La respuesta pedagógica a niños discapacitados y la garantía del
equipamiento imprescindible para su instrucción, figuran entre los
logros y prioridades del sistema educacional cubano, pese al injusto
bloqueo de los EE.UU.
Roberto Soler, subdirector de la enseñanza especial en la
provincia de Guantánamo, dijo a la AIN que en esta región extremo
oriental de la Isla, los cerca de dos mil 900 infantes con
necesidades educativas especiales tienen asegurada la atención
especializada gratuita en 23 planteles dedicados a esa actividad.
Ejemplo de esta bandera alzada por el amor y el aprendizaje son
los más de 100 infantes de este territorio con discapacidades en las
áreas sensoriales de la visión y la audición, quienes cursan hasta
el sexto grado en la Escuela 14 de Junio, donde se preparan para
incursionar en grados superiores, incluido el universitario.
En ese centro docente, acreedor por seis años consecutivos de la
condición Vanguardia Nacional, se adiestran pequeños ciegos, débiles
visuales, sordos e hipoacúsicos, así como también a los que padecen
otras anomalías de la visión, como estrabismos y ambliopías, y cinco
alumnos con sordoceguera, inhabilidad multisensorial.
Damaris Bosh, directora del centro, subrayó que las impresoras y
máquinas para la escritura Braille, esenciales en la educación de
los invidentes, destacan entre los recursos garantizados por el
Estado cubano, tras notables esfuerzos por adquirirlas en el mercado
internacional.
Argumentó que el valor de cada una de estas asciende a más de mil
dólares, y en muchos casos parte de sus componentes son de factura
norteamericana y la Administración de Washington prohíbe venderlos a
la Isla, en menosprecio de los sensibles propósitos para los cuales
son destinados.
Ante tal situación, la nación antillana se ve obligada a comprar
esas máquinas en terceros países, gestión que implica pagar casi el
doble del precio real del artículo.
Igualmente, el gobierno en la Isla asegura y ofrece, de manera
gratuita, el dispositivo para el implante coclear en niños sordos, y
la compleja operación y rehabilitación que este proceso requiere,
valorado en el mundo en unos 60 mil dólares, y el cual favorece la
instrucción de los pequeños con discapacidad auditiva.
A pesar de los intentos de la Casa Blanca por frenar el avance de
la Revolución, el Estado cubano se esmera para que la educación
llegue a todos, y hasta en las montañas los niños cubanos con
limitaciones físicas o intelectuales tienen posibilidades de acceso
libre a la enseñanza.