Gladys García Moreno cuenta con emoción aquellos días en que
inquieta buscó cómo inscribirse en las Milicias Nacionales
Revolucionarias (MNR). Por aquel entonces, tenía 17 años de edad.
Recuerda la concentración de miles de personas frente a la terraza
norte del antiguo Palacio Presidencial (hoy Museo de la Revolución),
en la capital, donde Fidel anunció la creación de las milicias. Era
el 26 de octubre de 1959.
Comenzaba así el desarrollo masivo de las milicias obreras,
campesinas y estudiantiles por todo el país. Mientras el pueblo
continuaba organizándose, crecía la reacción contra la Revolución.
Surgió entonces la Escuela de Responsables de Milicias, para formar
los primeros tenientes, que entrenaron a los batallones de combate
que se formaron posteriormente.
El Batallón Femenino Lidia Doce fue uno de ellos, integrado y
preparado por mujeres. "Por primera vez marchábamos al lado de los
hombres en la defensa de intereses comunes", afirma Gladys, una de
sus milicianas fundadoras.
Ahora, con más de seis décadas de vida, para remontarse medio
siglo atrás consulta el libro Síntesis histórica del Batallón de
Milicias Femenino Lidia Doce.
El Batallón Lidia Doce —primera estructura militar femenina
creada después de 1959, con fines de preservar la paz y la
Revolución—, debe su nombre a la mensajera del Che, una de las más
confiables del Ejército Rebelde.
Según se narra en el texto, el primer grupo fue de 300 milicianas
y el 20 de noviembre de 1960 se sumaron 2 000, seleccionadas por sus
respectivas milicias. Ese día, quedó marcado como la fecha
fundacional del Batallón Femenino. Con el primer pase de lista
quedaron organizados las compañías, pelotones y escuadras, dirigidos
por la capitana Isabel Rielo, una de las Marianas de la Sierra
Maestra.
De manera especial habla de la visita de Fidel el 1 de enero de
1961 en horas de la tarde. En ese encuentro el Comandante en Jefe
les anunció que recibirían un nuevo uniforme diseñado por Celia
Sánchez y por él: pantalón verde olivo y chaqueta gris, con la boina
verde. Al amanecer formamos, ya uniformadas y armadas, y marchamos a
la Plaza de la Revolución a participar en el primer desfile armado".
Durante la agresión a Playa Girón, en abril de 1961, las
integrantes del Batallón mantuvieron custodiada la capital.
La integración del Batallón Femenino Lidia Doce "significó un
paso de avance en la lucha por la igualdad de la mujer".