(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
El discurso en esta ocasión es ligeramente mayor que los
anteriores; pero esta, realmente, ha sido una sesión de la Asamblea
excepcional, por los temas discutidos, las opiniones de ustedes y
los documentos aprobados.
Cuando me dirigía para esta Asamblea, al ver en el periódico la
fecha, 18 de diciembre, inmediatamente vino a mi mente un simple
detalle histórico, hace exactamente 54 años, no pensábamos vivir
tanto entonces, en las circunstancias en que nos encontrábamos, el
naciente Ejército Rebelde, las actuales Fuerzas Armadas
Revolucionarias y la Revolución en sí misma, que después del
desastre y el gran revés sufrido, en un lugar conocido como Alegría
de Pío, tres días después del desembarco, el 5 de diciembre de ese
año, durante 13 días, en pequeños grupos desandando, tratando de
pasar los dos cercos inmediatos que nos pusieron, por fin, ayudados
por los campesinos, me uní al pequeño grupo que tenía Fidel.
El encuentro fue ya por la noche. Después del abrazo inicial me
separó y la primera pregunta fue: "¿Cuántos fusiles traes?" "Cinco",
contesté; "Y dos que tengo yo, siete. ¡Ahora sí ganamos la guerra!"
(Aplausos.) Y parece, por lo visto, que tenía razón.
Es una feliz coincidencia, y quise empezar las palabras finales
de esta actividad con tan grato recuerdo.
Compañeras y compañeros:
Llevamos varios días reunidos debatiendo asuntos trascendentales
para el futuro de la nación. En esta oportunidad, además del
habitual trabajo en comisiones, los diputados han sesionado en
plenaria, con el propósito de analizar los detalles de la situación
económica actual, así como las propuestas del presupuesto y el plan
de la economía para el año 2011.
También los diputados han dedicado largas horas a valorar a
profundidad y esclarecer dudas e inquietudes acerca del Proyecto de
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la
Revolución.
Nuestros medios de difusión han publicado con amplitud el
desarrollo de estos debates, para facilitar la información de la
población.
A pesar de la incidencia en la economía nacional de los efectos
de la crisis mundial, el irregular comportamiento de las lluvias
durante 19 meses, desde noviembre de 2008 hasta junio del actual
año, y sin excluir errores propios, puedo afirmar que el plan del
2010 ha tenido un desempeño aceptable para los tiempos que vivimos.
Se alcanzará la meta de crecimiento de 2.1 por ciento del Producto
Interno Bruto, más conocido por sus siglas PIB; se elevaron las
exportaciones de mercancías y servicios, sin concluir el año ya se
alcanzó la cifra prevista de visitantes extranjeros, aunque
nuevamente se incumplirán los ingresos, se consolida el equilibrio
financiero interno y, por vez primera en varios años, comienza a
apreciarse una dinámica favorable, todavía limitada, en la
productividad del trabajo en comparación con el salario medio.
Continúan disminuyendo las retenciones de transferencias al
exterior, o lo que es lo mismo, las limitaciones que nos vimos
obligados a imponer a finales del año 2008 en los pagos desde los
bancos cubanos a los suministradores extranjeros, las cuales serán
suprimidas totalmente el próximo año y, al propio tiempo, se han
logrado significativos avances en la renegociación de la deuda con
nuestros principales acreedores.
Nuevamente deseo agradecer la confianza y comprensión de nuestros
socios comerciales y financieros, a quienes ratifico el más firme
propósito de honrar puntualmente los compromisos contraídos. El
Gobierno ha impartido instrucciones precisas de no asumir nuevas
deudas sin la seguridad de cumplimentar su pago en los plazos
pactados.
Como fue explicado por el Vicepresidente del Gobierno y Ministro
de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, el plan del
próximo año prevé un crecimiento del PIB del 3.1%, que deberá
alcanzarse en medio de un escenario no menos complejo y tenso.
El año 2011 es el primero de los cinco incluidos en la proyección
a mediano plazo de nuestra economía, período en el que, de manera
gradual y progresiva, se irán introduciendo cambios estructurales y
de conceptos en el modelo económico cubano.
Durante el próximo año proseguiremos de manera decidida en la
reducción de los gastos superfluos, promoviendo el ahorro de todo
tipo de recursos, el cual, como hemos dicho en varias ocasiones,
constituye la fuente de ingresos más rápida y segura a nuestra
disposición en estos momentos.
Igualmente haremos, sin descuidar en lo más mínimo, sino elevando
la calidad de los programas sociales en las esferas de la salud, la
educación, la cultura y el deporte, en las cuales se han
identificado enormes reservas de eficiencia en el uso más racional
de la infraestructura existente. También incrementaremos las
exportaciones de bienes y servicios, al tiempo que continuaremos
concentrando las inversiones en aquellas actividades de más rápida
recuperación.
En materia del plan y el presupuesto, hemos insistido en que
tiene que acabarse la historia repetida de los incumplimientos y los
sobregiros. El plan y el presupuesto son sagrados, repito, desde
ahora el plan y el presupuesto son sagrados y se elaboran para ser
cumplidos, no para conformarnos con justificaciones de cualquier
tipo y hasta con imprecisiones y mentiras, intencionadas o no,
cuando no se logran las metas trazadas.
A veces algunos compañeros, sin un propósito fraudulento, aportan
informaciones inexactas de sus subordinados sin haberlas comprobado
y caen en la mentira inconscientemente, pero esos datos falsos nos
pueden conducir a decisiones erradas con mayor o menor repercusión
en la nación. Quien así actúa, también miente y sea quien sea, debe
ser demovido definitiva y no temporalmente del cargo que ocupa y,
después del análisis de los organismos correspondientes, también
separado de las filas del Partido si milita en él.
La mentira y sus nocivos efectos han acompañado a los hombres
desde que aprendimos a hablar en épocas remotas, motivando la
respuesta de la sociedad. Recordemos que en los diez mandamientos
bíblicos, el número ocho dispone: "No darás falso testimonio ni
mentirás". Igualmente en los tres principios éticos morales
fundamentales de la civilización inca se establecía: no mentir, no
robar, no ser holgazán.
Voy a repetir estos principios que aún usan los descendientes de
los incas en la actualidad: no mentir, no robar y no ser holgazán o
no ser vago. Están bien esos tres principios, ¿eh? Vamos a tratar de
tenerlos presentes.
Hay que luchar para desterrar definitivamente la mentira y el
engaño de la conducta de los cuadros, de cualquier nivel. No por
gusto el compañero Fidel en su brillante definición del concepto
Revolución, entre otros criterios, señaló: "No mentir jamás ni
violar principios éticos". Conceptos que aparecen reflejados en la
primera página de los Lineamientos que hemos estado discutiendo, en
el folleto que se imprimió.
Tras la publicación el pasado 9 de noviembre del Proyecto de
Lineamientos de la Política Económica y Social, el tren del VI
Congreso del Partido está en marcha, ya que el verdadero congreso
será la discusión abierta —como ya se está efectuando— y franca con
los militantes y todo el pueblo de sus enunciados, lo que en un
genuino ejercicio democrático, permitirá enriquecerlos, al tiempo
que, sin excluir opiniones divergentes, logremos la conformación de
un consenso nacional acerca de la necesidad y la urgencia de
introducir cambios estratégicos en el funcionamiento de la economía,
con el propósito de hacer sustentable e irreversible el Socialismo
en Cuba.
No hay que temerle a las discrepancias de criterios y esta
orientación, que no es nueva, no debe interpretarse como
circunscrita al debate sobre los Lineamientos; las diferencias de
opiniones, expresadas preferiblemente en lugar, tiempo y forma, o
sea, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma
correcta, siempre serán más deseables a la falsa unanimidad basada
en la simulación y el oportunismo. Es por demás un derecho del que
no se debe privar a nadie.
Mientras más ideas seamos capaces de provocar en el análisis de
un problema, más cerca estaremos de su solución apropiada.
La Comisión de Política Económica del Partido y los 11 grupos que
la conformaron, trabajaron durante largos meses en la elaboración de
los citados Lineamientos, que como se ha explicado, constituirán el
tema central del Congreso, partiendo de la convicción de que la
situación económica es la principal tarea del Partido y del Gobierno
y la asignatura básica de los cuadros a todos los niveles.
Durante los últimos años habíamos insistido en que no podíamos
dejarnos llevar por improvisaciones y apresuramientos en esta
esfera, teniendo en cuenta la magnitud, complejidad y las
interrelaciones de las decisiones a adoptar. Es por ello que pienso
que hicimos bien en aplazar el Congreso del Partido, aunque hemos
debido resistir, precisamente, los reclamos honestos y también los
mal intencionados dentro y fuera de Cuba para que apuráramos la
adopción de múltiples medidas. Nuestros adversarios en el exterior,
como era de esperar, han impugnado cada paso que dimos, primero los
descalificaban como cosméticos e insuficientes, ahora tratan de
confundir a la opinión pública presagiando el seguro fracaso y
concentran sus campañas en la exaltación del supuesto desencanto y
escepticismo con que dicen nuestro pueblo ha acogido este proyecto.
