Historiadores cubanos debatieron hoy, en Bayamo, aspectos sobresalientes del siglo XIX relacionados con la gesta iniciada hace 200 años contra el dominio colonial de Europa en América Latina.

En el XVIII encuentro Crisol de la Nacionalidad, principal cita teórica de la XVI Fiesta de la Cubanía, el doctor Arturo Sorhegui, profesor de la Universidad de La Habana, opinó que a principios de dicha centuria hubo dos tendencias liberales diferentes, la española y la americana.

Agregó que esta última nació vinculada al proceso de formación del capitalismo en el sur del río Bravo, y fue defendida con posiciones homogéneas de sus representantes en las Cortes de Cádiz en 1810.

El catedrático explicó que sus criterios están basados en el estudio de las actas públicas y secretas de las Cortes, sin olvidar las lógicas diferencias en algunos puntos, según las condiciones, experiencias e intereses representados.

La doctora Mildreth de la Torre, del Instituto de Historia de Cuba, afirmó que el liberalismo, el constitucionalismo y el conservadurismo requieren investigación, pues no siempre el primero tuvo signo positivo ni el último fue negativo.

Una visión realista de las condiciones de la mayor de las Antillas, permitirá entender por qué no se sumó a la gesta independentista al principio del siglo XIX, acotó.

Roberto Valdés, investigador de la Biblioteca Nacional José Martí, se refirió a la solidaridad concitada en América Latina por la causa cubana, tras el estallido independentista de 1868, liderado por Carlos Manuel de Céspedes.

Precisó que los gobiernos de Chile, Venezuela, Perú, Bolivia, Colombia, El Salvador y Brasil reconocieron la beligerancia de los patriotas de la Isla.

El gesto peruano incorporó al Gobierno de Cuba en Armas a la comunidad internacional, y un presidente colombiano propuso a siete naciones latinoamericanas iniciar una acción continental para liberar a la Perla de las Antillas, lo cual fracasó debido a la oposición yanqui, destacó.