Más de 200 000 personas e importantes objetivos socioeconómicos
de todo el país se benefician con el uso de las fuentes renovables
de energía, alternativa para generar electricidad, ahorrar
combustible, y reducir las emisiones de dióxido de carbono a la
atmósfera en lugares sin acceso al Sistema Electroenergético
Nacional.
El doctor Luis Bérriz, presidente de CUBASOLAR, recalcó en Guamá,
municipio santiaguero destacado en el aprovechamiento de las fuentes
renovables y primero con posibilidades de independizarse de la red
eléctrica nacional, que este es uno de los principales resultados de
la Revolución Energética, en el empeño de revertir los altos niveles
de consumo eléctrico sin afectar las producciones y los servicios
básicos.
Fue categórico al expresar que, aunque se avanza, urge
generalizar las mejores experiencias, pues actualizar el modelo
económico cubano en materia energética pasa por aprovechar todas las
alternativas que demuestren en la práctica las posibilidades de
ahorro y eficacia.
Según explicó, expertos de la Unión Eléctrica, el Ministerio de
la Industria Básica e instituciones científicas afines, perfilan un
grupo de opciones que eliminan el derroche y contribuyen a reducir
las erogaciones del Estado para garantizar la operatividad
energética de la nación.
CUBASOLAR desarrolla 65 proyectos, incluidas 45 acciones
enfocadas a la solarización territorial de 10 municipios del litoral
sur oriental.
En el país, detalló, funcionan alrededor de 10 000 sistemas
fotovoltaicos y una cifra similar de calentadores solares que
benefician a hospitales, hogares de ancianos, escuelas, círculos
infantiles y entidades de la esfera industrial. Por provincias,
Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo son las que más avanzan.
Progresa la construcción de parques eólicos, molinos de viento,
plantas de biogás, aerogeneradores, secadores solares, sistemas
híbridos y el uso de la biomasa, en especial de los residuos cañeros
y forestales que favorecen la generación de electricidad, aseguró.
Unas 180 hidroeléctricas —con una potencia instalada de 65
megaWatt— cubren las necesidades sociales y productivas de 35 000
habitantes y 500 objetivos de interés socioeconómico.
Solo por este concepto, Cuba deja de emitir anualmente a la
atmósfera alrededor de 90 000 toneladas de dióxido de carbono.
Los beneficios de las fuentes renovables de energía son mayores
—acotó—, si se toma en cuenta la cantidad de problemas que resuelven
y el número de servicios que protegen en sitios inhóspitos y de
difícil acceso de la geografía nacional.