A veces da la impresión de que sus deseos más íntimos les impiden
apreciar la realidad. Haciendo evidentes sus verdaderas
pretensiones, nos exigen sin tapujos desmontar el régimen económico
y social que conquistamos, como si esta Revolución estuviera
dispuesta a someterse a la más humillante rendición o lo que es
igual, regir su destino por condicionamientos degradantes.
A lo largo de 500 años, desde Hatuey hasta Fidel, es mucha la
sangre derramada por nuestro pueblo para aceptar ahora el
desmantelamiento de lo logrado al precio de tanto sacrificio
(Aplausos).
A quienes abriguen esas infundadas ilusiones, vale recordarles,
otra vez, lo expresado en este Parlamento el 1ro de agosto de 2009:
cito: "A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo
en Cuba ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender,
mantener y continuar perfeccionando el Socialismo, no para
destruirlo", (Aplausos) fin de la cita.
Hoy añado que las medidas que estamos aplicando y todas las
modificaciones que resulte necesario introducir en la actualización
del modelo económico, están dirigidas a preservar el Socialismo,
fortalecerlo y hacerlo verdaderamente irrevocable, como quedó
incorporado en la Constitución de la República a solicitud de la
inmensa mayoría de nuestra población en el año 2002.
Es preciso poner sobre la mesa toda la información y los
argumentos que fundamentan cada decisión y de paso, suprimir el
exceso de secretismo a que nos habituamos durante más de 50 años de
cerco enemigo. Siempre un Estado tendrá que mantener en lógico
secreto algunos asuntos, eso es algo que nadie discute, pero no las
cuestiones que definen el curso político y económico de la nación.
Es vital explicar, fundamentar y convencer al pueblo de la justeza,
necesidad y urgencia de una medida, por dura que parezca.
El Partido y la Juventud Comunista, además de la Central de
Trabajadores de Cuba y sus sindicatos junto al resto de las
organizaciones de masas y sociales, tienen la capacidad de movilizar
el apoyo y la confianza de la población mediante el debate sin
ataduras a dogmas y esquemas inviables, que constituyen una barrera
psicológica colosal, que es imprescindible desmontar poco a poco y
lo lograremos entre todos (Aplausos).
Ese es precisamente el contenido fundamental que reservamos a la
Conferencia Nacional del Partido a celebrarse en el año 2011,
después del Congreso, en fecha que se fijará más adelante; en ella
analizaremos, entre otras cuestiones, las modificaciones a los
métodos y estilos de trabajo de la organización partidista, ya que,
a consecuencia de las deficiencias presentadas en el desempeño de
los órganos administrativos del Gobierno, el Partido a lo largo de
los años se tuvo que involucrar en el ejercicio de funciones que no
le corresponden, lo cual limitó y comprometió su condición de
vanguardia organizada de la nación cubana y fuerza dirigente
superior de la sociedad y del Estado, en consonancia con el artículo
cinco de la Constitución de la República.
El Partido debe dirigir y controlar y no interferir en las
actividades del Gobierno, a ningún nivel, que es a quien corresponde
gobernar, cada uno con sus propias normas y procedimientos, según
sus misiones en la sociedad.
Es necesario cambiar la mentalidad de los cuadros y de todos los
compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a
delinearse. Se trata sencillamente de transformar conceptos erróneos
e insostenibles acerca del Socialismo, muy enraizados en amplios
sectores de la población durante años, como consecuencia del
excesivo enfoque paternalista, idealista e igualitarista que
instituyó la Revolución en aras de la justicia social.
Muchos cubanos confundimos el Socialismo con las gratuidades y
subsidios, la igualdad con el igualitarismo, no pocos identificamos
la libreta de abastecimientos como un logro social que nunca debiera
suprimirse.
Al respecto, estoy convencido de que varios de los problemas que
hoy afrontamos tienen su origen en esta medida de distribución, que
si bien estuvo animada en su momento por el sano empeño de asegurar
al pueblo un abastecimiento estable de alimentos y otras mercancías
en contraposición al acaparamiento inescrupuloso por algunos con
fines de lucro, constituye una expresión manifiesta de
igualitarismo, que beneficia lo mismo a los que trabajan y a
aquellos que no lo hacen o que no la necesitan y genera prácticas de
trueque y reventa en el mercado sumergido, etc, etc.
La solución a este complejo y sensible asunto no es sencilla,
pues guarda estrecha relación con el fortalecimiento del papel del
salario en la sociedad y ello sólo será posible, si a la par de
reducir gratuidades y subsidios, elevamos la productividad del
trabajo y la oferta de productos a la población.
En esta cuestión, como en la reducción de las plantillas
abultadas, el Estado Socialista no dejará desamparado a ningún
ciudadano y mediante el sistema de asistencia social, asegurará que
las personas impedidas para trabajar reciban la protección mínima
requerida. En el futuro existirán subsidios, pero no a los
productos, sino a las cubanas y cubanos que por una u otra razón
realmente los necesiten.
Como se conoce, desde el mes de septiembre se eliminó la
distribución normada de cigarros, un artículo que recibía sólo una
parte de la población y que es obvio, por sus nocivos efectos a la
salud, no constituye un producto de primera necesidad.
El próximo año —y ya se habló aquí en los debates que sostuvimos—
no podremos darnos el lujo de gastar casi 50 millones de dólares —47
exactamente— en importaciones de café para mantener la cuota que
hasta el presente se distribuye a los consumidores, incluyendo a los
niños recién nacidos. Se prevé, por ser una necesidad ineludible,
como hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo, mucho más
barato que el café, que nos cuesta casi tres mil dólares la
tonelada, mientras que aquel tiene un precio de 390 dólares.
Por lo tanto, si queremos, seguir tomando café puro y sin
racionamiento, la única solución es producirlo en Cuba, donde está
probado que existen todas las condiciones para su cultivo, en
cantidades suficientes que satisfagan la demanda y hasta exportarlo
con la más alta calidad.
Después de la guerra de agresión norteamericana contra Viet Nam,
el heroico e invicto pueblo vietnamita nos solicitó que le
enseñáramos a sembrar café, y allá fuimos; se le enseñó, se le
trasladó nuestra experiencia. Hoy Viet Nam es el segundo exportador
de café del mundo. Y un funcionario vietnamita le decía a su colega
cubano: "¿Cómo es posible que ustedes que nos enseñaron a sembrar
café el otro día, ahora nos estén comprando café?" No sé qué le
habrá contestado el cubano. Seguro que le dijo: "El bloqueo."
Estas decisiones, y otras que será necesario aplicar, aunque
sabemos que no son populares, sí son obligadas para poder mantener y
mejorar incluso los servicios gratuitos de salud pública, educación
y la seguridad social a todos los ciudadanos.
Fidel, en su histórico discurso el 17 de noviembre de 2005,
expresó, y cito: "Una conclusión que he sacado al cabo de muchos
años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más
importante error era creer que alguien sabía de Socialismo, o que
alguien sabía de cómo se construye el Socialismo", fin de la cita.
Hace apenas un mes, exactamente al cabo de cinco años, Fidel a
través de su mensaje en ocasión del Día Internacional del
Estudiante, en la reunión sostenida con varios de ellos, ratificó
esos conceptos que conservan total vigencia.
Por mi parte, recuerdo los planteamientos de un laureado
científico soviético que hace alrededor de medio siglo —en la época
en que fue el primer hombre al cosmos, que fue Gagarin—, consideraba
que aunque teóricamente se había documentado la posibilidad del
vuelo del hombre al espacio, no dejaba de ser un viaje a lo ignoto,
a lo desconocido.
Si bien hemos contado con el legado teórico marxista leninista,
donde científicamente está demostrada la factibilidad del Socialismo
y la experiencia práctica de los intentos de su construcción en
otros países, la edificación de la nueva sociedad en el orden
económico es, en mi modesta opinión, también un trayecto hacia lo
ignoto —hacia lo desconocido—, por lo cual cada paso debe meditarse
profundamente y ser planificado antes del próximo, donde los errores
se corrijan oportuna y rápidamente para no dejarle la solución al
tiempo, que los acrecentará y al final nos pasará la factura aún más
costosa.
Tenemos plena conciencia de los errores que hemos cometido y
precisamente, los Lineamientos que estamos discutiendo marcan el
inicio del camino de la rectificación y la necesaria actualización
de nuestro modelo económico socialista.
Nadie debe llamarse a engaño, los Lineamientos señalan el rumbo
hacia el futuro socialista, ajustado a las condiciones de Cuba, no
al pasado capitalista y neocolonial derrocado por la Revolución. La
planificación y no el libre mercado será el rasgo distintivo de la
economía y no se permitirá, como se recoge en el tercero de los
Lineamientos generales, la concentración de la propiedad. Más claro
ni el agua, aunque no hay peor ciego que el que no quiere ver.
