El Gobierno de Francia ofreció en las últimas 24 horas cifras
paradójicas respecto al impacto en la economía de las
manifestaciones de la población contra reformas a la ley de retiros,
reportó Prensa Latina.
En la fecha, las protestas son protagonizadas por los
estudiantes, mientras los sindicatos preparan una nueva jornada de
paro, marchas y mítines en todo el país el jueves venidero.
De todas formas, la nueva legislación será adoptada por los dos
estamentos parlamentarios en las próximas horas, cuando una comisión
mixta de siete senadores y siete diputados presenten un texto único
para su adopción.
La ministra de Economía de Francia, Christine Lagarde, lanzó la
alarma ayer al afirmar que los paros de los gremios significan
pérdidas de hasta 400 millones de euros diarios al país. Sin
embargo, hoy dijo otra cosa.
Lagarde aseguró que las protestas no afectan la previsión de
crecimiento de la nación en el año 2010, que se mantendrá en el
orden del 1,5 por ciento.
Yo no niego que hemos tenido varios días complicados con cierto
impacto económico, pero no creo que sea suficiente para cambiar
nuestra previsión de crecimiento para todo el año, señaló a una
emisora de radio local.
El líder de la Confederación General de Trabajadores (CGT),
Bernard Thibault, reiteró que el movimiento social no se rendirá
pese al camino señalado por las Cámaras Alta y Baja dominadas por la
centroderecha del presidente de la República, Nicolás Sarkozy.
Vamos a continuar rechazando la injusta y absurda ley de
jubilaciones que se convertirá en la más dura de toda Europa.
Encontraremos nuevas formas, seguiremos en combate , dijo Thibault a
la televisión nacional de France2.
En el mismo sentido se pronunciaron Francois Chéréque, secretario
general de la CFDT, y Jean Claude Mailly, máximo responsable de
Fuerza Obrera, los otros dos sindicatos más fuertes de Francia.
Aunque de cierto modo la vida retornaba a la normalidad en
refinerías y depósitos de combustible, Francia se resentía este
martes de las consecuencias de un largo período de huelgas.
En la segunda ciudad gala, Marsella, 10 mil toneladas de basura
en las calles reflejaban el estado de abandono a raíz de los paros.
Tomará varios días o semanas para poner orden en la higiene de la
urbe, dijeron encargados de la recogida de desperdicios.