LONDRES, 26 de octubre.— La edición electrónica del diario The
Guardian publicó este martes que el Ejército británico entrena a sus
interrogadores en métodos que incluyen humillación a los presos:
desnudos, tratos vejatorios, privaciones sensoriales.
En una clara violación de los Convenios de Ginebra, el texto
clave del Derecho internacional humanitario que prohíbe "cualquier
coacción empleada para obtener información", el Ejército británico
ha elaborado en secreto durante años manuales con los que enseña
cómo provocar estados de terror, ansiedad y desorientación en los
prisioneros.
Este material clasificado, utilizado en cursos de interrogación
en profundidad y que incluye apartados como asfixia: signos y
síntomas, recoge frases como "mantenlos (a los presos) desnudos si
no cumplen las órdenes" o instruye sobre el uso de vendas para
taparles los ojos. Además de estas, educa a los interrogadores en la
utilización de instrumentos como bridas de plástico para esposarlos
u orejeras, pues la privación de alguno de sus sentidos "es legal"
si existen "razones válidas" para ello.
Otros documentos explican, en cambio, cómo provocar "malestar
psicológico" a los capturados. En cuanto al lugar donde el
prisionero debe ser interrogado, los textos abogan por espacios de
apariencia "repugnante" y, por supuesto, alejado de oyentes ajenos.
Todo este material de formación, fruto de la experiencia
acumulada, según él mismo recoge, en la isla de Borneo, Malasia,
Arabia Saudita, Palestina, Chipre e Irlanda del Norte, está fechado
con posterioridad a la muerte de Baha Mousa en el 2003.
Este recepcionista de hotel iraquí fue torturado hasta la muerte
por tropas británicas y su autopsia reveló 36 horas de tortura y 93
lesiones distintas. El Ministerio de Defensa británico fue condenado
en el 2008 a pagar a su familia una indemnización de más de tres
millones de euros. (El País.com)