La construcción del Socialismo debe realizarse en correspondencia
con las peculiaridades de cada país. Es una lección histórica que
hemos aprendido muy bien. No pensamos volver a copiar de nadie,
bastantes problemas nos trajo hacerlo y porque además mucha veces
copiamos mal, como decíamos ayer; aunque no ignoramos las
experiencias de otros y aprendemos de ellas, incluyendo las
positivas de los capitalistas.
Abundando sobre el necesario cambio de mentalidad mencionaré un
ejemplo: si hemos arribado a la conclusión de que el ejercicio del
trabajo por cuenta propia constituye una alternativa más de empleo
para los ciudadanos en edad laboral, con el fin de elevar la oferta
de bienes y servicios a la población y liberar al Estado de esas
actividades para concentrarse en lo verdaderamente decisivo, lo que
corresponde hacer al Partido y al Gobierno en primer lugar es
facilitar su gestión y no generar estigmas ni prejuicios hacia
ellos, ni mucho menos demonizarlos, y para eso es fundamental
modificar la apreciación negativa existente en no pocos de nosotros
hacia esta forma de trabajo privado. Los clásicos del marxismo
leninismo al proyectar los rasgos que debían caracterizar la
construcción de la nueva sociedad, definieron —especialmente Lenin—
que el Estado, en representación de todo el pueblo, mantendría la
propiedad sobre los fundamentales medios de producción.
Nosotros absolutizamos ese principio y pasamos a propiedad
estatal casi toda la actividad económica del país. Los pasos que
hemos venido dando y daremos en la ampliación y flexibilización del
trabajo por cuenta propia, son el fruto de profundas meditaciones y
análisis y podemos asegurar que esta vez no habrá retroceso.
Por su parte, la Central de Trabajadores de Cuba y los
respectivos sindicatos nacionales, se encuentran estudiando las
formas y métodos para organizar la atención a esta fuerza laboral,
promover el cumplimiento estricto de la Ley y los tributos y motivar
en estos trabajadores el rechazo a las ilegalidades. Debemos
defender sus intereses —repito—, debemos defender los intereses de
los trabajadores por cuenta propia, igual que hacemos con cualquier
otro ciudadano, siempre que actúen en cumplimiento de las normas
jurídicas aprobadas.
En esta dirección reviste gran importancia la introducción en los
diferentes niveles de la enseñanza de los conceptos básicos del
sistema tributario con el objetivo de familiarizar, de manera
permanente y concreta, a las nuevas generaciones en la aplicación de
los impuestos como la forma más universal de redistribución de la
renta nacional, en interés del sostenimiento de los gastos sociales,
incluyendo la ayuda a los más necesitados.
A escala de toda la sociedad, debemos fomentar los valores
cívicos de respeto y cumplimiento por los contribuyentes de sus
obligaciones tributarias, crear en las personas esa cultura y
disciplina, bonificar a los que cumplen y sancionar la evasión de
impuestos.
Otra tarea en la cual, a pesar del avance logrado, falta mucho
por hacer es la atención a las distintas formas productivas en la
agricultura, de modo que se eliminen las diversas trabas existentes
para potenciar las fuerzas productivas en nuestros campos y que, en
correspondencia con el ahorro en la importación de alimentos, los
agricultores obtengan ingresos justos y razonables por su
sacrificada labor, lo cual no justifica que se impongan precios
abusivos a la población.
A más de dos años de iniciada la entrega de tierras ociosas en
usufructo, pienso que estamos en condiciones de valorar la
asignación de áreas adicionales, por encima de los límites que
regula el Decreto-Ley 259, de julio de 2008, a aquellos productores
agropecuarios con resultados destacados en la utilización intensiva
de los suelos bajo su responsabilidad.
Considero oportuno aclarar que las tierras entregadas en
usufructo constituyen propiedad de todo el pueblo, por lo que si un
día en el futuro se requirieran para otros usos, por una necesidad
constructiva de una obra social o de una carretera o de lo que sea,
el Estado compensaría a los usufructuarios lo invertido y les
abonaría el valor de las bienhechurías.
En su momento, una vez que concluyamos los estudios, a partir de
las experiencias que hemos ido acumulando, presentaremos al Consejo
de Estado las correspondientes propuestas de modificación del citado
Decreto-Ley, donde los campesinos tienen su representante, que es
precisamente el compañero Lugo Fonte, presidente de la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños.
Una de las barreras más difíciles de sortear en el empeño de
formar una visión diferente, y así debemos reconocerlo públicamente,
es la ausencia de una cultura económica en la población, incluidos
no pocos cuadros de dirección, los cuales, evidenciando una
ignorancia supina en la materia, al enfrentar problemas cotidianos
adoptan o proponen decisiones sin detenerse un instante a valorar
sus efectos y los gastos que se generan, ni si existen recursos
asignados en el plan y el presupuesto con ese destino.
No descubro nada cuando afirmo que improvisar, en general, y en
la economía en particular, conduce a un seguro fracaso, con
independencia de los buenos propósitos que se pretenda alcanzar.
El pasado 2 de diciembre, en ocasión del 54 aniversario del
desembarco del Granma, el órgano oficial de nuestro Partido
reprodujo un fragmento del discurso que pronunciara Fidel en 1976,
en igual fecha, cuando se conmemoraban apenas 20 años del suceso y
que por su vigencia y actualidad he considerado oportuno citar.
Decía Fidel en aquel momento, hace 34 años: "La fuerza de un pueblo
y de una revolución consiste precisamente en su capacidad de
comprender y enfrentar las dificultades. A pesar de todo avanzaremos
en numerosos campos y lucharemos denodadamente por elevar la
eficiencia de la economía, ahorrar recursos, reducir gastos no
esenciales, aumentar las exportaciones y crear en cada ciudadano una
conciencia económica. Antes dije que todos somos políticos, ahora
añado que todos debemos ser también economistas y, repito,
economistas, no economicistas, que no es lo mismo una mentalidad de
ahorro y eficiencia que una mentalidad de consumo", fin de la cita.
Economistas, no quiere decir que nos pongamos todos ahora a
buscar un título de economista, tenemos suficientes, es dominar los
principios de la economía, no es hacerse doctor en economía.
Continuaba el compañero Fidel diciendo: "…ahora añado que todos
debemos ser también economistas y, repito, economistas, no
economicistas, que no es lo mismo una mentalidad de ahorro y
eficiencia que una mentalidad de consumo", fin de la cita.
El corazón de estos Lineamientos que ustedes tienen y la
precisión de la orientación del desarrollo económico que en este
momento es, producir lo que se pueda exportar, ahorrar importaciones
e invertir en las obras que se recuperen más rápido, y, además,
elevar la eficiencia de la economía. Ahorrar recursos, reducir
gastos no esenciales —de todo eso hablamos en estos días—, aumentar
las exportaciones y crear en cada ciudadano una conciencia económica
"y, repito, economistas, no economicistas, que no es lo mismo una
mentalidad de ahorro y eficiencia que una mentalidad de consumo",
fin de la cita. Dicho un 2 de diciembre, hace 34 años.
Diez años después, el primero de diciembre de 1986, durante la
sesión diferida del III Congreso del Partido, Fidel expresó, cito:
"Mucha gente no entiende que el Estado Socialista, ningún Estado,
ningún sistema puede dar lo que no tiene, y mucho menos va a tener
si no se produce; si se está dando dinero sin respaldo productivo.
Estoy seguro de que las plantillas infladas, el exceso de dinero
entregado a la gente, los inventarios ociosos, los despilfarros,
tienen que ver mucho con el gran número de empresas irrentables que
hay en el país…" fin de la cita.
A 34 y 24 años, respectivamente, de estas dos citas que acabo de
hacer, y de estas orientaciones del Jefe de la Revolución, esos y
muchos otros problemas siguen estando presentes.
Bueno, ¿y qué hacíamos? ¿Por qué no se cumplieron las
instrucciones u orientaciones del Jefe de la Revolución? Aplaudimos
los discursos, gritamos viva la Revolución, y después las cosas
siguen iguales.
Él hizo lo que le correspondía, y yo trato de encontrar una
explicación y expreso que Fidel con su genialidad iba abriendo
brechas y señalando el camino, y los demás no supimos asegurar y
consolidar el avance en pos de esos objetivos.
Nos faltó en realidad cohesión, a pesar de la unidad que tiene
este pueblo alrededor de su Partido, de sus dirigentes, de su
Gobierno, nuestra arma estratégica fundamental para poder sobrevivir
más de cinco siglos, en una fortaleza sitiada, frente al más
poderoso imperio que ha existido en la historia. Pero nos faltó
cohesión, organización y coordinación entre el Partido y el
Gobierno; en medio de las amenazas y urgencias cotidianas
descuidamos la planificación a mediano y largo plazos, no fuimos
suficientemente exigentes ante violaciones y errores de carácter
económico cometidos por algunos dirigentes y también demoramos en
rectificar decisiones que no tuvieron el efecto esperado pero
supervivieron.
