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De profesiones y oficios
La formación vocacional pretende motivar a los
estudiantes hacia las necesidades de cada territorio
Joel Mayor Lorán
Joel@granma.cip.cu
Dariel ya escala o baja paredes de varios metros de altura con
una soga, se empeña en ser bombero y salvar vidas. Roxana quisiera,
al transitar por su ciudad, señalar un edificio y decir: "ese lo
construí yo". Esteilan no cambiaría las plantas por nada; anhela ser
agrónoma y conocer la ciencia de esa labor. Para cada uno de estos
pioneros la formación vocacional recibida en la escuela les ha
ayudado a elegir.
Los
muchachos aprenden a amar un oficio en la Finca Integral La
Barranca.
FUTURO A SU ALCANCE
La secundaria básica Julio Antonio Mella, en el municipio de
Pinar del Río, parece un pasadizo al futuro al alcance de todos:
unos lucen cascos de constructores; otros muestran confecciones
textiles; hay coros, estudiantes que saben de animales y semillas,
materiales para enseñar a los niños del círculo infantil cercano, un
sinfín de opciones para aprender, desarrollar habilidades y
seleccionar mejor lo que cada cual quiere ser.
"Hemos avanzado con respecto al curso anterior. No solo tenemos
mayor cantidad de círculos de interés y más estrechas relaciones con
los organismos, sino que hemos desarrollado un trabajo dirigido a
los profesores, el consejo de escuela, la familia y los pioneros",
asegura Aimeé Montané, directora del plantel.
LA SOCIEDAD RECLAMA
"Hace poco realizamos una pesquisa en noveno grado, y comprobamos
que de 201 educandos hay 62 que optan en primer lugar por el
preuniversitario urbano; el resto piensa hacerse técnico de nivel
medio, ir a una vocacional de ciencias exactas, a los camilitos o al
pre pedagógico", revela la directora.
"El curso anterior, el pre pedagógico recibió más estudiantes
nuestros. También el politécnico agropecuario superó los siete del
año precedente; esta vez fueron 41. Desde luego, debemos ser más
sistemáticos en motivar hacia las profesiones y oficios que reclama
la sociedad".
EL MEJOR APOYO
Damaris Echevarría, especialista de Estudio Trabajo en la
delegación provincial de la Agricultura, precisa: "tenemos 39
empresas vinculadas a los palacios de pioneros. En las escuelas que
no pueden acudir, por encontrarse distantes, disponemos de círculos
de interés organizados por las unidades que existen en esos lugares,
en dependencia del territorio, unos son pecuarios, otros de tabaco,
agricultura urbana...
"Creo que este es el mejor apoyo para rescatar el amor a la
tierra. Algunos no se formarán como agricultores, pero aprenderán su
importancia, ganarán en conciencia de productores".
Entretanto, Midiala Hernández, de la delegación provincial del
Ministerio de la Construcción, añade: "No solo el
MiCOnS como
organismo, sino todas las empresas que construyen, atienden la
formación vocacional en Pinar del Río, con énfasis en las zonas de
desarrollo, donde incrementamos el número de círculos de interés.
"Visitamos obras; realizamos encuentros con trabajadores del
sector; promovemos el debate de experiencias entre los afiliados a
un círculo y otro; participamos en las Escuelas de Padres;
impartimos conferencias; y concebimos talleres y pruebas de
habilidades manipulativas, que favorecen captaciones directas.
DEL COLOR DEL ENTORNO
Como fruto del intento por responder a las necesidades del
territorio, el interés por desarrollar una formación vocacional
suficientemente atractiva va tomando su nivel.
Roxana Hernández ha visto planos y aprendido sobre los oficios
básicos de la construcción. Quisiera estudiar Arquitectura, erigir
nuevas casas, ver la utilidad de su obra al transitar por la ciudad.
De modo que decidió aproximar ese día, al inscribirse en un círculo
de interés.
Mientras, a Esteilan Díaz, Leandro Rodríguez y Diosmel Mario
Llanes les fascina la agronomía. Dice el profesor Pedro Crespo que
conocen perfectamente cuantas labores exigen las plantas; en el
organopónico aledaño han preparado canteros, abonado, regado,
escaldado y cosechado. Viven cerca del politécnico agropecuario
Tranquilino Sandalio de Noda y confían en estudiar allí.
Onel Suárez ha leído varios libros sobre Frank País, le emociona
descubrir personas que sacrificaron sus bienes para hacer una
Revolución, y quiere contar esas historias en un aula.
Todos tienen entre 12 y 14 años, anhelos diversos y vocaciones
cada vez más parecidas al color de su entorno. |