Sin embargo, ya desde 1925, año en el que se fundó el Partido
Comunista, esta Organización había dedicado especial atención a la
preparación de los cuadros revolucionarios.
Antecedentes como las escuelas del Partido Socialista Popular, la
academia ideológica Abel Santamaría en la prisión de Isla de Pinos,
o la del Movimiento 26 de Julio en la Sierra Maestra, confirman la
preocupación de los revolucionarios por mantener una constante
preparación política e ideológica.
Luego del triunfo de enero de 1959 se mantuvieron latentes estas
ideas. De ahí la propuesta del Comandante en Jefe de crear las EIR.
El lugar seleccionado resultó una amplia casona en una finca de
recreo al oeste de la capital, hoy Museo de Instrucción
Revolucionaria.
Surgió así la Escuela Nacional del Partido Ñico López, y con ella
el Sistema Nacional de Instrucción Revolucionaria. Luego las
Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria (EBIR) de carácter
masivo.
En diciembre de 1978, el Secretariado del Comité Central del
Partido acordó convertir las escuelas provinciales en filiales
universitarias y la Escuela Nacional en Centro de Educación Superior
de tipo especial, con el fin de formar licenciados en Ciencias
Sociales.
Rosario Pentón Díaz, actual rectora de la institución docente,
precisa que el sistema está estructurado en tres niveles: las
escuelas municipales, provinciales y la Superior. "La Superior
constituye el centro rector del sistema desde el punto de vista
metodológico, con la misión de preparar a cuadros, militantes y
revolucionarios en general".
En la misma medida en que el nivel educacional de los cuadros se
fue elevando se hizo necesario introducir la enseñanza de pregrado y
postgrado. "Esta última en diferentes manifestaciones como
diplomados, entrenamientos, cursos cortos, maestrías y postgrado.
Aquí se forman, además, los profesores del Sistema de Escuelas del
Partido en carreras de Licenciatura de Estudios Socioculturales con
perfil pedagógico", explica.
Desde hace cinco décadas cientos de miles de hombres y mujeres
han pasado por las numerosas aulas e instalaciones de esta "red"
educacional.
Como apunta la rectora, "son tiempos decisivos y demandan que el
Sistema de Escuelas del Partido como instrumento ideológico se
crezcan y rompan con cualquier vestigio de rutina y formalismo".
Sus fundamentos se mantienen intactos a través de los años y aún
tienen como base las ideas de Fidel: "La tarea de las escuelas, la
fundamental tarea de las escuelas es, sencillamente, la formación
ideológica de los revolucionarios y, a su vez, del pueblo".