Más de una vez, y aquí mismo en este Parlamento, me he referido a
que en esta Revolución casi todo está dicho, y que debemos revisar
qué orientaciones del Jefe de la Revolución hemos cumplido y cuáles
no, desde su vibrante alegato "La Historia me Absolverá" en el
juicio del Moncada hasta hoy. Recuperaremos las ideas de Fidel que
siguen vigentes y no permitiremos que nos vuelva a pasar lo mismo.
Por eso, las orientaciones y la línea, que han marcado el Partido y
el gobierno sobre errores, violaciones, etcétera, etcétera. Si
queremos salvar la Revolución hay que cumplir lo que acordemos, y no
permitir después del Congreso —como ha sido hasta ahora en muchos
casos muy elocuentes— que los documentos vayan a dormir el sueño
eterno de las gavetas, como se estuvo explicando en estos días de
discusiones, fructíferas, democráticas y verdaderamente profundas.
Así es como queremos que el pueblo continúe discutiendo esos
Lineamientos, cerca de 100 días hay para eso. O rectificamos o ya se
acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y
hundiremos, como dijimos con anterioridad, el esfuerzo de
generaciones enteras, desde el indio Hatuey, que vino de lo que hoy
es la República Dominicana y Haití —el primer internacionalista en
nuestro país—, hasta Fidel, que nos ha conducido genialmente por
estas situaciones tan complicadas desde el triunfo de la Revolución
(Aplausos).
No olvidemos nunca, los menos jóvenes, o los que tenemos más
edad, pero seguimos siendo jóvenes y estamos en la pelea (Aplausos),
y las nuevas generaciones también —de las cuales ayer hicieron uso
de la palabra algunos elocuentemente—, las palabras del discurso
inicial de Fidel una vez llegado a la capital, desde el cuartel
principal de Batista, antigua Columbia, hoy escuela Ciudad Libertad.
Dijo desde ese lugar: "La Revolución ha triunfado, la alegría es
inmensa, pero queda mucho por hacer todavía. No nos equivoquemos
pensando que desde ahora todo será fácil, tal vez ahora todo sea más
difícil." Y esa orientación precisa y visionaria se ha cumplido a lo
largo de cincuenta y tantos años.
No iba a ser un camino de rosas, sabíamos la fuerza que íbamos a
desafiar, solo contando con el pueblo y con el armamento, el
arrebatado a Batista, después seguimos armándonos todo lo que
pudimos, hasta hoy, y fomentado y educado por él también, la gran
unidad que tiene nuestro pueblo, que debemos siempre cuidar como la
niña de nuestros ojos, como la propia vida. Pero esa unidad no puede
ser por decreto; más unidad tendremos, porque será del dominio de
todos, si se aplican métodos absolutamente democráticos en todo el
desenvolvimiento político de la nación, desde un núcleo del Partido
hasta el órgano supremo del poder del Estado, que es esta Asamblea
que está reunida aquí, con paciencia.
Tenemos un país instruido, con un alto nivel de instrucción, y
tenemos muchas cosas positivas, gigantescos avances que se han
logrado, que no corresponde en esta actividad estar enumerando,
ustedes las conocen. Nuestra prensa habla bastante de eso, de los
logros de la Revolución, en los discursos también abundamos; pero
hay que ir a la médula de los problemas, como se ha hecho en esta
sesión de la asamblea del Parlamento.
Es decir que las cuestiones que hemos analizado y los errores que
hemos criticado, no pueden volver a suceder, se está jugando la vida
de la Revolución.
Los mismos errores, si simplemente son analizados con honestidad,
nada más, vamos a analizarlos con honestidad y profundidad, desde
luego, pueden transformarse en experiencias y lecciones para
superarlos y no volver a incurrir en ellos. ¿Ustedes no han oído
decir que el ser humano es el único animal que tropieza más de una
vez con el mismo obstáculo? Yo conozco a algunos aquí que han
chocado cinco, seis y diez veces, y si no los paramos seguirán, y no
es que se den un golpe en el tobillo o en la punta del pie, es que
cuestan muchos millones los errores que se cometen. La enumeración
que hacía el propio Vicepresidente, el ministro de Economía y
Planificación, Murillo, o la que hizo el presidente de la Comisión
de Asuntos Económicos del Parlamento, que acaba de hablar, el
compañero Osvaldo Martínez: dejamos de percibir tantos millones por
el precio que tiene el azúcar, todos estos años ha tenido un precio
por el suelo y ahora que levantó, por no cumplir los planes del
azúcar, por equis motivos, dejamos de percibir tantos millones de
dólares; en tal otra actividad, por no cumplirse los planes dejamos
de recibir tanto.
Yo le decía a Machado, comentando mientras los oíamos, comentando
allí a su lado: si sacas la cuenta de los millones que hemos perdido
por dejar de cumplir los planes, ve a ver cuántos problemas
hubiéramos resuelto. Es así en todo.
Y por eso soy defensor a ultranza de acabar con el secretismo,
aunque algún secreto hay que mantener, ayer hablamos de algunos, que
no pienso publicar; fíjense que de mis intervenciones en la Asamblea
no se ha publicado apenas nada en prensa, yo pedí que fuera así,
precisamente para hablar, la sesión fue cerrada para poder discutir
aquí, como se dice, a calzón quitado; no hubo que quitarse tanta
ropa, pero discutimos lo que había que discutir. Así debe ser.
Y soy un defensor de la lucha contra el secretismo, porque detrás
de esa adornada alfombra es donde se ocultan las fallas que tenemos,
y los interesados en que sea así y siga así. Y yo recuerdo algunas
críticas; "sí, saquen en el periódico tal crítica", le orienté yo
mismo, antes, hace muchos años, y, naturalmente, no se habló de un
organismo, sino de un producto, etcétera. Inmediatamente la gran
burocracia empezó a moverse: "Esas cosas no ayudan, desmoralizan a
los trabajadores." ¿A qué trabajadores van a desmoralizar? Como en
una ocasión, en la gran empresa estatal lechera, El Triángulo. Se
llevaba semanas, porque uno de los camiones de esa vaquería que
estaba ahí —eso es bastante inmenso, lo sigue siendo, creo que ahora
es un centro genético... (Le dicen que es la Triunvirato).
Triunvirato, verdad, El Triángulo es en Camagüey. Un camioncito de
esa parte estaba roto, y entonces toda la leche que se producía en
las vaquerías de esa zona, de ese lugar —no de la empresa completa—
se la echaban a unos cerdos que estaban criando.
Fue entonces que le digo a un secretario del Comité Central para
atender la agricultura en esa etapa, mete en Granma, cuenta todo
esto que está pasando, haz una crítica.
Revolví el avispero; lo que no sabían que era yo el que lo había
orientado, y algunos vinieron y hasta me comentaron que: "Esas cosas
no ayudan, porque desmoralizan a los trabajadores", etcétera.
Cerca de la ciudad, de la capital de la provincia, allá botando
leche, echándoselas a los cerdos de ellos.
Por eso, ¿secretismo? No. El que quiera guardar secretos de sus
propias deficiencias que luche y dedique ese gran esfuerzo en
evitarlas —me refiero a las deficiencias.
Es decir que los errores, si simplemente son analizados —como
mencionábamos hace un momento— con honestidad, pueden transformarse
en experiencias y lecciones para superarlos y no volver a incurrir
en ellos.
Si no lo hacemos así, continuamente estaremos repitiendo el mismo
error. Por eso yo soy de los que digo que en Cuba hay animales
—estoy hablando de cuando se dice que el hombre es el único animal
que choca dos veces con el mismo obstáculo, pero en Cuba hay más.
No se olviden de otro dominicano, gran internacionalista, jefe de
nuestro Ejército Libertador, el Generalísimo Máximo Gómez, que nos
conocía bien, estaba casado con una cubana, sus hijos nacieron en el
campo de la lucha, murieron muchos de necesidades, y Manana con él,
ahí detrás, dondequiera, y decía: "Los cubanos o no llegan o se
pasan." ¿Es así? (Les responden que sí). Vamos a ver si nos pasamos,
pero en el cumplimiento estricto del deber.
O sea que esa es precisamente la gran utilidad que tiene el
análisis profundo de los errores y esa debe empezar a ser una norma
permanente de conducta de todos los dirigentes, de todas las
instancias, de todos los niveles. Quien no lo haga así, está
violando el principal deber como dirigente.
La realidad de los números, además, está por encima de todas
nuestras aspiraciones y deseos. En la aritmética elemental del
primer grado de la escuela primaria, se aprende a temprana edad que
dos más dos da cuatro, no cinco ni seis —como ya dijimos en una
ocasión aquí mismo—; no hay que ser economista para comprenderlo,
que dos y dos son cuatro, y aquella vez añadí: "...pero a veces por
nuestras deficiencias, dos y dos resulta tres", es decir que no hay
que ser economista para comprenderlo, por tanto, si en un momento
dado tenemos que hacer algo en materia económica y social por encima
de los recursos disponibles, hagámoslo, o podemos hacerlo, pero
tiene que ser con conciencia de las consecuencias y sabiendo de
antemano que al final la crudeza de los hechos y de los números se
impondrá irremisiblemente, por muchos buenos deseos que tengamos.
