El bienestar de niños y jóvenes en Cuba, junto al respeto y
atención a sus derechos, constituyen una estrategia inherente al
proyecto de este país donde de manera consciente y planificada se
garantiza su cumplimiento.
Con este objetivo se diseñan, ejecutan y evalúan políticas
sociales, programas y proyectos en las áreas de salud, la educación,
la seguridad social, entre otras esferas, para promover un
desarrollo socialmente adecuado de la población infanto juvenil y
reconocer a sus integrantes como sujetos plenos de derechos y
responsabilidades.
Así lo afirmó a la AIN Magalys Rodríguez Ivonet, Coordinadora
Regional del Proyecto de Divulgación de los Derechos de la Niñez y
la Adolescencia, quien expuso que en Cuba se establecen garantías
constitucionales y políticas prácticas a favor de ese segmento de la
sociedad.
Desde que una mujer se embaraza es atendida por el Programa de
Atención Materno Infantil -destacó Rodríguez Ivonet-, donde se le
priorizan consultas médicas especializadas para cuidar su salud y la
del niño, totalmente gratuitas.
Los recién nacidos son vacunados en los hospitales maternos e
integrados a un programa nacional de inmunización contra varias
enfermedades -subrayó-, además de ser evaluados sistemáticamente por
pediatras y otros especialistas si fuere necesario.
Juan José Ortiz, representante en Cuba del Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia, afirmó recientemente en La Habana, que Cuba
es un ejemplo en la aplicación de la Convención sobre los Derechos
del Niño.
El 26 de enero de 1990 el archipiélago firmó la Convención sobre
los Derechos del Niño y la ratificó un año más tarde, con lo que se
convirtió en uno de los primeros países en hacerlo.
En el 2000, suscribió el Protocolo Facultativo de la Convención
relativo a la participación de los niños en los conflictos armados,
mientras que, adscrita a la Asamblea Nacional del Poder Popular,
funciona con carácter permanente la Comisión de Atención a la Niñez
y la Juventud.