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