Dicen
que recordar es volver a vivir, pero a esa frase habría que
agregarle que depende de cómo se recuerde. Sí, porque hay momentos
que es mejor no recordar... o al menos no en vano.
Tal es el caso de la polémica exposición "Hitler y los alemanes.
Comunidad y Crimen", una muestra que pretende ser una mirada crítica
a la forma en la que la sociedad alemana asumió como inevitable e
impulsó el auge del régimen nazi, que llevó a la ruina a Europa en
la Segunda Guerra Mundial, reporta la BBC Mundo.
La mencionada exposición tiene un despliegue de medios al que no
está acostumbrada la sociedad alemana actual, en la que exhibir el
nazismo no solo es un tabú, sino un delito castigado por la ley.
Uniformes de las SS y la Gestapo, bustos y fotografías de Hitler
y una colección de medallas nazis, entre otros, se combinan con
textos y videos explicativos en un espacio que supera los 1 000
metros cuadrados en el Museo de Historia de Alemania.
"No queremos centrarnos en Hitler como personaje", asegura Hans-Ulrich
Thamer, responsable de la muestra. "Queremos ver el ascenso del
régimen, cómo actuó en el poder y cómo cayó, y el potencial
tremendamente destructivo que desató el nacionalsocialismo", agregó.
A pesar de su intención, los organizadores reconocen que
inevitablemente existe el riesgo de que tanta esvástica expuesta en
el corazón de Alemania sea utilizada por los neonazis para
reivindicar a esta parte de su historia.
En un país donde recientemente una encuesta arrojó que si bien el
51% de los alemanes rechaza la idea de un Führer, un 13% desearía
contar con ese tipo de líder fuerte.
Actualmente es cuestionable una exposición que remueve acciones
de un sistema y de un hombre que solo dejaron luto tanto en el país
germano como en la Europa toda. Sin duda, una apuesta arriesgada.