Respecto a nuestras tareas económicas y sociales, sabemos las
tensiones a que están sometidos los cuadros, especialmente en la
base, donde casi nunca da la cuenta entre las necesidades acumuladas
y los recursos disponibles.
Somos conscientes igualmente de que en medio de las extremas
dificultades objetivas que enfrentamos, el salario aún es claramente
insuficiente para satisfacer todas las necesidades, por lo que
prácticamente dejó de cumplir su papel de asegurar el principio
socialista de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según
su trabajo. Ello favoreció manifestaciones de indisciplina social y
tolerancia que una vez entronizadas resulta difícil erradicar,
incluso cuando desaparecen las causas objetivas que las engendran.
Puedo afirmar responsablemente que el Partido y el Gobierno
vienen estudiando con profundidad estos y otros complejos y
difíciles problemas, que requieren de un enfoque integral y a la vez
diferenciado en cada lugar concreto.
Todos, desde el dirigente hasta el trabajador de fila, estamos en
el deber de identificar con precisión y valorar con profundidad cada
problema en el radio de acción en que actuamos, para enfrentarlo con
los métodos más convenientes.
Es algo muy distinto a la actitud de quienes usan las
dificultades como escudo frente a la crítica por no actuar con la
celeridad y efectividad necesarias, o por carecer de la sensibilidad
y valentía política requeridas para explicar por qué algo no puede
solucionarse de inmediato.
Solo me limito a llamar la atención sobre estos temas cruciales.
No son asuntos que resuelva una simple crítica ni una exhortación,
aunque se haga en un acto como este. Requieren ante todo trabajo
organizado, control y exigencia un día tras otro; rigor, orden y
disciplina sistemáticos desde la instancia nacional hasta cada uno
de los miles de lugares donde se produce algo o se brinda un
servicio.
En esa dirección el país trabaja, como en otras igualmente
importantes y estratégicas. Se hace con premura pero sin desesperos
ni muchas declaraciones públicas para no crear falsas expectativas,
pues con la sinceridad que siempre ha caracterizado a la Revolución,
alerto una vez más que todo no puede resolverse de inmediato [...]
Insisto en que no habrá soluciones espectaculares. Se necesita
tiempo y sobre todo trabajar con seriedad y sistematicidad,
consolidando cada resultado que se alcance, por pequeño que sea.
Raúl, 26 de julio del 2007