De
nuevo está el gran show electoral en los Estados Unidos, donde en
esta ocasión se van a elegir todos los miembros de la Cámara de
Representantes, un tercio de los senadores y 36 gobernadores.
Es una prueba de fuego para cualquier Administración después de
sus dos primeros años. En este caso muchos lo aprecian como un
verdadero referéndum a la labor de la gestión de gobierno de Obama.
Van a ganar los candidatos Republicanos, eso ya es una realidad,
la verdadera pregunta es cuánto van a ganar o mejor dicho cuánto van
a perder los candidatos Demócratas.
El gran y casi único tema de estas elecciones es la economía, la
economía y la economía con sus ramificaciones sociales y políticas,
pero en esencia es lo que decidirá la mayoría de los votos.
No obstante, al resultar elecciones locales, la personalidad,
características y tipicidades de los candidatos, así como algunos
temas específicos de los territorios, también pueden tornarse clave
en algunos casos.
Existe un marcado y ya medido fuerte sentimiento en los electores
que van a votar (alrededor del 50% de los que pueden hacerlo), de
votar contra el que esté en el cargo en Washington.
Los niveles de aprobación de la labor del Congreso están
alrededor del 20%, pero para los representantes de ambos partidos,
el gran malo es el gobierno federal, y los políticos tradicionales.
Verdad de Perogrullo: en los EE.UU. no se puede hacer política
sin dinero y este año, como en casi todo proceso electoral, se
rompen los récords del anterior en cuanto a dinero usado, recaudado
y gastado en la campaña.
Al respecto quiero destacar dos temas:
Cada vez es mayor, y aumenta como tendencia, la cantidad de
millonarios que deciden postularse ellos mismos y emplear parte de
su dinero en salir electos, en lugar de gastar ese dinero en pagar
las campañas de otros, o sea de los políticos tradicionales. Los
ejemplos mas llamativos son: Meg Whitman ex presidenta de la firma
de ventas digital E Bay, aspira a gobernadora de California (ha
invertido 139 millones en su campaña, lo que representa que está
poniendo 1 300 anuncios en la televisión por día); Carly Fiorina, ex
presidenta de la firma Hewlett Packard que aspira a senadora por
California (ha invertido cerca de 10 millones en su campaña) y Linda
Mc Mahon, dueña de la firma de lucha libre a la americana World
Wrestling Entertainment (ha invertido más de 50 millones en su
postulación).
A esto súmenle que, como récord en estas elecciones, 163
aspirantes a un asiento en la Cámara de Representantes han invertido
cada uno como promedio en su nominación más de 100 000 dólares de su
dinero.
Y lo otro es que según denunció muy preocupado e indignado el
propio presidente Obama, cada vez más intereses y compañías
extranjeras a través de mecanismos como la Cámara de Comercio de los
EE.UU., están invirtiendo dinero en las campañas de políticos
republicanos.
Como dije en la Mesa Redonda, llama la atención que el Presidente
y numerosos sectores de la sociedad norteamericana, estén ahora
preocupados que se financie con dinero extranjero una campaña
política en los Estados Unidos.
Entonces, ¿cómo es posible que ese mismo gobierno trate de
financiar con dinero norteamericano a grupos de mercenarios dentro
de Cuba? ¿Es o no es igual?
Si me lo hacen, me indigno, pero si yo lo hago está muy bien, ¿en
qué quedamos?
El muy publicitado movimiento Tea Party ha demostrado en
términos electorales ser una facción de extrema derecha que aspira a
ganar creciente influencia dentro del Partido Republicano, pero no
va a funcionar como un partido independiente.
El extremismo y descrédito en varios sentidos de algunos de sus
candidatos, han perjudicado las aspiraciones republicanas en algunas
elecciones claves como las del Senado en Delaware y Nevada. No
obstante, el hecho de que de los 43 candidatos del Tea Party
que apoyó en público Sarah Palin para ganar la nominación en las
elecciones primarias republicanas, 32 hayan ganado, da una idea del
muy complejo y peligroso ambiente social en que se está viviendo hoy
en los EE.UU.
En estas elecciones se espera que por primera vez voten más
electores republicanos que demócratas, motivados por recuperar la
mayoría en la Cámara y el Senado y alentados por una desenfrenada
campaña anti Obama ambientada en el malestar y frustración contra el
gobierno por la situación económica y los incumplimientos de las
promesas de campaña.
Los demócratas de Obama van a perder parte del voto negro,
hispano y joven menor de 35 años, que votó por Obama en las
presidenciales del 2008, ya que según las estudios no va a ir a
votar ese día en su gran mayoría desencantados con lo que han visto
en estos dos años.
En fin, sin poder entrar en detalles de algunos otros temas que
van a influir en el resultado, todo parece indicar que:
Los Republicanos van a retomar la mayoría (218 escaños) en la
Cámara de Representantes pues deben ganar de 45 a 50 escaños lo que
les daría entre 220 y 225 representantes aproximadamente.
Los Demócratas perderán entre 6 y 7 asientos en el Senado, pero
mantendrán una estrecha mayoría con 52 ó 53 asientos
aproximadamente.
Quizás, podría pensar alguno, este tipo de análisis no resultaría
meritorio periodísticamente por la repetición de elementos vistos en
procesos electorales anteriores, solo si este resultado electoral,
no tuviese incidencia en las decisiones que tendrá que tomar la
Administración Obama, las cuales, para bien o para mal, tendrán
consecuencias para el futuro de nuestra especie y del planeta.