La población cubana decrecerá ligeramente en el presente año como
consecuencia de la reducción de la fecundidad, según estimados
preliminares de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), tendencia
cuya continuación se pronostica en la próxima década.
Al concluir 2010 seremos 11 millones 240 mil 841 ciudadanos, lo
que reduce en mil 787 los pobladores del Archipiélago cubano, rumbo
que comenzó en el 2006 y que, con excepción del pasado año, los
demógrafos prevén que continúe en los próximos 10 años, reporta la
AIN.
La variable de mortalidad general se irá incrementando
paulatinamente por el envejecimiento creciente de los habitantes, lo
que coloca al indicador en alta probabilidad de aumento.
Mientras, el tercer elemento que incide en la cifra de población,
la emigración externa, se ha mantenido estable en los últimos 15
años, según analistas de la ONE, y el indicador osciló entre 2,5 y
2,9 por mil habitantes entre el 2004 y el 2009.
El pasado año sólo se registraron reducciones en las poblaciones
de Pinar del Río, Ciudad de La Habana y Villa Clara, mientras que en
el resto de los territorios hubo incrementos ligeros, con particular
énfasis en La Habana, Matanzas, Las Tunas y Santiago de Cuba, que
concentraron los crecimientos más importantes del país.
Una rápida revisión de las series de estadísticas demográficas
del 2009, ofrecidas por la ONE, permite comprobar que más de dos
millones de personas se encuentran en la tercera edad (mayores de 60
años), y un 75 por ciento de ellas supera los 65 años, lo que
demuestra el envejecimiento de la población cubana.
La masa que entre los próximos cinco a 10 años arribarán a esa
edad, supera el millón de ciudadanos, lo que continuará notablemente
la reducción de la población económicamente activa, en sentido
técnico.
Esto corrobora lo acertado de la decisión de incrementar la edad
de jubilación, a pesar de que coyunturalmente el país esté inmerso
en un reordenamiento laboral, mediante el cual pudiera declararse
disponible a una masa que supera el millón de trabajadores
estatales, que se moverían a otras formas de producción, pero cuyo
aporte es igualmente necesario a la economía del país.