Cuba dispone, por otro lado, de decenas y decenas de miles de
profesionales graduados por la Revolución en las especialidades de
economía, contabilidad y finanzas, por sólo mencionar algunas de
este perfil, que no hemos sabido utilizar adecuadamente en provecho
del desarrollo ordenado de la nación.
Contamos con lo más preciado —al cual se ha referido en
diferentes ocasiones el compañero Fidel—, el capital humano, que
debemos cohesionar con el concurso de la Asociación Nacional de
Economistas y Contadores (ANEC) para emprender la tarea de educar en
esta materia, de manera constante y sistemática, a nuestro pueblo
instruido y a sus dirigentes en todos los niveles. Una numerosa
representación del Comité Nacional de la ANEC participó —con
nosotros y varios de los dirigentes presentes, y el Consejo de
Ministros también, o casi todo— en los primeros seminarios sobre los
Lineamientos que organizamos y muchos de sus miembros están inmersos
en el proceso de discusiones en marcha. Aquí vino la Dirección
Nacional completa a estos seminarios y después se incorporaron en
las provincias o en los municipios para esta actividad ya,
directamente, con los militantes del Partido y la población.
En este sentido, cabe destacar la contribución decisiva de miles
y miles también de contadores para recuperar el lugar que
corresponde a la contabilidad —ustedes saben lo que estoy hablando y
cómo anda la contabilidad en este país, en casi todas las empresas—
en la dirección de la actividad económica, que como sabemos es una
condición indispensable para asegurar el éxito y el orden en todo lo
que nos proponemos.
En estas circunstancias, nadie debe perder de vista la relevancia
de mantener un enfoque diferenciado hacia la juventud —estoy en otro
tema, de los graduados universitarios y técnicos medios en la
actualidad, o sea, un tratamiento, un enfoque diferente, como
ustedes vieron en la primera resolución del Ministerio de Trabajo—,
y en correspondencia con ello, debo resaltar la decisión de excluir
de los procesos de disponibilidad laboral a los recién graduados en
el plazo del cumplimiento del Servicio Social. Si no, van a ser los
primeros sacrificados.
Ahora bien, no se trata de ubicarlos en funciones no afines a su
perfil profesional, como ha sucedido en el pasado, cuando han ido a
cumplir su servicio social, independientemente del título o
conocimiento teórico que es portador, que han llegado a ponerlos
hasta de porteros del centro laboral, porque precisamente ese
período que tienen que pasar está diseñado para adiestrarlos en la
base de la producción y los servicios, completar en la práctica la
formación teórica de las escuelas y universidades y cultivar en
ellos el amor al trabajo. Si no hacemos eso estamos sacrificando el
futuro inmediato, los que van a continuar.
No menos importante resulta la labor que corresponde a los
cuadros y especialistas involucrados en la elaboración y revisión de
los documentos legales, a tono con las modificaciones que se vayan
instrumentando; por ejemplo, sólo para dar cobertura jurídica —que
no se debe dar un paso, aplicar un paso que no se tenga en cuenta
primero esto, la cobertura jurídica— a dos Lineamientos (los números
158 y 159), referidos al ejercicio del trabajo por cuenta propia, su
régimen tributario y los procesos de disponibilidad laboral, se ha
requerido emitir casi 30 disposiciones, entre decretos-leyes —que
hoy fueron aprobados los que se promulgaron en el período—, acuerdos
del Gobierno y resoluciones de varios ministerios e institutos
nacionales.
Hace sólo unos días —miren este ejemplo— una resolución del
Ministerio de Finanzas que modificó los precios de acopio de un
grupo de productos agropecuarios, tuvo que dejar sin efectos otras
36 resoluciones de ese propio organismo, emitidas en diferentes
fechas de años anteriores, pero todas vigentes. ¿Quién puede dominar
la actividad como esta de precios de los productos agropecuarios, a
los que se les pone precio y no están por la oferta y la demanda, 36
documentos? Por muchas computadoras que existan o lo que sea, eso es
imposible. Y así hay muchas decisiones de este tipo plasmadas en
documentos, unos detrás de otro, uno modificando a otro; el otro al
que viene detrás, etcétera. Una sustituyó a 36, pero todas vigentes.
Estos hechos dan una idea del trabajo que en materia de
ordenamiento jurídico tenemos por delante con el fin de reforzar la
institucionalidad —eso no es porque nos gusten los papeles, toda
actividad tiene que estar regulada en un documento, aprobada
oficialmente— del país, y eliminar tantas prohibiciones irracionales
que han perdurado por años, sin tener en cuenta las circunstancias
existentes, creando el caldo de cultivo para múltiples actuaciones
al margen de la ley, que frecuentemente dan lugar a la corrupción en
distintos grados. Puede llegarse a una conclusión probada por la
vida: las prohibiciones irracionales propician las violaciones, lo
que a su vez conduce a la corrupción y la impunidad, por eso creo
que la población tiene razón —y que lo han planteado desde el
análisis del discurso de 2007, que no era un discurso que ameritaba
discutirse en la población, salvo que se les dijo: "Opinen de lo que
quieran", y aquí mismo informé en una ocasión los resultados de esa
encuesta. Era, además, para ir sacando más experiencias para esto
que estamos haciendo ahora, y se lograron grandes experiencias, y
muchos de los planteamientos que hicieron en aquella etapa, se están
repitiendo ahora en estas discusiones de los Lineamientos, o sea,
llevaban años— en sus preocupaciones respecto a los engorrosos
trámites asociados a la vivienda y la compra-venta de vehículos
entre las personas, por solo citar dos ejemplos, que actualmente son
objeto de estudio para su solución, pero de manera ordenada. Por eso
recordábamos ayer, como decía Marino, el Estado regula sus
relaciones con el individuo, pero el Estado no se tiene que meter en
nada que sea pretender regular las relaciones entre dos individuos,
y que si yo tengo un carrito, un cacharrito o lo que sea, un
almendrón, como le llaman ahora, y es mío, tengo derecho a
vendérselo al que me dé la gana, cumpliendo también las regulaciones
del registro de propietario.
Al propio tiempo, se impone simplificar y agrupar la legislación
vigente, por lo general bastante dispersa. Los documentos rectores
se elaboran para ser del dominio de aquellos responsabilizados con
su cumplimiento, no para ser engavetados. En consecuencia, es
preciso educar a todos los cuadros y exigirles trabajar con las
disposiciones legales que rigen sus funciones y controlar que esto
se cumpla como un requisito de idoneidad para ocupar un cargo
determinado. Ayer o antes de ayer sacamos un ejemplo, que era como
un común denominador de todas las provincias en un hecho
concretamente. Era normal para todos que llegó el papel y fue a
parar a una gaveta, y eso fue el otro día, y la vida caminando.
Vale recordar, otra vez, que el desconocimiento de la ley no
exime a nadie de su cumplimiento y que, según la Constitución, todos
los ciudadanos tienen iguales derechos y deberes, por lo cual quien
cometa un delito en Cuba, con independencia del cargo que ocupe, sea
quien sea, tendrá que enfrentar las consecuencias de sus errores y
el peso de la justicia.
Pasando a otro asunto, también recogido en los Lineamientos, del
plan del próximo año —como ya se informó aquí— se han excluido 68
inversiones de importancia para el país por no cumplir los
requerimientos establecidos, entre ellos, la determinación del
financiamiento, la preparación técnica y de proyectos, la definición
de las fuerzas constructoras capaces de acometerlas en los plazos
fijados y la evaluación de los estudios de factibilidad. No
permitiremos el derroche de los recursos destinados a inversiones a
causa de la espontaneidad, la improvisación y la superficialidad,
que en no pocos casos, han caracterizado al proceso inversionista. Y
cuando se discutió en el último Consejo de Ministros y muchos de
ustedes escucharon, ya eso se acabó, y el que lo viole tiene que
atenerse a las consecuencias de cualquier tipo.
Al tratar estos temas es obligado referirme al papel determinante
que corresponde jugar a los cuadros del Partido, el Estado, el
Gobierno, las organizaciones de masas y juveniles en la conducción
coordinada y armónica del proceso de actualización del modelo
económico cubano.
Tenemos ahora un campo de batalla especial y bien preparado, para
demostrar que todo esto se puede hacer, y hacerlo bien, y ni
pasarnos ni quedarnos cortos, como decía el Generalísimo.
En el curso de la paulatina descentralización que desplegamos, se
han adoptado diversas medidas en favor de elevar la autoridad de los
dirigentes administrativos y empresariales, a quienes continuaremos
delegando facultades. En paralelo se perfeccionan los procedimientos
de control y se eleva a niveles superiores la exigencia frente a las
manifestaciones de negligencia, indolencia y otras conductas
incompatibles con el desempeño de cargos públicos.
