Más inestable no pudo ser la presentación de ambos equipos, pero las voleibolistas cubanas sobresalieron en ese tema ante Holanda para perder 1-3 en el Campeonato Mundial, cuando su próximo rival es nada menos que Brasil.

Las cubanas no tienen una fácil tarea en esta segunda vuelta.

En el peor set jugado por las nuestras durante el torneo, se vieron aventajadas al comienzo del partido 25-12, tras cometer ocho errores por dos sus adversarias, mientras a la ofensiva solo Kenia Carcacés llegó a cinco puntos, pues el resto del equipo permaneció silenciado.

La segunda manga mostró al sexteto de Cuba recuperado del golpe, para alcanzar la delantera 14-10¼ 20-14, con despertar al ataque de Rosanna Giel y Yoana Palacios, aunque las pifias llegaban a 12. El tiempo concluyó 25-22 para empatar el choque.

Una recaída similar a la del inicio sobrevino en el tercer tramo y las antillanas cedían 4-12¼ 7-17¼ 10-21, sin repunte posible, pues sus lanceras estaban detenidas en el tiempo, solo la central Giel marcaba con efectividad, en tanto los errores crecían de ambas partes: 19 de las caribeñas por 14 de sus adversarias, quienes vencieron 25-12.

No fue diferente el arranque en el cuarto parcial, 0-4, a lo que siguió una reacción propiciadora de la igualada, 9-9, pero el abismo se ensanchó nuevamente: 11-15¼ 16-21, hasta surgir el veredicto final de 20-25. Las perdedoras concluyeron con 26 pifias por 20 de Holanda.

Ahora las triunfadoras acumulan dos éxitos e igual cantidad de reveses, mientras las alumnas de Juan Carlos Gala se sumieron en un desfavorable 1-3.

HOLANDA NO era UNA PANACEA

Cuba y Holanda avanzaron a esta segunda vuelta con igual balance de dos derrotas y una victoria. Sobre las naranjas europeas, hay que decir que a partir de 1995 reclamaron un espacio en la elite internacional, cuando ganaron el oro en el Campeonato Europeo, seguido del quinto escaño en los Juegos Olímpicos de Atlanta’96.

Su éxito tuvo la expresión más alta con el primer lugar en el Grand Prix del 2007, única presea a la que han accedido en ese evento fundado en 1993; en el 2009 y 2010 finalizaron cuartas entre 12 elencos. Las cubanas no clasificaron para las dos últimas ediciones, después de su medalla de plata en el 2008. Retornarán a ese escenario el año próximo tras clasificar en la Copa Panamericana.

Las holandesas cuentan entre sus regulares con cuatro jugadoras por encima de los 1,91 metros de altura: su capitana Marion Flier, quien terminó el primer tramo del Mundial como tercera en ataque (50,68% de efectividad) y cuarta máxima acumuladora, al sumar 93 puntos. Francien Huuman (1,92), Chaine Staelens (1,94) e Ingrid Visier (1,91) también componen la columna vertebral del plantel, mientras las nuestras tienen en las centrales Rachel Sánchez (1,88), Rosanna Giel (1,87) y la auxiliar Kenia Carcacés (1,89) a sus voleibolistas de mayor talla.

BRASIL, PRÓXIMO RIVAL

Hoy, el certamen presenta una jornada bien difícil para las alumnas de Juan Carlos Gala, pues hallarán net por medio a Brasil, que cubrió invicta (5-0) la vuelta inicial y aparece entre las favoritas al podio, junto a Rusia y Estados Unidos.

Una derrota ante las auriverdes complicaría más su situación en el clásico. Las caribeñas tienen opciones reales de superar a la República Checa y a Italia, oponentes de las dos fechas conclusivas en el grupo F.