Entre ovaciones, llegó escoltada por los bailarines del ABT que
habían participado en la función, lo que constituyó asimismo un
homenaje a Alicia Alonso, quien nunca ha dejado de estar en los
corazones y en la propia compañía, según emotivas palabras de su
director artístico Kevin McKenzie.,
Durante la jornada, donde se puso nuevamente en evidencia que la
danza es un lenguaje universal, el auditorio presenció un alto
momento de la visita del ABT a La Habana, en un programa que incluyó
obras en las que Alicia dejó, huellas imborrables, y que regresaron
en el tiempo. Entre ellas, Tema y variaciones, difícil pieza
coreográfica que George Balanchine creara especialmente, hacia 1947,
para Alicia Alonso e Igor Youskevitch. El rigor compositivo del
autor, su habilidad para dotar de nuevo aliento el virtuosismo de
origen académico creativamente elaborado, tuvieron en las primeras
figuras Michele Wiles/Cory Stearns, solistas y cuerpo de baile,
intérpretes capaces de llevar a buen término la dura tarea de un
ballet que exige mucho de los artistas.
Esas primeras imágenes de la presentación del ABT, y todo lo que
siguió a continuación, calaron hondo en el espectador cubano, sobre
todo, porque en las obras se reúnen muchos elementos que consiguen
el fin deseado: coreografía, diseño de vestuario, escenografía,
música, luces¼ para entregar trabajos muy
estudiados al más mínimo detalle, respirando creatividad.
La temperatura subió en el coliseo de Miramar cuando aparecieron
en escena nuestro José Manuel Carreño, una de las más singulares
figuras del ABT junto con la argentina Paloma Herrera —ya conocida
por nuestro público— en el pas de deux de El corsario,
saltos, giros, pasión¼ se confundieron
con las ovaciones desatadas por los bailarines.
Agradable nota lírica lo constituyó Siete sonatas, de
Alexei Ratmansky (fue estrenada en el 2009), diseño de vestuario de
Holly Hines y música de Scarlatti, interpretada magníficamente al
piano por Barbara Bilach. Hermosa pieza donde sobresale el trabajo
de diseño de grupos y la vitalidad de cada uno de los bailarines
formando tres parejas: Xiomara Reyes/Herman Cornejo, Stella Abrera/Gennadi
Saveliev y Julie Kent/David Hallberg. Como cierre del programa llegó
Fancy Free, de Jerome Robbins (coreógrafo multifacético,
comprometido con una visión humanista del mundo, y al mismo tiempo
con el carácter emocional del hombre), con música de Leonard
Bernstein, escenografía de Oliver Smith y vestuario de Kermit Love,
que narra las aventuras de tres marineros de pase en los suburbios
de Nueva York, en 1944¼ en la que se
evidencia una danza teatral donde se unen lo clásico y lo
contemporáneo de forma excepcional.
La Orquesta Sinfónica Nacional, conducida indistintamente por los
maestros Ormsby Wilkins y David Lamarche, sonó a la altura de la
inolvidable noche.