Se encuentra aquí, sentada allí en la primera fila, la
vicepresidenta del Consejo de Estado, Gladys Bejerano, que —como
ustedes saben— es una eficiente Contralora General de la República.
Cuando un día existía ese ministerio —eso depende ahora del
Consejo de Estado y en nombre de este órgano, para el funcionamiento
diario la atiendo yo, igual que al Fiscal General de la República, y
les doy tareas—, en el MAC, que era el Ministerio de Auditoría y
Control, a pesar de que no podía hacer mucho porque se aceptaban
todas las justificaciones y siempre tenían algún padrino, etcétera,
no era bien vista por algunos la compañera Gladys Bejerano. Y
siempre cuando controlaba venía la quejita a alguien, cualquiera:
"Bueno, esto no ayuda." Algunos decían: "Eso desmoraliza" — ¡qué
cosa es esa!—, "que la compañera Gladys es muy dura, dice las cosas
muy duras". Eso es lo que queremos, eso es lo que les exijo
constantemente.
Entonces, en una ocasión —todavía yo no tenía esta
responsabilidad—, digo: "Yo creo que debemos disolver ese
ministerio." Vi rostros alegres, se miraban; menos la cara triste de
Gladys, porque parecía que le despreciábamos su importante trabajo.
Dejo que pase casi un minuto, unos segundos, y expresé entonces:
"Vamos a disolver ese ministerio, porque tiene igual jerarquía que
los demás ministros, y vamos a hacer la Contraloría General de la
República subordinada al Consejo de Estado y a ella la vamos a
proponer como Vicepresidenta." Volvieron los rostros a ensombrecerse
y ella volvió a reír felizmente (Risas). No es broma lo que les
estoy contando (Aplausos), no es broma lo que estoy contando.
O sea, hablaba de que a los dirigentes administrativos,
ministros, etcétera, gobiernos provinciales y municipales, se les va
a ir incrementando la autoridad y respaldándolos, y descentralizando
facultades desde arriba.
Hemos dicho que el Gobierno municipal tiene que tener facultades
y recursos, y también hablamos de cómo obtenerlos, y que seguiremos
delegando facultades. En paralelo se perfeccionan los procedimientos
de control y se eleva a niveles superiores la exigencia frente a las
manifestaciones de negligencia, indolencia y otras conductas
incompatibles con el desempeño de cargos públicos.
Igualmente, tenemos plena conciencia del daño que ha ocasionado a
la política de cuadros durante años el fenómeno de la "pirámide
invertida", es decir, que los salarios no están en correspondencia
con la importancia y jerarquía de los puestos de dirección ocupados,
ni existe la diferenciación adecuada entre unos y otros, lo cual
desestimula la promoción de los más capaces hacia responsabilidades
superiores en las empresas y en los propios ministerios. Esta es una
cuestión fundamental que debe ser solucionada de acuerdo con lo
señalado en los Lineamientos números 156 y 161, referidos a la
política salarial.
El VI Congreso del Partido debe ser, por ley de la vida —y tengan
esto presente constantemente—, el último de la mayoría de los que
integramos la Generación Histórica; el tiempo que nos queda es
corto, la tarea gigantesca, y, sin el menor asomo de inmodestia,
vanidad personal o sentimentalismo, pienso que estamos en la
obligación de aprovechar el peso de la autoridad moral que poseemos
ante el pueblo para dejar el rumbo trazado y algunas otras
cuestiones importantes resueltas (Aplausos).
No nos creemos más inteligentes o capaces que nadie, ni nada por
el estilo, pero sí estamos convencidos que tenemos el deber
elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco
décadas de construcción del Socialismo en Cuba y en ese propósito
emplearemos todas las energías que nos quedan, que afortunadamente
no son pocas (Aplausos).
Redoblaremos la constancia y la intransigencia ante lo mal hecho,
los ministros del Gobierno y otros dirigentes políticos y
administrativos conocen que contarán con todo nuestro respaldo
cuando, en el cumplimiento de sus funciones, eduquen, sobre todo
eduquen, y a su vez exijan a sus subordinados y no teman buscarse
problemas, que por lo regular nadie quiere entrar en ese terreno; no
teman buscarse problemas por enfrentar lo mal hecho, porque buscarse
problemas es en estos momentos una de nuestras tareas principales
para superar todas esas deficiencias que hemos mencionado.
También para todos está claro que no nos encontramos en aquellos
años iniciales tras el triunfo en 1959 —en aquellos primeros meses—,
cuando algunos que ocuparon cargos gubernamentales, muy
especialmente en el primer gobierno aquel que nombró Urrutia, con
excepción de Defensa y Agricultura, que se le dijo: "Deje eso
tranquilo", pensando en reforma agraria y en los armamentos que se
ocuparon o que íbamos a ocupar. Estoy hablando del 2 de enero;
después que Fidel habló en el parque "Céspedes", salió para el
puesto de mando principal del enemigo a hablarles a aquellos
soldados para que se sumaran —porque había un golpe de Estado en La
Habana— y no sabíamos manejar ni los tanques, ni la artillería y
otros medios que tenían allí. Dejó que Urrutia y otros compañeros
dirigentes del 26 de Julio de la época, en la universidad de
Santiago de Cuba, nombraran el Gobierno.
Yo fui portador de ese mensaje a Urrutia, al amanecer del 2 de
enero, porque el acto de la plaza se acabó pasada la media noche, y
le comuniqué: "No tocar, se recomienda no tocar el Ministerio de la
Agricultura ni el de Defensa." Fue lo único que se le dijo. Y cuando
le informé de parte de Fidel que nombrara al coronel Rego Rubido, el
que se acababa de rendir a Fidel en el Alto del Escandel, el Primero
de Enero, allá fue Urrutia y empezó a darse paseítos por el garaje
de la casa de Vista Alegre donde fui a verlo, una multitud rodeando
el patio de la casa saludando, y duró un rato la discusión: "¡Yo no
puedo nombrar un casquito jefe del Ejército Rebelde!" Le decía:
"Mire, Presidente, Fidel sabe lo que está haciendo. Hay un golpe de
Estado en La Habana, va para Bayamo a hablarles a los soldados de
Batista…" Y fueron aquellos que se les sumaron en el camino y en el
transcurso de la semana que tardaron, llegaron aquí a Columbia ya
con alguna barbita que se la dejaron crecer. Guillermo venía ahí con
Fidel y otros de los que están presentes: Colomé, Ramiro vino con el
Che, Polito vino con Fidel. Álvaro no sé qué hizo, tenía 15 años.
¿Te quedaste allá o viniste también? (Dice que se quedó en
Santiago.) Te quedaste en Santiago; hiciste bien, porque tú eres
santiaguero.
Entonces no había manera, 5 000 soldados enemigos en la ciudad y
apenas yo tenía dos o tres escoltas nada más; creamos algunas
columnas, porque le preparamos a Fidel una buena fuerza; se fue
Lussón que era jefe de una columna más poderosa, de la cual formaba
parte Colomé; Belarmino iba ahí en la otra columna, a Efigenio lo
montamos en algunos aviones viejos que le ocupamos a Batista, para
que llegara y ocupara la policía en La Habana. Efigenio Ameijeiras
era el jefe de la Columna 6, frente a Guantánamo, y lo había hecho
jefe de tres columnas que rodeaban a la ciudad que pensábamos tomar
el 2 de enero, al comprobar la traición del general Cantillo, y
tenía que empezar a ver qué hacía. Yo me metí en el mismo despacho
de Chaviano, en el mismo en que me interrogaron cuando el Moncada,
entré por la misma puerta.
Cuando fui prisionero, por suerte, muchos días después que cesó
la represión y la matanza de compañeros que asaltaron el Moncada, no
me pegaron, a mí no me dieron, no pasé por esa experiencia. Dentro
de esa circunstancia traté de portarme lo más dignamente posible,
sin insolencia, y me pasaron por hileras de soldados que me iban
insultando y el capitán y los oficiales que me llevaban se lo
pedían: "Démelo, Capitán, para hacer justicia".
Cinco años, cinco meses y cinco días después, el Primero de
Enero, entramos a Santiago de Cuba y yo fui al cuartel Moncada a
hablarle a toda esa gente, y ahora entré entre vítores por el mismo
lugar, y llevé un solo escolta, y les hablé. La misión era recoger a
todos los oficiales y llevarlos a El Escandel, al lado del Caney,
para que hablaran con Fidel. De ahí yo no pude salir, me cargó una
multitud de soldados y sargentos me llevó al barrio de ellos, ahí al
lado del cuartel Moncada, y allí estuve, no podía salir de allí, me
dieron café, etcétera, etcétera (Le dicen algo), ¿eh?, ¿el Gerolán?
