El ex embajador, Philip Goldberg, era espía de la Agencia
Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), ratificó este martes el ex ministro de la
Presidencia boliviana, Juan Ramón Quintana.
Goldberg (2006-2008) estaba cumpliendo el mandato de esas
agencias de seguridad, con la intensión de derribar al gobierno del
presidente Evo Morales, afirmó el actual director de la Agencia para
el Desarrollo de las Macroregiones y Fronteras (Ademaf), a la Red
Árbol, reporta Prensa Latina.
Quintana acusó al ex embajador estadounidense de conspirador y
puntualizó que era el ejecutivo máximo del complot y golpe de Estado
en el país, lo cual se ha denunciado en su momento.
Con tales antecedentes, añadió, sería muy ingenuo creer que las
embajadas de ese país en América Latina buscan mejorar las políticas
de circulación internacional.
Al contrario, son estructuras de control, espionaje, gerencia,
para someter a movimientos sociales, opinó.
Quintana recordó que antes de la llegada al poder de Morales,
quien decidió enfrentarse a Estados Unidos, los políticos bolivianos
eran una suerte de siervos de la misión diplomática estadounidense y
añadió que todavía hay muchas cosas que están por confirmarse.
Cada día está cayendo ese manto de impunidad, ignorancia, esta
cortina de humo que envolvió el simulacro democrático de la mayor
potencia del mundo. La conclusión de esta supuesta democracia era
una política de poder del miedo, del chantaje y soborno, agregó.
Los pronunciamientos de Quintana están vinculados a la
revelación, la víspera, de más de 250 mil documentos secretos,
filtrados por Wikileaks a periódicos internacionales, que involucran
en actividades de espionaje a 274 embajadas, consulados y misiones
de Estados Unidos en todo el mundo.
La difusión de estos mensajes diplomáticos develó los juicios y
opiniones que tiene Washington sobre personalidades de todo el mundo
y demostró la validez de las acusaciones que redundaron en la
expulsión de Bolivia de Goldberg, durante cuya gestión fueron
emitidos mil 299 de esos textos.