Señaló que de acuerdo con el desglose que se hace en el referido
informe, del total de las afectaciones a esa rama, 1 030 millones de
dólares corresponden a los ingresos no recibidos por la prohibición
a los norteamericanos de viajar a la Isla, que de por sí constituye
una violación de los derechos constitucionales de los
estadounidenses.
Para tales cálculos se partió del estimado de que el 15% de los
ciudadanos de EE.UU. que viajan como turistas al Caribe vendría a
Cuba si no existiese tal limitación, refirió la funcionaria e indicó
que más de 13 millones de norteamericanos visitan hoy la región.
En el informe se estima que durante el 2009 hubiesen podido
viajar a la Mayor de las Antillas alrededor de 1 585 000 turistas de
ese país.
El pasado año la Isla recibió 2,43 millones de visitantes y pese
a la crisis económica y financiera global se logró un crecimiento en
el sector del 3,5%.
Al comentar los efectos por las restricciones en el comercio
electrónico y otras facilidades online, los cuales ascienden a 40
millones de dólares del total estimado, Casals puso como ejemplo que
para ofrecer los servicios de reservación y ventas a través de
Internet, los hoteles cubanos solo pueden utilizar uno de los cuatro
grandes Sistemas Globales de Distribución internacionales, el
Amadeus, pues los otros tres (Sabre, Galileo y Worldspan) son
empresas estadounidenses.
Otros intermediarios proveedores de estos servicios se inhiben de
relacionarse con las entidades turísticas de la Isla por temor a ser
multados y de ver amenazadas sus ventas en EE.UU.
La Directora de Relaciones Internacionales del MINTUR añadió que
las entidades cubanas del sector no pueden anunciarse en los grandes
portales como Yahoo y Google, por ser estos de empresas
norteamericanas.
Abundó también acerca de las afectaciones por el incremento de
gastos en compras debido a fletes, precios, tasas e intereses más
altos, y mayores inventarios e inmovilización de recursos
financieros, principalmente de la Cadena de Tiendas Caracol y la
Comercializadora ITH del MINTUR, que ascienden a 27 400 000 dólares
del estimado total.
Según explicó, las compras se encarecen en 25% al tener que
adquirir algunos insumos a través de intermediarios y en mercados
más lejanos. Como ejemplos mencionó equipos náuticos, otros para la
gastronomía, para la realización de ejercicios físicos en los
gimnasios, así como salsas de marcas reconocidas y refrescos de la
Coca Cola, entre otros.
En el informe se hace referencia a los 11 500 000 dólares que se
dejaron de ingresar como consecuencia de la prohibición a yates y
veleros norteamericanos para visitar las marinas cubanas.
Casals apuntó que a las marinas Marlin y Gaviota, en conjunto,
dejaron de arribar alrededor de 30 000 veleros y yates.
La funcionaria dijo igualmente que las afectaciones del bloqueo a
la aeronáutica civil también inciden sobre el turismo, teniendo en
cuenta que quienes viajan a Cuba lo hacen en su mayoría por vía
aérea.
Deliberadamente diseñado para provocar hambre, enfermedades y
desesperación en la población cubana, el bloqueo es la expresión más
elevada de una política cruel e inhumana, carente de legalidad y
legitimidad.
No es una cuestión bilateral entre nuestro país y EE.UU. La
repetida aplicación extraterritorial de las leyes norteamericanas y
la persecución contra los legítimos intereses de empresas y
ciudadanos de terceros países afectan significativamente la
soberanía de muchos otros estados.
Clasifica, por un lado, como un acto de genocidio, en virtud del
inciso C del artículo 2º de la Convención de Ginebra de 1948 para la
Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio y, por otro, como
acto de guerra económica, de acuerdo con lo establecido en la
Declaración relativa al Derecho de la Guerra Marítima adoptada por
la Conferencia Naval de Londres en 1909.