Estoy hablándole a la tropa, y empiezan: "Gerolán, Gerolán", y les
pregunto a los oficiales de Batista, ¿Qué es el Gerolán ese?, no me
hacían caso, "¡Gerolán!", y yo hablando a puro pulmón, desde un
balcón, y, ¡qué vá!, nadie me decía lo que era el Gerolán, y no me
dejaban hablar. El que iba conmigo no sabía tampoco; hasta que un
oficial, me parece que era contador, algo ahí de la logística, un
teniente o subteniente, se me acerca y dice: "Oiga, Comandante,
Gerolán es el salarito extra que les dan cuando están en campaña" y
digo: "¿Y qué, no se lo han pagado?" Me responden: "No, porque aquí
ni se reportaban los muertos para poder robarse el dinero los
jefes." Entonces digo: "Mañana, cuando la fortaleza esté en manos
nuestras, Gerolán para todos ustedes." ¡Eeehhh!, se acabó el mundo.
Digo: ¡Qué tropa tenemos delante aquí! (Risas.) Pedimos un préstamo
a un banco y les pagamos el Gerolán, esos pobres soldados no
tenían... Eso es lo que Guillermo quería recordar.
Bueno, ¿y qué es lo que era el Gerolán? Era un jarabillo malo por
ahí, que creo que tenía propiedades especiales, que los charlatanes
toman (Risas).
Entonces, decía que también para todos está claro que no nos
encontramos en aquellos años iniciales tras el triunfo.
Ah, bueno, no acabé el cuento de Urrutia, ¿no? Testigo Melba
Hernández —que no está aquí hoy—, que no la veía desde México,
después ella pudo venir y estuvo en el Tercer Frente con Almeida, y
como esas casas de Vista Alegre tienen un garaje desde el que se
baja por una escalerita a la cocina, ella estaba en la cocina
esperando que se acabara la bronca aquella, yo le hice señas que
esperara, y Urrutia dándose paseítos para arriba y para abajo con la
mano en la espalda, y el tiempo pasando, hasta que me salió parece
que lo de gallego y le dije unas cuantas frases que no puedo repetir
aquí. Digo: "Oiga, yo llevo siete años luchando contra Batista, he
estado en todo, en combates, preso, en el exilio, etcétera, ¿usted
cree que a mí no me molesta que un casquito ahora dirija el
ejército? Ese no manda a nadie, todo me lo consulta a mí, porque
allí lo voy a tener en el despacho, en el propio despacho del jefe
del regimiento." Y así fue, la primera orden que le di fue: "Vamos a
ir sacando a todos estos soldados que hay aquí." Y como los puentes
estaban volados y no quería que se toparan con Fidel por ahí, aunque
iban desarmados, usé las tres fragatas de la marina de guerra de
Batista que estaban allí, y en grupos de 500 los fui mandando para
el centro y el occidente del país que era donde vivían.
Le dije unas cuantas cosas. Cuando le hablé duro, y le digo:
"¡Fidel sabe lo que hace y yo obedezco a Fidel!", entonces siguió
dándose paseítos, y dice: "Bueno, Comandante, vamos a ver una
solución, "yo creo que es razonable, ¿usted no cree?" Digo: "Sí, es
lo que pienso." "Bueno, está bien." Después de eso le di un beso a
Melba y me fui a cumplir con mi deber.
Yo estaba en Santiago, Fidel me dejó de jefe de las provincias
orientales, en aquel momento. Yo no fui a la toma de posesión, fue
en la Universidad de Santiago, yo no fui a eso.
Ustedes han visto cómo desarrollamos nuestras reuniones, ¿no?
Cuando me voy, me llama el viejo Urrutia y dice: "Comandante,
hace falta que me nombre un ayudante de campo, un comandante de
ayudante de campo." Digo: "Yo se lo mando, Presidente." Digo: ¿A
quién meto ahí, caballeros? —yo adiviné ya los líos que íbamos a
tener con este hombre; no habían pasado, febrero, marzo, cuatro o
cinco meses… ustedes conocen la historia—, y me cruzo con Machado
Ventura (Risas), andaba con una Thompson ya, Comandante, y le digo:
"Oye, Machado" —no le quiero contar este incidente, eso solo se lo
conté a Fidel y a nadie más, cuando vine en febrero a La Habana—,
"Oye, Machado, el Presidente me ha pedido esto y esto, me parece que
tú eres el más idóneo." "¡Nooo!, yo lo que tengo es que buscarme un
trabajo como médico", me contestó Machado. Digo: "Deja el trabajo
ese, ahora es que empieza este lío." Y por fin aceptó.
Urrutia viene para La Habana y yo sigo en Oriente. Ya cuando yo
vengo a La Habana, en febrero, ya empiezan los problemas con
Urrutia, y siguen los problemas con Urrutia, que no se publicaron,
los pasos que estaba dando Urrutia, la irracionalidad completa de
Urrutia, hasta como persona. Lo primero que hizo fue quedarse con el
sueldo de Batista y con los gastos de representación y, por
supuesto, se compró una chocita igual que Grau, que por ahí debe
estar, aunque él se fue.
Entonces, digo: "Bueno, voy a llamar a mi amigo Machado a ver qué
hay", y cuando llamo al Palacio y pregunto por Machado, dicen: "No,
Machado se fue de aquí hace tanto tiempo." Digo: "¿Dónde se metió
Machado?" Y me lo encuentro de médico en el municipio La Habana,
¿era así? (Responde que sí.) Es decir que lo califiqué como el
primer desertor de las modernas Fuerzas Armadas Revolucionarias
(Risas). Menos mal que con su trabajo después limpió esa afrenta.
Después de reírnos un poco a costa de Machado, mi amigo, vamos a
continuar.
También para todos está claro que no nos encontramos en aquellos
años iniciales tras el triunfo en 1959, cuando algunos que ocuparon
cargos gubernamentales —y ahí es donde surge la anécdota del
gobierno aquel— renunciaban para patentizar su oposición a los
primeros pasos radicales que emprendía la Revolución, sobre todo la
Reforma Agraria, la primera, el 17 de mayo de 1959, y por ello esa
actitud se catalogaba entonces de contrarrevolucionaria. O sea,
renunciaban para demostrar su oposición a las medidas radicales, y
lo calificábamos: "Eso es contrarrevolución", pero se aceptaba la
renuncia. Hoy lo verdaderamente revolucionario y honesto es al
revés, cuando un cuadro de cualquier nivel se sienta cansado, o
incapaz de ejercer su cargo a cabalidad, o de cumplir con las nuevas
orientaciones que estamos dando, lo correcto es solicitar, en ese
caso, su renuncia, con dignidad y sin ningún temor, lo que siempre
será preferible a ser destituido.
Con relación a este asunto, debo hacer referencia a tres
compañeros que ocuparon importantes responsabilidades en la
dirección del Partido y el Gobierno, y que por las faltas que
cometieron, el Buró Político les solicitó la renuncia a su condición
de miembros de este organismo de dirección, del Comité Central y de
diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Se trata de
Jorge Luis Sierra Cruz, Yadira García Vera y Pedro Sáez Montejo. Los
dos primeros fueron liberados además de las responsabilidades como
ministros del Transporte y vicepresidente del Gobierno y la
Industria Básica, respectivamente, o sea, Sierra y Yadira García;
Sierra por tomarse atribuciones que no le correspondían y que le
condujeron a serios errores en la dirección, que hoy los estamos
pagando; y Yadira García por un pésimo trabajo al frente de un
ministerio tan importante como la Industria Básica, que incluye
petróleo, minería, etcétera, reflejado de manera particular en el
débil control sobre los recursos destinados al proceso
inversionista, propiciando el derroche de estos, como se comprobó en
el proyecto de expansión de la empresa niquelífera Pedro Soto Alba,
en Moa, provincia de Holguín. Ambos compañeros fueron criticados
severamente en sendas reuniones conjuntas de la Comisión del Buró
Político y el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.
Por su parte, Pedro Sáez Montejo, dando muestras de
superficialidad incompatibles con el cargo de Primer Secretario del
Partido en Ciudad de La Habana, infringió normas del trabajo
partidista, lo cual fue discutido con él por una comisión del Buró
Político, presidida por mí e integrada por los compañeros Machado
Ventura y Esteban Lazo.
Es justo hacer constar que los tres reconocieron los errores
señalados a cada uno y asumieron una actitud correcta, razón por la
cual la Comisión del Buró Político decidió mantener su condición de
militantes del Partido. Igualmente, se consideró conveniente
ubicarlos a todos en trabajos afines a sus respectivas
especialidades, algunas en la base, otros, como Sierra, que es
ingeniero mecánico, en un tallercito de una base de reparación
general de tanques de guerra, un taller de 11 o 14 compañeros que
hacen piezas, y él está al frente de ellos.
En el plano personal, los tres seguirán siendo mis amigos, pero
yo solo tengo compromisos con el pueblo y muy especialmente con los
caídos en estos 58 años de lucha ininterrumpida desde el golpe de
Estado de 1952. Si así hemos procedido con tres altos dirigentes
partidistas y gubernamentales, sépase que esta es la línea que
seguirá el Partido y el Gobierno con todos los cuadros. Mayor
exigencia, a la vez que alertaremos y adoptaremos las medidas
disciplinarias pertinentes cuando se detecten transgresiones de lo
establecido.
