|
Maniobra de Agrupación de Tropas
El blanco fue batido
Joel Mayor Lorán
Joel@granma.cip.cu
Dos emboscadas nocturnas de hostigamiento indican al invasor que
no habrá tregua hasta tanto se retire. Obstaculizan su paso. Y en la
mañana, cuando trata de reorganizarse, el fuego continúa. Una vez
más, la Maniobra de Agrupación de Tropas de las FAR confirma la
preparación de los combatientes para repeler una agresión real.
Muchos detalles fueron examinados durante el ejercicio: el
desempeño de los jefes de las pequeñas unidades, el planteamiento de
las misiones y la eficiencia al batir los blancos, aseguró el
coronel Luis Coureaux Navea.
Muchos
detalles fueron evaluados durante el ejercicio y sobresalió la
elevada eficiencia al batir los blancos.
Los árbitros evaluaron la correcta explotación de los medios, la
organización del combate, la creación de las condiciones de vida en
campaña, y aportaron información valiosa a los jefes principales
sobre las habilidades de las tropas, los resultados del tiro y otras
acciones desarrolladas, añadió.
"Estos soldados alcanzaron altos niveles de cohesión en 24 meses
de Servicio Militar Activo. Por tanto, realizaron la marcha de 46
kilómetros pese a las condiciones climatológicas adversas, vencieron
el programa de instrucción y asimilaron sin dificultad la
modernización de la técnica".
Todas las fuerzas han puesto en práctica los conocimientos
adquiridos en clase, señala el teniente coronel Gilberto Quiala
Savigne, jefe de Preparación Combativa. "Cumplieron los
procedimientos tácticos; nos queda continuar profundizando la
preparación".
Para el teniente Julián Verdecia, jefe de una pequeña unidad,
cada episodio de la vida en campaña rindió frutos. También el
artillero Edy Infante se siente feliz: de aquel titubeo para el
primer disparo no queda nada. Entretanto, la cadete Dayma Martínez
puso a prueba lo aprendido. "Ha sido una experiencia muy bonita para
mi formación como futura oficial de las FAR. Con esta maniobra, he
comenzado a graduarme".
EL ENEMIGO JAMÁS ENTRARÁ
PINAR DEL RÍO.— En medio del sonido de las sirenas, la ciudad
despierta. La aviación enemiga lanza golpes sucesivos contra el
norte de la capital pinareña. El objetivo: preparar las condiciones
para un desembarco aerotransportado, mediante el cual los invasores
tratan de apoderarse de los accesos de la urbe.
Sin embargo, la acción es rechazada por la defensa antiaérea, la
artillería y los tanques.
Los episodios se suceden uno tras otro, durante la última jornada
de la Maniobra de Agrupación de Tropas desarrollada en el occidente
del país.
Tras fracasar el intento de penetrar por aire, el enemigo trata
de hacerlo por tierra. Sobre los blindados, que apenas pueden
avanzar debido a la obstrucción de las vías y las acciones de
desgaste, cae el fuego nutrido de las unidades regulares, las
Milicias de Tropas Territoriales y las Brigadas de Producción y
Defensa.
Nuevos ataques de la aviación enemiga intentan respaldar el
avance de sus efectivos, pero reciben una dura respuesta de la
defensa antiaérea. Después de intensos combates, los invasores se
convencen de la imposibilidad de ocupar la ciudad y se retiran.
Así concluye el ejercicio, demostrando una vez más el alto nivel
de preparación alcanzado por los órganos de dirección y las tropas,
y confirmando la advertencia del Comandante en Jefe, de que "a Cuba
no la tendrán jamás".
(Ronald Suárez Rivas) |