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Cuidar lo que la tierra guarda
Tan importante como el ahorro de agua es el
control y planificación de la existente en el subsuelo
Ortelio
González Martínez
CIEGO DE ÁVILA.— Por estos días, el agua se interpone en nuestro
camino más de lo acostumbrado, lo mismo corriendo libremente que
encharcándose en el menor desnivel. Se estima que en Cuba, el 60%
del volumen bombeado, se pierde antes de llegar a los hogares. Para
corroborarlo basta con asomarse a la ventana o prestar atención al
continuo goteo de los tragantes de cualquier ciudad.
La
indisciplina social sigue siendo un goteo continuo a favor del
despilfarro de este recurso esencial.
Sin soslayar cuánto repercute en el desperdicio de agua el estado
de los acueductos, en materia de ahorro de este recurso vital queda
mucho por hacer: la indisciplina social tiene aún un peso importante
en el derroche y las empresas hacen "uso y abuso" del recurso.
En medio de este complejo panorama, Ciego de Ávila da ejemplos de
terreno ganado en materia de control y planificación del líquido, al
despuntar como referente nacional con métodos regulatorios.
RESERVA SUBVALORADA
Granma quiso acercarse a
lo que la tierra guarda, a esa reserva subvalorada en ocasiones y
objeto de despilfarro desmedido.
Sergio
Barrios afirma que existe un férreo control de las dos cuencas
subterráneas de la provincia.
Fuentes consultadas dan cuenta de que Cuba tiene reservas en el
subsuelo ascendentes a unos 5 495 millones de metros cúbicos al año,
de los cuales más de 4 000 millones pueden extraerse.
También se argumenta que si hoy las cuencas subterráneas no
muestran un índice más desfavorable, es por las obras de recarga
construidas en el país para mejorar el nivel de infiltración, como
el llamado Dique Sur, en el Occidente; la presa Ejército Rebelde, en
el Parque Lenin; y el Cierre de Puente Largo, al norte de esta
provincia.
En un territorio agrícola por excelencia y dependiente del
líquido que está bajo nuestros pies, poner coto al deficiente manejo
del mismo resulta prioritario.
Según Sergio Barrios García, delegado de Recursos Hidráulicos en
Ciego de Ávila, el territorio avileño tiene la peculiaridad que del
total de agua disponible en presas, lagos naturales, no regulada
(ríos) y subterránea, el 72% corresponde a esta última, de ahí que
se le preste especial atención a ese potencial, el tercero del país,
que anteceden las provincias de La Habana y Matanzas.
Ciego de Ávila no es de las agraciadas con grandes ríos y
embalses, pero sí de las bendecidas con el agua en las
profundidades, al tener capacidad de almacenamiento para unos 963
millones de metros cúbicos.
Las lluvias de finales de septiembre nutrieron el manto freático,
al cual entraron unos 150 millones, para elevar la cifra existente a
548 millones de metros cúbicos, el 57% de su capacidad con respecto
al total explotable, novedad que alivió a directivos y productores,
luego de una etapa prolongada de sequía hidráulica y meteorológica.
Rafael González-Abréu Fernández, especialista principal de
servicios hidrológicos en la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico
de Ciego de Ávila, es optimista y asegura que el manto seguirá
recargándose en el próximo mes, último del periodo húmedo, pero¼
"es ahí donde está el peligro, pues si se saca más de lo que entra
corremos el riesgo de caer en una crisis, como ya ocurrió durante
casi todo el año 2010, cuando la fuente de abasto de Ruspoli,
abastecedora de unos 47 000 habitantes de la ciudad cabecera, sufrió
grandes percances que motivaron restricciones en la zona agrícola de
Ceballos".
El ingeniero afirmó que, pese a la avalancha de septiembre,
cuatro de los 15 sectores hidrológicos en que está dividida la
provincia se encuentran en fase de alerta o alarma, hecho que obliga
a mantener un férreo control, sobre todo en la zona norte, donde
están enclavados.
UNA "MIRADA" A LAS PROFUNDIDADES
"Hay que estar velando el acuífero. Poco después de las lluvias,
el 4 de octubre, hicimos los sondeos para corroborar con alegría el
aumento de los niveles, y todavía hay determinados volúmenes en
tránsito hacia las profundidades", asevera el especialista.
Los
sistemas de pronóstico de nivel y el de alerta y alarma tempranas
permiten conocer el estado en que se encuentran los acuíferos.
Para reforzar el control sobre el empleo del agua, aplican dos
métodos ideados en el territorio: el Sistema de pronóstico de nivel,
y el de alerta y alarma tempranas en la determinación de la sequía
hidrológica.
Ambos procedimientos permiten conocer el estado en que se
encuentran los acuíferos en las distintas épocas del año. Incluso, a
partir de un diagnóstico, es posible determinar con exactitud la
entrada y extracción del líquido de la cuenca subterránea, lo que
permite regular el uso de ese recurso agotable, la conservación de
los humedales y el control de la intrusión salina.
En momentos en que, derivadas del cambio climático, las sequías
son más recurrentes, dichas herramientas son instrumentos de gran
relevancia a partir de la facilidad con que pueden realizarse
cálculos y estudios, y establecer políticas afines a cada situación. |