El deporte es vida, juventud, plenitud de condiciones físicas y
mentales que contribuyen a crear un espíritu de camaradería,
hermandad entre hombres y mujeres.
Hoy día, cuando el mundo está interconectado o se globaliza (para
emplear el término en boga) no se concibe una actividad de grandes
magnitudes, en cualquier esfera de la vida cotidiana, sin la
colaboración entre los interesados. En ese quehacer, los Voluntarios
han reclamado un lugar preferente.
En unos Juegos Olímpicos, por ejemplo, además de convertirse en
los mejores propagandistas de las bondades propias del país
anfitrión, sirven, esencialmente, como guías de los forasteros que
mucho quieren saber en el breve lapso de dos semanas. El voluntario
es una especie de bastón para el "débil visual" que quizá esté muy
cerca del faro, pero no ve su luz. Y es ese joven diligente, amable,
conocedor, quien le indica el lugar o la acción correcta que debe
realizar para cumplir su deseo.
El Campeonato Mundial Masculino de Voleibol, organizado por diez
ciudades italianas entre el 25 de septiembre y el próximo 10 de
octubre, no ha sido la excepción. Conversando con Marta, una bella
voluntaria, estudiante de Idiomas en la Universidad de Milán,
supimos que el Comité Organizador del evento lanzó una convocatoria
por Internet, en la que los aspirantes a asumir esa responsabilidad
en la cita del orbe debían enviar a vuelta de correo electrónico un
resumen de sus conocimientos y experiencia en torneos anteriores.
Marta (22 años de edad) no trabajó sola en la sede milanesa, vino
junto a su hermana Giulia (20), además de que los padres de ambas
trabajaron en un stand que repartía souvenires relacionados con el
Mundial. No negamos que, durante los días del certamen en aquella
ciudad, Marta y Giulia discutieron en varias ocasiones, porque la
primera era la guía de la delegación cubana y su hermana estaba al
tanto del equipo de Serbia.
Son cientos los muchachos comprometidos con este clásico. En cada
sede usted los identifica por su vestimenta deportiva color azul
oscuro, y, por supuesto, se destacan por su afán de ayudar al
visitante, para que la competencia transite por un cauce de amistad,
de hermandad.
Entre los voluntarios hallamos estudiantes de quinto año de
Medicina, como Claudia; o principiantes en Economía, Arquitectura y
no se sabe cuántas especialidades. Todos se esfuerzan por lo mismo:
atender bien a los participantes en el Campeonato Mundial de voli
2010.