Este último fin de
semana fue sepultado en La Habana el escritor Gustavo Eguren,
narrador que aportó a las letras cubanas páginas de excelente
factura y exquisito sentido del humor.
Entre sus obras destacan las novelas La robla, En la
cal de las paredes y Las aventuras de Gaspar Pérez de Muela
Quita, y los libro de cuentos Algo para la palidez y una
ventana sobre el regreso y Los lagartos no comen queso.
Por largo tiempo Eguren dedicó su atención al desarrollo de los
jóvenes talentos literarios, agrupados en talleres de la Brigada y
la Asociación Hermanos Saíz y del Ministerio de Cultura.
Su fallecimiento se produjo el viernes, a la edad de 85 años, a
consecuencia de una prolongada enfermedad.