Fue sepultado en La
Habana el crítico de arte, artista y periodista Juan Sánchez
(Cienfuegos, 1929), quien había fallecido en la madrugada del jueves
a consecuencia de una afección cerebrovascular.
Luego de cultivar en su juventud el grabado, oficio en el que
siguió los pasos de su entrañable amigo Carmelo González, Juan
fungió como director de la Academia de Artes Plásticas San Alejandro
y más tarde, y por largos años, se desempeñó como jefe de
Información Cultural e Historiador de la revista Bohemia.
En el 2000 mereció el Premio Guy Pérez Cisneros, del Consejo
Nacional de las Artes Plásticas, por la obra de la vida.
Entre sus publicaciones más relevantes se hallan El grabado en
Cuba (1955), Fidelio Ponce (1985), Vida de Carlos
Enríquez (1996) y Wifredo Lam, el gran perturbador
(2002).