Nuestro lema es unir mediante el swing

Sostiene Wynton Marsalis encuentro con la prensa. Comienza esta noche semana de presentaciones de la Jazz at Lincoln Center Orchestra en el teatro Mella

Pedro de la Hoz

¿Qué hace Wynton Marsalis en Cuba? Cumplir un sueño, encontrar aires de familia, dar y recibir, y confirmar que el jazz es un lenguaje para el entendimiento humano. Todas esas claves estuvieron en el centro de las declaraciones formuladas ayer por el director artístico de la Jazz at Lincoln Center Orchestra (JLCO) de Nueva York, que esta noche comenzará en el teatro Mella una semana de presentaciones.

foto: Juvenal BalánOmara y Wynton, empatía artística.

Tan comunicativo en el uso de la palabra como en la interpretación de la trompeta, Marsalis afirmó que "nuestro lema es unir a personas a través del swing, por eso estamos aquí".

Esto lo dijo cuando alguien intentó sonsacar al músico con la historia de algún que otro colega suyo que no quiso hacer el viaje por prejuicios políticos: "Nunca cuestiono las decisiones personales. Es como cuando una pareja se divorcia; cada quien tiene sus razones. Las mías son estas".

También llevaba sobre sí la memoria de más de una década tratando de que la JLCO pudiera desembarcar en La Habana. "Durante estos años —recordó Orlando Vistel, vicepresidente del Instituto Cubano de la Música— sostuvimos conversaciones y trabajamos para que se diera este encuentro, del cual saldremos todos enriquecidos".

Wynton estuvo en La Habana en 1997 en un viaje exploratorio, que culminó con una memorable sesión de jazz con el pianista Frank Emilio Flynn en el club La Zorra y El Cuervo, en La Rampa.

Pero desde mucho antes había transitado por la conexión cubana con el jazz. Cuando su padre Ellis, pianista de muchísimos méritos, le puso un disco de Chucho Valdés e Irakere, se dio cuenta de que los vasos comunicantes jazzísticos entre Estados Unidos y Cuba no solo eran indestructibles, sino cada vez más caudalosos.

De ahí su confesión de este lunes: "Estoy acá como en familia. Como lo hubieran querido Chano Pozo, Mario Bauzá, Dizzy Gillespie. Chucho entiende lo que quiero decir; él y yo hablamos de los sueños de nuestros padres, del respeto que sentimos por ellos y por todos los que nos han precedido".

Y añadió con convicción: "Cultivamos una música a la que muchos se han entregado con tanta dedicación, tanto amor, tanta energía, tanta inteligencia, tanto respeto".

Junto a Marsalis dialogó con la prensa Carlos Henríquez, codirector de la JLCO, quien ofreció detalles de la serie de conciertos. El de esta noche de martes abordará la evolución del formato big band. Mañana miércoles, con la colaboración de Chucho Valdés y otros músicos cubanos, el núcleo temático se ubicará en las conexiones entre Cuba y Estados Unidos. El jueves habrá un mano a mano entre Wynton y Chucho como líderes de pequeñas formaciones (tríos, cuartetos y quintetos). Y el sábado 9 doble sesión: por la mañana el programa didáctico Jazz para los jóvenes (Jazz for the Young People) y por la noche el concierto de despedida con músicos cubanos invitados.

"Yo nací en el Bronx, mis padres y la comunidad puertorriqueña escuchaban la música cubana. Aquí entre ustedes veo a figuras que admiro muchísimo: Joaquín Betancourt, Bobby Carcassés. Entre nosotros y ustedes hemos tendido un puente. Nosotros tenemos que seguir con esta historia hasta que el mundo se acabe", declaró emocionado Henríquez, quien también se desempeña como contrabajista y orquestador.

Durante la rueda de prensa trascendió otra noticia: la grabación el domingo en un estudio habanero de un tema en el que intervinieron Omara Portuondo, Chucho Valdés y Wynton Marsalis. Chucho reveló: "Escogimos Esta tarde vi llover, de Armando manzanero. Cuando ustedes la esuchen verán el impresionante lirismo de Wynton. En cuanto a Omara, qué decir: está en su mejor momento, en el que no solo canta sino dice un montón de cosas. Para mí es algo comparable a Bola de Nieve. Es nuestra Billie Holiday".

Horas antes de este encuentro, Marsalis recibió de manos del presidente de Cubadisco, Ciro Benemelis, el Premio Internacional del principal evento de la discografía cubana por el conjunto de su obra y, en especial, por Swinging into the 21st, serie de ocho álbumes que resumen el espíritu innovador del jazz en los comienzos de la actual centuria.

 

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