El presupuesto de Ecuador para el 2011 por 23 mil 950 millones de
dólares y la programación cuatrienal aprobados por la Asamblea
Nacional priorizan el desarrollo social, contrario a gobiernos
anteriores que privilegiaban el pago de la deuda externa.
Así lo destacó la ministra ecuatoriana de Política Económica,
Katiuska King, quien informó que el área social tiene la mayor
participación (27 por ciento) dentro del Producto Interno Bruto
(PIB), lo cual implica inversiones públicas por mil 267 millones de
dólares, reporta Prensa Latina.
El presupuesto y su programación para cuatro años fue aprobado la
víspera por la Asamblea Nacional con 64 votos a favor, 48 en contra,
uno en blanco y dos abstenciones, de un total de 115 legisladores
presentes.
El presupuesto se aprobó con las observaciones formuladas por el
Presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, y el presidente de la
Comisión Especializada del Régimen Económico, Francisco Velasco.
Las puntualizaciones se refieren a revisar las cifras y datos en
torno a las asignaciones a Bienestar Social, en donde se encuentran
el Proyecto de Transferencia de Tecnología y Apoyo a los
Agro-negocios Rurales del Pueblo Montubio.
También se acogió la puntualización sobre más presupuesto para el
Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), y revisar para
aumento el presupuesto asignado a la Función Legislativa y
Defensoría Pública.
Una de las prioridades del presupuesto para el 2011 es elevar los
ingresos del país para conseguir y mantener el mayor nivel de gasto
público que demanda la inversión social y productiva, que contribuya
al crecimiento económico y a la reducción de la pobreza.
La política que sustenta el escenario fiscal de mediano plazo
implica el fortalecimiento de la gestión tributaria y arancelaria,
según los principios de generalidad, progresividad, eficiencia,
simplicidad, irretroactividad, equidad, transparencia y suficiencia
recaudatoria.
En torno a la política tributaria, contempla el impulso para el
desarrollo de actividades productivas por medio de incentivos
tributarios que permitan un repunte de la inversión que realiza el
sector privado en el territorio nacional con beneficios fiscales.
Entre ellos la exoneración y devolución de tributos, previsto en
el proyecto de Código Orgánico de la Producción, Comercio e
Inversiones, y cuyos recursos permitirán a las empresas financiar el
salario digno para sus trabajadores.