Irán anunció hoy la ejecución por ahorcamiento de 11 miembros del
grupo rebelde sunnita Jundullah en la provincia sureste de Sistán-Baluchestán,
la misma donde hace días esa organización reivindicó un atentado que
causó 38 muertos.
El jefe del Poder Judicial en la referida demarcación, Ebrahim
Hamidi, informó a la agencia de noticias IRNA que los ajusticiados
eran terroristas que en los últimos meses tuvieron roles importantes
en atentados, enfrentamientos con la policía y asesinato de muchos
inocentes.
La ejecución tuvo lugar en la cárcel de Zahedán, capital de
Sistán-Baluchestán, precisó Hamidi al recordar que hace apenas cinco
días dos atacantes suicidas provocaron 38 muertes y más de 90
heridos durante la conmemoración musulmana chiita del Ashoura, en
Chabajar.
El atentado de la ciudad de Chabahar, en la misma provincia
limítrofe con Paquistán, segó la vida de varios niños y mujeres,
según informaron las fuerzas de seguridad de la República Islámica.
Apenas horas después del letal incidente, la dirigencia de
Jundullah (Soldados de Alah) se adjudicó la responsabilidad y alegó
haberlo realizado en venganza por la captura y ejecución a comienzos
de este año de su líder, Abdolmalek Rigi, y el hermano de éste,
Abdolhamid.
En opinión de Hamidi, esos elementos corruptos y mohareb (enemigo
de Dios) han sido identificados y arrestados por las fuerzas de
inteligencia y de seguridad, tras lo cual fueron sometidos a juicios
que describió como públicos y justos al seguir todos los
procedimientos legales y religiosos, reportó Prensa Latina.
Los encartados fueron juzgados por los delitos de corrupción en
la Tierra, combate contra Dios y el Profeta Mahoma, y contravenir el
sistema sagrado de la República Islámica de Irán, precisó el
funcionario.