Vargas Llosa: de la farsa al ridículo

Laura Bécquer Paseiro

Lamentable. Con esa palabra podría resumir el proceder del escritor deslatinoamericanizado Mario Vargas Llosa. Sucede que por estos días, arremete nuevamente, contra Cuba y Venezuela.

Dime con quien andas y te diré quien eres… uno de los compinches del escritor peruano Vargas Llosa es el ex presidente derechista español José María Aznar.

La perreta de ahora se escuda en el hecho de que "estos países no son un buen ejemplo respecto a lo que en materia de democracia está sucediendo en América Latina". Lo anterior lo dijo al recibir el Premio en Defensa de la Libertad de Expresión en la localidad gaditana de San Fernando, España.

Buen escritor, pero mediocre político, el también Premio Nobel de Literatura (2010), sacó su veta fascista al decir que "cuando vemos lo que ocurre en el campo de libertad de expresión, debemos sentirnos alarmados porque se avanza en unos países y se retrocede en otros".

De esta forma, el autor de La ciudad y los perros (1962), dijo que en Cuba, "hace más de 50 años que desapareció (la democracia), y no hay indicios de que vaya a volver de inmediato".

En cuanto a Venezuela, señaló: "La tierra de Miranda o de Bolívar, una tierra de libertad, padece ataques feroces a la libertad de expresión".

No es una casualidad que el literato vasallo del imperio se "preocupe" expresamente por los asuntos de países como Bolivia, Ecuador, Argentina y hasta Brasil, naciones que, por demás, luchan por lograr la igualdad, la cooperación, las relaciones "con todos y para el bien de todos".

Es su anticomunismo típico. Me parece que más bien de lo que trata aquí Vargas Llosa es volverse recurrente en la politiquería barata para caerle bien a los poderosos que lo premiaron y pagaron; y a sus amigos corruptos y apátridas. Ya una vez el pueblo peruano lo castigó por ese servilismo sin límites con un NO rotundo, cuando aspiró a la presidencia de ese hermano país suramericano.

Cuando dice que "hay países que tienen gobiernos nacidos de elecciones legítimas, pero en ellos la libertad de expresión está amenazada", ¿llama este reconverso al mercado convocando a intentonas golpistas que desestabilicen la región? Golpes que provoquen dictaduras horrendas del pasado como las sufridas por argentinos, chilenos, venezolanos, cubanos y hasta el derrocamiento del presidente constitucional hondureño José Manuel Zelaya. Que provoquen desaparecidos, vuelos de la muerte, secuestro de niños, homicidios masivos. ¿Ese es el paradigma del "ilustre" autor de La tía Julia y el escribidor (1977)? Para que el proceso democrático en América Latina siga avanzando, es necesario impulsar esas políticas integracionistas a todos los niveles, a pesar de lo que puedan pensar algunos escritores, o mercenarios de la pluma, por muy afamados que sean por su literatura.

 

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