22 Festival Internacional de Ballet de La Habana

ABT: elegancia, precisión, estilos

TONI PIÑERA

Entre las más gratos y esperados momentos del ya histórico 22 Festival Internacional de Ballet de La Habana está la presentación del American Ballet Theater de Estados Unidos que realizó dos funciones memorables en el teatro Karl Marx, luego de 50 años ausente de nuestros escenarios, y donde la compañía mostró diversas corrientes y estilos que cruzan por su vasto repertorio.

Foto: Nancy ReyesKevin McKenzie, director artístico del ABT, y José Manuel Carreño, escoltan a la Maestra.

Entre ovaciones, llegó escoltada por los bailarines del ABT que habían participado en la función, lo que constituyó asimismo un homenaje a Alicia Alonso, quien nunca ha dejado de estar en los corazones y en la propia compañía, según emotivas palabras de su director artístico Kevin McKenzie.,

Durante la jornada, donde se puso nuevamente en evidencia que la danza es un lenguaje universal, el auditorio presenció un alto momento de la visita del ABT a La Habana, en un programa que incluyó obras en las que Alicia dejó, huellas imborrables, y que regresaron en el tiempo. Entre ellas, Tema y variaciones, difícil pieza coreográfica que George Balanchine creara especialmente, hacia 1947, para Alicia Alonso e Igor Youskevitch. El rigor compositivo del autor, su habilidad para dotar de nuevo aliento el virtuosismo de origen académico creativamente elaborado, tuvieron en las primeras figuras Michele Wiles/Cory Stearns, solistas y cuerpo de baile, intérpretes capaces de llevar a buen término la dura tarea de un ballet que exige mucho de los artistas.

Esas primeras imágenes de la presentación del ABT, y todo lo que siguió a continuación, calaron hondo en el espectador cubano, sobre todo, porque en las obras se reúnen muchos elementos que consiguen el fin deseado: coreografía, diseño de vestuario, escenografía, música, luces¼ para entregar trabajos muy estudiados al más mínimo detalle, respirando creatividad.

La temperatura subió en el coliseo de Miramar cuando aparecieron en escena nuestro José Manuel Carreño, una de las más singulares figuras del ABT junto con la argentina Paloma Herrera —ya conocida por nuestro público— en el pas de deux de El corsario, saltos, giros, pasión¼ se confundieron con las ovaciones desatadas por los bailarines.

Agradable nota lírica lo constituyó Siete sonatas, de Alexei Ratmansky (fue estrenada en el 2009), diseño de vestuario de Holly Hines y música de Scarlatti, interpretada magníficamente al piano por Barbara Bilach. Hermosa pieza donde sobresale el trabajo de diseño de grupos y la vitalidad de cada uno de los bailarines formando tres parejas: Xiomara Reyes/Herman Cornejo, Stella Abrera/Gennadi Saveliev y Julie Kent/David Hallberg. Como cierre del programa llegó Fancy Free, de Jerome Robbins (coreógrafo multifacético, comprometido con una visión humanista del mundo, y al mismo tiempo con el carácter emocional del hombre), con música de Leonard Bernstein, escenografía de Oliver Smith y vestuario de Kermit Love, que narra las aventuras de tres marineros de pase en los suburbios de Nueva York, en 1944¼ en la que se evidencia una danza teatral donde se unen lo clásico y lo contemporáneo de forma excepcional.

La Orquesta Sinfónica Nacional, conducida indistintamente por los maestros Ormsby Wilkins y David Lamarche, sonó a la altura de la inolvidable noche.

 

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