La industria deportiva, el bateador más importante del deporte cubano

Oscar Sánchez Serra

¿Qué quiere decir concentrar la atención en la práctica masiva del deporte y la actividad

física, a partir del reordenamiento del sistema deportivo y la reestructuración de su red de centros? ¿Por qué ese postulado, después de 52 años de deporte revolucionario, aparece en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución?

"Cuando cada muchacho encuentre en la ciudad, en el pueblo, en el barrio, un lugar apropiado para desarrollar sus condiciones físicas y dedicarse por entero a la práctica del deporte de su preferencia, habremos visto satisfecho el deseo de todos los que hemos hecho esta Revolución", Fidel, el 14 de abril de 1959.

"¼ nos hemos dormido sobre los laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. No importa lo que digan nuestros enemigos. Seamos serios. Revisemos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte", Fidel, el 24 de agosto del 2008, en su Reflexión Para el honor medalla de oro.

Así, ni más ni menos, podríamos contestarnos las dos preguntas, porque en ambas respuestas está la esencia de lo que plantean los Lineamientos: retomar el pensamiento del Comandante en Jefe.

Si no volvemos a poner la actividad deportiva en cada escuela, que ha de ser la instalación básica para el deporte en la comunidad, si en cada una de ellas no se genera un movimiento deportivo que lleve al alumno a sentirse orgulloso de representarla, si no estructuramos un sistema competitivo entre todos los centros escolares del municipio, por distintos niveles de enseñanza, entonces no cumpliríamos con lo plasmado en el documento que ya empezó a debatir la sociedad; seguiríamos lejos del pensamiento de Fidel en el Deporte.

¿Cuánto no ganaríamos si tuviéramos un campeonato de fútbol, baloncesto, voleibol, béisbol, balonmano, en los municipios; con todas las escuelas participando, cada una con su identidad; con los profesores, padres y vecinos del barrio aplaudiendo una buena jugada desde la gradería; con las autoridades municipales poniendo su talento profesional y los recursos de manera organizada en esas justas?

No habría que incurrir en grandes gastos de transportación, porque es en la localidad, ni tampoco en alojamiento por la misma razón; la estructura de estas lides podría llegar hasta el nivel nacional, si al finalizar las competiciones municipales, el equipo vencedor representa a su terruño en el evento provincial, y el ganador, a la provincia en la confrontación con las mejores escuelas del país, una por cada territorio, manteniendo su pabellón.

Eso es concentrar la atención en el deporte masivo, desde la propia comunidad. No olvidar que tenemos más de 8 500 escuelas primarias, más de 950 secundarias, más de 500 centros de la enseñanza técnico-profesional, más de 350 preuniversitarios.

De esa participación masiva salen, como consecuencia lógica, los talentos, solo hay que estar allí, en la base, para verlos. Dicho de otra manera: es la fórmula para no elitizar el deporte, ni enclaustrarlo en una escuela especializada. En las EIDE (17 en total), por ejemplo, hay un solo equipo de fútbol, y cuando compite en los Juegos Escolares Nacionales, nada más tiene la oposición de otras 15 escuelas, entiéndase provincias, pues la capital tiene dos centros de este tipo.

Por supuesto, concentrarse en el deporte masivo, que nos gusta más llamarle participativo, no es renunciar al deporte de alto rendimiento, justamente porque este último se vería enriquecido mientras más cristalice la actividad física en la base. Es decir, el fortalecimiento deportivo en la masividad es directamente proporcional a un buen resultado internacional. Como alguien dijo: la medalla debe ser un subproducto de la masividad.

La historia, además, así lo confirma. En este país, solo el 0,25% de la población tenía acceso al deporte cuando triunfó la Revolución, y con la política de masificarlo, "llevarlo tan lejos como sea posible", como expresó el Comandante en Jefe el 19 de noviembre de 1961, Cuba finalizó entre los diez primeros países de unos Juegos Olímpicos por primera vez en 1976, incluso cuando no existían las EIDE, que nacieron un año después.

¿Qué nos hace falta para retomar ese camino? Organización y planificación, es decir, hacer un mejor uso del presupuesto, del que destina el estado y del que es capaz de generar el sistema por la via del autofinanciamiento. El recurso humano lo tenemos, las escuelas también, más de 35 000 profesores de nivel superior es un ejército de lujo que muy pocos tienen en el mundo. Ah ¿y los implementos deportivos?

En este "juego" el bateador clave es la Industria Deportiva Cubana, es imprescindible que batee y largo, su recuperación es condición indispensable en el regreso a ese camino y en el propio desarrollo deportivo, en el que queremos en la base y en su consecuencia, las medallas en las grandes lides internacionales.

A esa producción que precisa el deporte le tocará revertir la actual situación. De nada vale gastar en lo que demanda hoy el sostén de equipos nacionales, dejando a las más de 6 000 instalaciones con las cuales cuenta hoy el sistema deportivo nacional en el pésimo estado en que hoy se encuentran, sin implementos, malgastando al profesional que tenemos frente al alumno sin poder trabajar porque no tiene con qué hacerlo y en consecuencia el muchacho sin motivación. Así jamás tendríamos el relevo de los que hoy y ayer dieron tanta gloria a la Patria.

Pocas cosas son tan importante hoy en el deporte como que su Industria vuelva a situarse en la vanguardia de cada jonrón, remate o gol. Si logra sustentar ese deporte masivo con sus producciones, continuaríamos en el sitial que ocupan las potencias mundiales del deporte.

 

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