¿Qué quiere decir concentrar la atención en la práctica masiva
del deporte y la actividad
física, a partir del reordenamiento del sistema deportivo y la
reestructuración de su red de centros? ¿Por qué ese postulado,
después de 52 años de deporte revolucionario, aparece en el Proyecto
de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la
Revolución?
"Cuando cada muchacho encuentre en la ciudad, en el pueblo, en el
barrio, un lugar apropiado para desarrollar sus condiciones físicas
y dedicarse por entero a la práctica del deporte de su preferencia,
habremos visto satisfecho el deseo de todos los que hemos hecho esta
Revolución", Fidel, el 14 de abril de 1959.
"¼ nos hemos dormido sobre los
laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. No importa lo que
digan nuestros enemigos. Seamos serios. Revisemos cada disciplina,
cada recurso humano y material que dedicamos al deporte", Fidel,
el 24 de agosto del 2008, en su Reflexión Para el honor medalla de
oro.
Así, ni más ni menos, podríamos contestarnos las dos preguntas,
porque en ambas respuestas está la esencia de lo que plantean los
Lineamientos: retomar el pensamiento del Comandante en Jefe.
Si no volvemos a poner la actividad deportiva en cada escuela,
que ha de ser la instalación básica para el deporte en la comunidad,
si en cada una de ellas no se genera un movimiento deportivo que
lleve al alumno a sentirse orgulloso de representarla, si no
estructuramos un sistema competitivo entre todos los centros
escolares del municipio, por distintos niveles de enseñanza,
entonces no cumpliríamos con lo plasmado en el documento que ya
empezó a debatir la sociedad; seguiríamos lejos del pensamiento de
Fidel en el Deporte.
¿Cuánto no ganaríamos si tuviéramos un campeonato de fútbol,
baloncesto, voleibol, béisbol, balonmano, en los municipios; con
todas las escuelas participando, cada una con su identidad; con los
profesores, padres y vecinos del barrio aplaudiendo una buena jugada
desde la gradería; con las autoridades municipales poniendo su
talento profesional y los recursos de manera organizada en esas
justas?
No habría que incurrir en grandes gastos de transportación,
porque es en la localidad, ni tampoco en alojamiento por la misma
razón; la estructura de estas lides podría llegar hasta el nivel
nacional, si al finalizar las competiciones municipales, el equipo
vencedor representa a su terruño en el evento provincial, y el
ganador, a la provincia en la confrontación con las mejores escuelas
del país, una por cada territorio, manteniendo su pabellón.
Eso es concentrar la atención en el deporte masivo, desde la
propia comunidad. No olvidar que tenemos más de 8 500 escuelas
primarias, más de 950 secundarias, más de 500 centros de la
enseñanza técnico-profesional, más de 350 preuniversitarios.
De esa participación masiva salen, como consecuencia lógica, los
talentos, solo hay que estar allí, en la base, para verlos. Dicho de
otra manera: es la fórmula para no elitizar el deporte, ni
enclaustrarlo en una escuela especializada. En las EIDE (17 en
total), por ejemplo, hay un solo equipo de fútbol, y cuando compite
en los Juegos Escolares Nacionales, nada más tiene la oposición de
otras 15 escuelas, entiéndase provincias, pues la capital tiene dos
centros de este tipo.
Por supuesto, concentrarse en el deporte masivo, que nos gusta
más llamarle participativo, no es renunciar al deporte de alto
rendimiento, justamente porque este último se vería enriquecido
mientras más cristalice la actividad física en la base. Es decir, el
fortalecimiento deportivo en la masividad es directamente
proporcional a un buen resultado internacional. Como alguien dijo:
la medalla debe ser un subproducto de la masividad.
La historia, además, así lo confirma. En este país, solo el 0,25%
de la población tenía acceso al deporte cuando triunfó la
Revolución, y con la política de masificarlo, "llevarlo tan lejos
como sea posible", como expresó el Comandante en Jefe el 19 de
noviembre de 1961, Cuba finalizó entre los diez primeros países de
unos Juegos Olímpicos por primera vez en 1976, incluso cuando no
existían las EIDE, que nacieron un año después.
¿Qué nos hace falta para retomar ese camino? Organización y
planificación, es decir, hacer un mejor uso del presupuesto, del que
destina el estado y del que es capaz de generar el sistema por la
via del autofinanciamiento. El recurso humano lo tenemos, las
escuelas también, más de 35 000 profesores de nivel superior es un
ejército de lujo que muy pocos tienen en el mundo. Ah ¿y los
implementos deportivos?
En este "juego" el bateador clave es la Industria Deportiva
Cubana, es imprescindible que batee y largo, su recuperación es
condición indispensable en el regreso a ese camino y en el propio
desarrollo deportivo, en el que queremos en la base y en su
consecuencia, las medallas en las grandes lides internacionales.
A esa producción que precisa el deporte le tocará revertir la
actual situación. De nada vale gastar en lo que demanda hoy el
sostén de equipos nacionales, dejando a las más de 6 000
instalaciones con las cuales cuenta hoy el sistema deportivo
nacional en el pésimo estado en que hoy se encuentran, sin
implementos, malgastando al profesional que tenemos frente al alumno
sin poder trabajar porque no tiene con qué hacerlo y en consecuencia
el muchacho sin motivación. Así jamás tendríamos el relevo de los
que hoy y ayer dieron tanta gloria a la Patria.
Pocas cosas son tan importante hoy en el deporte como que su
Industria vuelva a situarse en la vanguardia de cada jonrón, remate
o gol. Si logra sustentar ese deporte masivo con sus producciones,
continuaríamos en el sitial que ocupan las potencias mundiales del
deporte.