La extracción del veneno del alacrán para su uso terapéutico se
incrementa en la provincia de Las Tunas, unos 670 kilómetros al este
de La Habana, como parte de un programa que se desarrolla en Cuba
con ese fin.
En un centro inaugurado hace poco más de tres años en este
territorio oriental, se cuenta ahora con unos 900 escorpiones, y se
trabaja con el objetivo de llegar a cinco mil en el más breve plazo
posible.
La médica veterinaria Tonia Rodríguez, administradora de esta
sucursal del Grupo Empresarial LABIOFAM (Laboratorios
Biológico-Farmacéuticos), dijo a la AIN que en la actualidad se
obtienen mensualmente entre 100 y 120 mililitros de la toxina.
Precisó que la concentración del veneno oscila alrededor de ocho,
de un mínimo de seis, aunque se trabaja para incrementar no sólo la
cantidad, sino también la calidad del extracto, que es enviado a los
laboratorios de La Habana para la producción de medicamentos.
Desde hace más de dos décadas en Cuba se estudia y aplica un
medicamento preparado con el veneno del alacrán disuelto en una
determinada cantidad de agua destilada, que ha demostrado sus
efectos anticancerígenos, y es efectivo sobre todo en tumores y
afecciones del sistema nervioso central.
También se han comprobado sus beneficios en otras zonas del
organismo, como el pulmón, cuello del útero, próstata y páncreas,
además de poseer propiedades analgésicas y antiinflamatorias.
Según declaraciones a la prensa del doctor José Antonio Fraga,
director del Grupo Empresarial LABIOFAM, para consolidar este
programa funcionan en todas las provincias cubanas criaderos del
alacrán o escorpión, un arácnido cuyo nombre científico es
Centrurides sp.
La Isla dispone, además, de la tecnología para la reproducción
del arácnido en condiciones de cautiverio y el modo de obtener la
toxina, un producto natural que es inocuo para el organismo humano.
Ello posibilitará elevar la producción del veneno para enfrentar
mejor las necesidades internas y las demandas que se reciben del
exterior de este medicamento homeopático.