Como estipuló la Ley modificativa de la División Político
Administrativa, el próximo mes de enero, se constituirán las nuevas
provincias Artemisa y Mayabeque, cuyos órganos de Gobierno iniciarán
su funcionamiento bajo nuevas concepciones organizativas y
estructurales, mucho más racionales que las existentes en la actual
provincia La Habana.
Se han definido las funciones, estructuras y plantillas. Se
trabaja en la definición de sus atribuciones, así como en las
relaciones con los organismos de la Administración Central del
Estado, las empresas nacionales y las organizaciones políticas y de
masas. Seguiremos muy de cerca esta experiencia para su gradual
generalización al resto de los órganos locales de Gobierno, o sea,
de todo el país, en el transcurso de los próximos cinco años.
Defendemos la utilidad de proseguir elevando paulatinamente la
autoridad de los gobiernos provinciales y municipales y dotarlos de
mayores facultades para el manejo de los presupuestos locales, a los
cuales se destinará parte de los impuestos generados en la actividad
económica con el fin de contribuir a su desarrollo.
En medio de la convulsa situación internacional avanzan las
relaciones con los pueblos y gobiernos de casi todas las naciones.
El mundo ha recibido asombrado las escandalosas revelaciones de
cientos de miles de documentos clasificados del Gobierno de los
Estados Unidos, una parte de ellos muy recientes, sobre las guerras
en Irak y Afganistán y, luego, sobre los más variados temas de sus
relaciones con decenas de Estados.
Aunque todos se preguntan qué estará ocurriendo verdaderamente y
cómo podría relacionarse esto con los vericuetos de la política
norteamericana, lo difundido hasta ahora demuestra que ese país,
aunque disimule con una retórica amable, sigue en lo esencial las
políticas de siempre y actúa como un gendarme global.
En las relaciones con los Estados Unidos no se aprecia la menor
voluntad de rectificar la política contra Cuba, ni siquiera para
eliminar sus aspectos más irracionales. Se hace evidente que en esta
cuestión sigue prevaleciendo una minoría reaccionaria y poderosa que
sirve de sustento a la mafia anticubana.
Estados Unidos no solo desprecia el reclamo abrumador de 187
países que demandan poner fin al bloqueo económico, comercial y
financiero contra nuestro país, sino que en el año 2010 endureció su
aplicación e incluyó nuevamente a Cuba en sus listas espurias,
mediante las cuales se arrogan el derecho de calificar y difamar a
Estados soberanos para justificar acciones punitivas o incluso actos
de agresión.
La política de Estados Unidos contra Cuba no tiene la menor
credibilidad. No les queda más remedio que acudir a la mentira para
reiterar acusaciones entre las que sobresalen, por su escandalosa
falsedad, que somos un país patrocinador del terrorismo
internacional, tolerante ante el tráfico interno de niños y mujeres
con fines de explotación sexual, violador flagrante de los derechos
humanos y responsable de restringir, de manera significativa, las
libertades religiosas.
El Gobierno norteamericano trata de esconder sus propios pecados
y pretende evadir su responsabilidad en el hecho de que sigan
impunes en ese país notorios terroristas internacionales, reclamados
por la justicia de varios países, al mismo tiempo que se mantienen
en injusta prisión nuestros Cinco hermanos por luchar contra el
terrorismo.
En sus calumniosas campañas sobre el tema de los Derechos Humanos
en Cuba, los Estados Unidos han encontrado la connivencia de países
europeos, caracterizados por su doble rasero y sometimiento al
imperialismo norteamericano, conocidos por su complicidad con los
vuelos secretos de la CIA, el establecimiento de centros de
detención y tortura, por descargar los efectos de la crisis
económica sobre los trabajadores de menores ingresos y estudiantes,
la violenta represión contra los manifestantes y la aplicación de
políticas discriminatorias hacia los inmigrantes y minorías.
Junto a las naciones hermanas de América Latina proseguiremos
luchando por la integración emancipadora y en los marcos de la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América,
trabajaremos por afianzar la solidaridad y unidad que nos
fortalecerá a todos, cada vez más.
Así continuaremos apoyando a la fraterna nación de Haití, donde
nuestro personal de la salud, junto a médicos latinoamericanos y
haitianos graduados en Cuba, enfrenta con abnegación y de forma
desinteresada y humanitaria la epidemia de cólera, los daños del
terremoto y la secuela de siglos de explotación y saqueo de ese
noble pueblo, que necesita de la comunidad internacional recursos
para la reconstrucción y, especialmente, para el desarrollo
sostenible.
También es propicia la ocasión para desde este Parlamento enviar,
en nombre de todos los cubanos, un mensaje de aliento y solidaridad
al hermano pueblo de Venezuela, que sufre los embates de lluvias
torrenciales con cuantiosas pérdidas de vidas humanas y daños
materiales. Las decenas de miles de colaboradores cubanos que
prestan servicios en ese país, recibieron tempranamente
instrucciones de ponerse a disposición de los venezolanos y del
Presidente Hugo Chávez para lo que sea necesario.
El próximo mes de abril se cumplirán 50 años de la proclamación
del carácter socialista de nuestra Revolución. En las arenas de
Playa Girón nuestras fuerzas combatieron por primera vez en defensa
del socialismo y en apenas 72 horas, bajo la conducción personal del
Comandante en Jefe, derrotaron la invasión mercenaria patrocinada
por el gobierno norteamericano.
En ocasión de tan relevante acontecimiento, el 16 de abril
realizaremos una Revista Militar, con participación de tropas y
medios de combate, a la que asistirán los delegados al VI Congreso
del Partido que esa propia tarde se congregarán para el inicio de
sus trabajos, aquí mismo, que esperamos concluir el 19 de abril, Día
de la Victoria de Playa Girón. Empezamos celebrando la proclamación
del carácter socialista, discurso de Fidel en el entierro de las
víctimas de los bombardeos, realizado el día antes del ataque a
Girón, y concluiremos el día de la victoria. El cierre de la Revista
lo protagonizarán varias decenas de miles de jóvenes, representando
a las nuevas generaciones, que constituyen la garantía de la
continuidad de la Revolución.
Esta conmemoración estará dedicada a nuestra juventud, que nunca
le ha fallado a la Revolución. Jóvenes fueron los que cayeron en el
asalto a los cuarteles Moncada y de Bayamo.
Jóvenes fueron los que se sublevaron en Santiago de Cuba bajo la
dirección de Frank País.
Jóvenes eran los expedicionarios del Granma, que tras la debacle
de Alegría de Pío formaron el Ejército Rebelde, fortalecidos por
oleadas también de jóvenes provenientes del campo y las ciudades, en
primer lugar el refuerzo santiaguero organizado personalmente y
enviado por el propio Frank.
Jóvenes eran los integrantes del poderoso movimiento clandestino
de todas las organizaciones.
Jóvenes fueron los valerosos asaltantes al Palacio Presidencial y
a la emisora Radio Reloj el 13 de marzo de 1957, encabezados por
José Antonio Echeverría.
Jóvenes fueron los que combatieron heroicamente en Girón.
Jóvenes y adolescentes se sumaron a la campaña de alfabetización
durante ese mismo año, hace también 50 años.
Jóvenes eran la mayoría de los combatientes en la lucha contra
las bandas mercenarias que organizó la CIA, hasta avanzado 1965.
Jóvenes fueron los que protagonizaron hermosas páginas de coraje
y estoicismo en las misiones internacionalistas en varias naciones,
particularmente en ayuda a los movimientos de liberación en África.
Jóvenes son nuestros Cinco Héroes que arriesgaron sus vidas
luchando contra el terrorismo y sufren ya más de doce años de cruel
prisión (Aplausos).
Jóvenes son muchos de los miles y miles de colaboradores cubanos
que defienden la vida humana curando enfermedades erradicadas en
Cuba, apoyan programas de alfabetización y difunden cultura y la
práctica deportiva a niños y adultos por muchos países del mundo.
Esta Revolución es obra del sacrificio de la juventud cubana:
obrera, campesina, estudiantil, intelectual, militar; de todos los
jóvenes en todas las épocas que les ha tocado vivir y luchar. Por
eso dedicamos ese festejo del 50 aniversario a nuestros jóvenes.
Esta Revolución la conducirán adelante los jóvenes plenos de
optimismo e inconmovible fe en la victoria.
Grandes han sido los retos y también los peligros desde el
triunfo de la Revolución y de la proclamación de su carácter
socialista y muy especialmente a partir de la victoria de Girón, mas
ninguna dificultad ha podido doblegarnos. Estamos aquí y estaremos
por la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica y el
espíritu de sacrificio y revolucionario del pueblo de Cuba, que hace
mucho tiempo hizo suyo el concepto de que el socialismo es la única
garantía para seguir siendo libres e independientes.
Muchas gracias (Ovación).